Llevaba ya un día consciente en el hospital. Hacía muchos avances constantes y rápidos y el doctor se asombró de que me hubiese recuperado tan de prisa. Lucas y yo le explicamos que desde pequeña había tenido una fantástica salud y que estaba acostumbrada a mejorar velozmente. No sabía si lo habíamos convencido del todo, pero al menos no nos hizo más preguntas.
Ya podía ponerme en pie sin ayuda y caminar sola, sintiendo solamente un poco de mareo y malestar general. Por lo demás me encontraba perfectamente, bueno, esa era otra mentira ingeniosa. Seguía sintiendo un dolor en el pecho cada vez que pensaba en lo que había pasado el día anterior, pero trataba de ignorarlo lo mejor posible y les sonreía a todos de forma falsa pero convincente. Poco a poco se iría pasando este sentimiento tan espantoso o eso suponía. No sabía que había esperado de Lucas exactamente, solo sabía que no estaba contenta y que tenía la sensación de no poder confiar en él.
Estuve todo el día pidiéndoles a Lucas y al doctor por el alta, pero ninguno quiso dármela. Decían que seguía estando demasiado débil y que al menos debía descansar un día más y dejar que me examinasen el cráneo una última vez, por si algo no iba bien.
Así que aquella tarde me dejé caer sobre la camilla resoplando y quejándome del aburrimiento y del insoportable olor a desinfectante que tanto odiaba. No podía seguir encerrada entre esas cuatro paredes. Era una chica de acción, esto era una tortura para mí.
Traté de explicárselo a Lucas unas cien veces, pero no hubo forma de que me entendiera.
- No te morirás por estar un día más aquí.- dijo cruzándose de brazos.
- No me moriría por ningún motivo.- respondí alzando una ceja.
- Cierto.- contestó y se apartó un mechón de pelo suelto de la frente.
- Pero es que sería mejor para ti también. Ya podríamos estar en el aeropuerto volando a Baldwin. ¿No quieres irte ya?- volví a intentarlo.
- No. Me gusta estar aquí. La comida es fantástica y dormir en esa silla de plástico... Sin palabras.- ironizó y rodé los ojos.
- Ja ja.- suspiré. - Anda por favor. Si ya estoy bien.- negó con la cabeza sin creerme y lo miré con ojos de cachorrito abandonado. - Te lo prometo... Podría incluso hacer el pino de lo bien que me siento. Podría dar cuatro volteretas de...- El sonido del teléfono móvil de Lucas interrumpió mi discurso. Lo cogió distraído y yo me crucé de brazos. Estar en el hospital estaba acabando con mi paciencia.
- ¿Papá?- preguntó Lucas. - Si... Mucho mejor.- Me incorporé y lo miré. Hablaba con la mano metida en el bolsillo, caminando por la sala intranquilo. - ¿En serio?- exclamó de pronto y me acerqué a él con la esperanza de escuchar algo de su conversación, pero él se alejo de mí. Idiota. Comenzamos una persecución por la habitación en la que Lucas se alejaba de mí cada vez que estaba a punto de oír lo que decía Elliot, fastidiándome y haciendo que soltase exabruptos por lo bajo.
- ¿Qué pasa?- pregunté exasperada. - ¿Qué dice?- Lucas levantó la mano indicándome que guardase silencio.
- Aha... Pero eso es genial... Si, vale se lo diré.- Colgó la llamada y me miró sonriente sin pronunciar palabra.
- ¿Qué ha dicho?- me impacienté.
- Van a ir a por Karaile y Rusty...- me brillaron los ojos de la emoción y mi corazón pareció saltarse un latido. - Mañana.- acabó de decir y sonreí de oreja a oreja. No pude contenerme y solté un gritito ridículo de alegría. - Han acabado de reunir un ejército y diseñar una estrategia e irán mañana a las 12:00 de la noche a la central de las sombras.
- Eso es dentro de nada.- me pasé una mano temblorosa por la frente. Lucas asintió.- Oh, pero entonces tengo que prepararme.- dije alarmada de pronto. Al fin iba a poder sacar a Karaile y a Rusty de aquel sitio. Acabaría con su dolor, con su sufrimiento y recuperaría a dos personas importantísimas. Todo volvería a ir bien con ellos a mi lado. Cogí mi bolsa de viaje de debajo de la cama y me dispuse a abrirla, pero Lucas me agarró la muñeca parando mis movimientos.
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El cambio - Elementos #AstraAwards #AstraFansiaAwards
FantasySavannah se considera a sí misma una chica normal. A sus 17 años no ha hecho nada especialmente emocionante, solamente sus peleas ocasionales en un antro de lucha libre la salvan de ser una adolescente mediocre, o eso es lo que ella cree. Lo que des...