Ben aparcó el coche sin miramientos delante de la gran casa de los Mirror. Habíamos conducido hasta aquí a una velocidad escandalosa y agradecía poder sentir mi tripa en su sitio al fin.
Nos bajamos del vehículo y entramos en la mansión rápidamente. Subí las escaleras de dos en dos y llamé a la puerta del cuarto de Amanda mientras los chicos hacían lo propio en la planta de abajo. Una somnolienta Amanda para nada glamurosa, me abrió la puerta. Le eché un vistazo sorprendida antes de decirle que se cambiase porque teníamos que contarles algo muy importante. Se quitó un mechón enmarañado de la cara y cerró la puerta con un gruñido. Me lo tomé como una afirmación y me dirigí a la habitación de Fin. Le dije lo mismo y este asintió mientras bostezaba. Los dos tenían tanto sueño que no me cuestionaban. Podría haberles dicho que nos atacaba un dinosaurio y me hubiesen hecho caso. "Ojalá fuesen así todos los días." pensé mientras rodaba los ojos y bajaba las escaleras de nuevo hacia el salón.
Me senté en el sofá de la sala desierta y esperé a que alguien llegase. Los primeros en aparecer fueron Jules y Elliot ambos en pijama con ojeras debajo de los ojos. Sin embargo por muy cansados que estuviesen, se notaba que estaban alerta y Elliot parecía estar muy concentrado en algo. Jules se sentó a mi lado y Elliot en el sofá de en frente. Estaba ausente y tenía el ceño fruncido mientras murmuraba por lo bajo.
Jules se volvió hacia mí y me miró preocupada. Me cogió las manos entre las suyas.
- Savannah, ¿qué ha pasado? ¿Es muy grave?- quiso saber. Me mordí el labio y asentí.
- Si, es bastante grave, pero ahora cuando estemos todos, os lo contaremos detalladamente.- Jules tragó saliva.
- Bueno.- susurró y miró a su marido. Lucas, Ben y Fin entraron en la sala, este último con unos vaqueros y una camiseta arrugada. El pelo revuelto le caía en mechones desordenados sobre la frente y miraba a su al rededor con ojos somnolientos. Amanda llegó cinco minutos más tarde perfectamente peinada y vestida y se sentó en un sillón con la espalda recta. Desde luego a esta chica no le gustaba nada estar mal vestida ni aunque solo fuese por una vez.
Lucas suspiró antes de hablar.
- Hoy nos hemos encontrado con una sombra en la ciudad. Bueno, en realidad fue Savannah la que se la encontró.- Asentí y Lucas me miró. Comencé a relatar mi historia de nuevo y vi como la arruga en la frente de Elliot se acentuaba y Jules me miraba sobrecogida. Ben continuó con el interrogatorio de Lucas y lo que habíamos averiguado de Alex, para después hablar de su muerte y nuestra huida. Fin se mordía las uñas con los ojos entornados y Amanda se removía incómoda en su asiento mientras nos miraba a los tres de hito en hito.
- O sea,- comenzó a decir. - eso quiere decir, que si Savannah o Fin usan sus poderes, ¿estamos expuestos? ¿Nos encuentran las demás sombras?- Lucas negó con la cabeza.
- No, recuerda que solo perciben esas hondas de las que hablamos a cien kilómetros de radio. Si nos alejamos lo suficiente no podrán encontrarnos tan fácilmente.- Amanda pareció pensar sobre sus palabras y unos segundos después abrió los ojos de par en par y nos miró a todos horrorizada.
- ¿Nos vamos a tener que mudar?- preguntó. Elliot suspiró y se llevó una mano a la frente cansado.
- Así es. Pero no sé a donde.- Amanda se echó hacia delante en su asiento y clavó las uñas en los brazos del sofá.
- ¡Pero papá aquí están todos mis amigos! ¡Aquí está nuestro colegio y nuestra vida! ¡No podemos marcharnos!- Elliot miró a su hija severo, pero a la vez derrotado.
- Lo sé Amanda. Pero no podemos correr el riesgo de que nos encuentren las sombras y nos maten. No nos queda otra.- Amanda frunció el ceño y miró a su padre enfadada.
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El cambio - Elementos #AstraAwards #AstraFansiaAwards
FantasySavannah se considera a sí misma una chica normal. A sus 17 años no ha hecho nada especialmente emocionante, solamente sus peleas ocasionales en un antro de lucha libre la salvan de ser una adolescente mediocre, o eso es lo que ella cree. Lo que des...