Abrí los ojos con asombro al oír ese grito. Así que al parecer todavía había algunos hombres con algo de valor y coraje en el mundo. Pero no iba a ser rival para mí. Ya había luchado con hombres antes y siempre les ganaba. Daba igual lo musculosos o grandes que pudiesen ser, yo siempre ganaba. La locutora sonrió y buscó al voluntario entre el público.
- ¡Ya tenemos a nuestro contrincante señores! Bien, pues sube aquí y preséntate.- Observé como una figura masculina se iba abriendo paso a través de todas esas personas apelotonadas. Muchos murmuraban por lo bajo y miraban sorprendidos hacia donde el chico se encontraba. Me puse de puntillas esperando ver algo más que una figura pero no lo logré. Se oyeron fuertes pasos mientras el chico subía la escalera y centré mi atención en ella. No sabía con qué me iba a encontrar pero a juzgar por el aspecto que la mayor parte de los hombres tenían en este local sería un pobre borracho que no sabía dónde se metía. Mi asombro fue enorme al ver cómo era el que iba a ser mi contrincante. Un chico de más o menos veinte años acababa de subir las escaleras y se había parado al lado de la locutora que también parecía bastante descolocada. Al parecer había pensado que el voluntario sería como yo me lo imaginaba y no de este modo: el pelo negro le caía sobre los ojos escondiendo casi por completo un precioso azul. Eran del color del mar, incluso más claros. Complemente preciosos. Había que admitirlo, el muchacho era atractivo. Era delgado, pero musculoso. Miraba a todo el mundo por encima del hombro. A mí ni siquiera se dignó a mirarme de reojo. Esto me enfado de sobremanera y no pude evitar imaginar con gusto cómo acabaría con él. Yo no era inferior. Para nada. Podía acabar con él de una patada, estaba segura.
La presentadora se quedó admirándolo durante varios segundos incómodos. El chico le dedicó una sonrisa ladeada con la que ella prácticamente se desmayó y yo no puede aguantar una mueca de asco. Me estaba cansando de las miraditas y al parecer el público también así que carraspeé exasperada esperando llamar así su atención. Al oírme, la presentadora pestañeó y se volvió hacia mí molesta antes de darse cuenta de dónde estábamos y de qué se suponía que debía hacer. De sonrojó terriblemente y se colocó el micro delante de la boca.
- Eh... Bueno y co... ¿cómo te llamas?- Extendió el micro hacia el chico y miró al suelo.
- Las presentaciones sobran.- dijo este - Si no te importa me gustaría empezar a pelear ya. Tengo cosas que hacer y no me queda mucho tiempo antes de marcharme.- Me miró con el ceño fruncido y yo le devolví la mirada cargada de odio.
- S...si claro.- tartamudeó la chica. - Pues en ese caso, que comience la pelea.- La multitud silbó y aplaudió feliz de que al fin fuese a pasar algo.
Adopté la misma posición de ataque y vi que el chico hacía lo mismo. Su cuerpo estaba relajado y ya casi no se le veían los ojos tras el pelo. No se podía decir lo mismo de mí. Estaba completamente tensa gracias al desprecio que este chico me había hecho sentir hacia él en menos de un minuto. Su actitud me ponía enferma y no soportaba que ni siquiera hubiese considerado presentarse.
Estos pensamientos hicieron que me moviese. Salté hacia él con los puños preparados para golpear y la mirada fija en su cuerpo, pero esquivó mi golpe con un ágil movimiento hacia la izquierda. Paré en seco y me volví hacia él. Esta vez mi puño iba dirigido directamente hacia su cara pero me lo cogió con una mano y me empujó hacia atrás. Era mucho más fuerte de lo que pensaba y su empujón hizo que diese varios pasos torpes hacia el borde de la plataforma. Este aprovechó que había perdido el equilibrio para darme una fuerte patada en la tripa. Me doblé sobre mí misma ante el dolor. Antes de que pudiese reaccionar me dio un rápido puñetazo en la cara que me hizo llevarme las manos hacia ella. Al volver a apartarlas vi que tenía los dedos manchados de sangre. Alcé la vista y lo fulminé con la mirada. El chico sonrió al ver mi expresión y alzó una ceja divertido. Maldito bastardo. Fui con el puño extendido hacia él, pero justo antes de que este tocara su cara bajé el brazo y le di una patada en el costado. Aunque usé mucha fuerza en esa patada a él no pareció dolerle. No, más bien parecía bastante asombrado de que hubiese llegado a darle un golpe. Parecía como si no se hubiese esperado que llegase a tocarle en toda la pelea. Me enfadé tanto que dirigí otro puñetazo a su tripa pero antes de que fuese capaz de tocarle me cogió el brazo con muchísima fuerza y me lo dobló sobre la espalda. Comenzó a tirar de él y noté como el color abandonaba mi rostro poco a poco. Me dolía tanto que ni siquiera tuve fuerzas de gritar. Intenté liberarme pero fue inútil. Se oyó un 'crack' y entonces el chico me soltó. Me desplomé sobre el suelo con los ojos vidriosos y la cara desencajada por el dolor. Ese maldito me había roto el brazo. Quería levantarme para vengarme pero estaba demasiado débil. Me incorporé como pude agarrándome el brazo roto con fuerza. Ya no percibía los sonidos a mi alrededor, solo me llegaban algunos ruidos que no podía distinguir. Un pitido estridente se imponía ante los demás sonidos. Llegué a ver algo borroso la imagen de la presentadora anunciando la victoria del chico y como este bajaba de la plataforma de un salto nada más acabar. Ni siquiera me había vuelto a mirar después de derrotarme.
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El cambio - Elementos #AstraAwards #AstraFansiaAwards
FantasySavannah se considera a sí misma una chica normal. A sus 17 años no ha hecho nada especialmente emocionante, solamente sus peleas ocasionales en un antro de lucha libre la salvan de ser una adolescente mediocre, o eso es lo que ella cree. Lo que des...