Ya llevaba entrenando cuatro duros y largos días con Ben. Cuatro duros y largos días en los que mi otro instructor no apareció. Aha, todavía no había ni rastro de Lucas y cada vez que pedía una explicación o preguntaba donde estaba, todos me respondían "Se ha ido lejos por unos asuntos que tenía que resolver." y después se largaban porque se les quemaba una tarta o porque las petunias estaban secas.
Pero de todos modos estos días había aprendido mucho sobre defensa y ahora podría esquivar hasta una bala, aunque de la promesa esa de que iba a aprender a controlar mi poder aún no sabía nada y tampoco sabía como manejar una pistola o una espada. Si, defendiéndome era buena, pero ¿y lo demás? Yo quería aprender a pelear como Lucas o como Ben. Con elegancia y soltura, no quería ser una especie de objeto no identificado que esquivaba cosas. De todos modos no me podía quejar demasiado. Al menos había aprendido un par de trucos nuevos en el entrenamiento como que no es bueno llamar idiota (y más insultos no aptos para menores) a tu profesor porque sino te puede dar un golpe bien fuerte y certero. Mi labio partido lo demostraba. Cada noche me acostaba con agujetas y moretones por todo el cuerpo y comenzaba a preguntarme si valdría la pena sufrir tanto por tan poco.
Además, también había aprendido más cosas en estos días. Amanda me había enseñado una sabia lección y es que el turquesa no combina nada bien con el rojo o el morado y que siempre es bueno pintarse las uñas de un color más oscuro. Muchas gracias Amanda no sabría que habría hecho sin esos consejos tan vitales. Y Jules me había enseñado a decorar muffins malamente. Intentó pintar con una manga pastelera un corazón rojo en uno y aquello parecía una patata deforme. En comparación mi margarita azul era puro arte. En fin, cosas que era mejor tener apuntadas para no olvidarlas. Oh y también eran dignas de mención las miradas de desaprobación de Elliot cada vez que me ponía mis camisetas de ACDC o de Nirvana. Jamás olvidaría como le había susurrado a Jules que debía llevarme de compras cuanto antes, que lo que llevaba era terrible. El pobre no contaba con que yo le había escuchado desde mi asiento en el sofá mientras fingía leer una revista.
Si, la casa de la familia Mirror era el lugar en el que más a gusto estaba. Con personas tan brillantes y amables, ¿quién no querría estar en mi situación?
Era un miércoles lluvioso y yo estaba tumbada en mi cama tratando de concentrarme en un libro cursi de amor que me había prestado Amanda con su buena voluntad. Aquella tarde me sentía especialmente deprimida. Todo me había salido mal ese día.
En el entrenamiento estuve más lenta y patosa de lo normal y me gané una buena bronca debido a mi despiste por parte de Ben. Me lo merecía porque la verdad era que no presté nada de atención y cada poco tiempo teníamos que parar porque estaba cansada. Después había roto más de un plato mientras ponía la mesa para comer y el bol con ensalada se me había caído al suelo manchándolo todo de aceite y rompiendo el recipiente. Y lo peor de todo fue la conversación que tuve con Elliot. Le había preguntado después de comer, que si ya habían reclutado a los suficientes miembros como para ir a buscar a Rusty y a Karaile.
- Savannah esto no es algo que se pueda hacer a la ligera. Lleva tiempo, así que ten paciencia y entiende que es complicado.- me había respondido. Yo ya sabía que llevaba tiempo y también entendía que fuese complicado, pero Elliot también debía tratar de entenderme a mí. Las sombras se habían llevado a las dos únicas personas que eran realmente importantes para mí y no soportaba que pasara un día tras otro sin que yo pudiese hacer nada. No sabía nada de ellos y a Rusty se lo habían llevado moribundo. Ahora mismo podría estar muerto.
- ¿Cree usted que ellos podrían estar... muertos?- me había costado mucho pronunciar aquellas palabras, pero debía saberlo. Al menos quería saber su opinión al respecto.
- Ha pasado mucho tiempo desde que se los llevaron, todo podría ser posible. Yo no soy quién para darte la respuesta que buscas. Me encantaría saberlo, pero...- No hacía falta que acabase la frase, yo ya sabía como seguía.

ESTÁS LEYENDO
El cambio - Elementos #AstraAwards #AstraFansiaAwards
FantasiSavannah se considera a sí misma una chica normal. A sus 17 años no ha hecho nada especialmente emocionante, solamente sus peleas ocasionales en un antro de lucha libre la salvan de ser una adolescente mediocre, o eso es lo que ella cree. Lo que des...