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- No solo os habéis burlado de nuestro sistema de seguridad o de la capacidad de nuestras tropas, sino que habéis cometido la mayor y peor infracción interna de la UCFO en su historia.- Roger se llevó una mano al cabello engominado y nos miró lleno de desprecio e indignación.

- Pero ya le hemos dicho que Ruth y Charles...- comencé a decir, pero él me interrumpió.

- ¡Ya sé que están bien! Nos han llamado desde una cabina telefónica de un motel que había por la zona, explicándonos lo que había pasado. ¿Sabéis cómo puede afectar esto a nuestra sociedad?- Roger volvió a su retahíla de sermones, reproches y amenazas y tuve que reprimir un bostezo.

Nos encontrábamos en la oficina del comandante Rogers Miller, el lugar al que nos habían arrastrado los hombres de seguridad después de haber causado el alboroto de antes. Nos habían sentado en las sillas que había colocadas delante de una mesa de madera oscura, donde minutos después apareció Rogers con mirada severa y amenazante. Todavía recuerdo el escalofrío tan desagradable que me recorrió cuando sus ojos se clavaron en nosotros. El hombre imponía mucho. Con su enorme estatura y su cuerpo curtido, daba la sensación de que podría aplastarle la cabeza a cualquiera, pero en vez de recibir el castigo que había esperado, Rogers se había limitado a sentarse en frente nuestro y comenzar a recitar todas las normas de la UCFO y a contarnos lo mal que lo habíamos hecho. No es que me quejara, prefería esto a pasarme días encerrada en un calabozo por ejemplo, pero había esperado más. Había sentido tanto miedo antes de llegar a esta oficina que había estado preparada para cualquier cosa, menos un largo sermón incesante y aburrido. Lo único bueno de Rogers y su método de castigo, fue que nos dio la oportunidad a Lucas y a mí de explicar nuestra versión de la historia con pelos y señales. También le informamos de que éramos miembros importantes de la organización y no unas sombras infiltradas en su ejército, porque sino habría cundido el pánico. Quizá por eso decidió suavizar su actitud y tratarnos como a dos adolescentes atolondrados que no entendían en lo que se habían metido. Claro que por otra parte, aquello era cierto. No tenía ni idea de que infiltrarnos en las tropas causaría tantos problemas y disgustos, de ser así, a lo mejor me lo hubiera pensado dos veces antes de hacerlo.

El comandante Miller nos dijo que habían mandado a una de sus tropas para recoger a Ruth y a Charles del motel en el que se encontraban, lo que me alivió, ya que pensar que estaban heridos o perdidos me había estado matando por dentro.

Miré a Lucas de reojo y comprobé, que a pesar de que se podía notar algo de aburrimiento en sus facciones, lo disimulaba muy bien y miraba al comandante atento e incluso arrepentido. Pero por supuesto yo ya lo tenía calado y sabía que aquello no iba con él y que en realidad estaba pensando en cualquier otra cosa. Lucas no se había dignado a mirarme desde que nos encerraron aquí hace aproximadamente dos horas y tampoco me había hablado. Le había pedido perdón mil veces mientras esperábamos a Rogers en la sala, pero no hubo reacción por su parte, solamente un "Cállate Savannah." mascullado entre dientes. Por ello había decidido, que si él quería ser borde y frío, yo también lo sería.

- ... Y también una falta de respeto gravísima hacia nuestra organización. La humillación que sentimos al descubrir que nuestros propios miembros nos habían engañado y desobedecido de esa forma no está justificada. Podría comprender que hicierais algo pequeño por rebelión a vuestros padres o yo que sé, ¿pero esto? Es inaceptable.- escuché de nuevo al comandante tratando de concentrarme en su discurso. - Ruth y Charles están vivos porque se han salvado por los pelos, ¿pero que hubiera pasado si los hubieran encontrado las sombras? ¿Lo habíais pensado siquiera? No voy a consentir que este tipo de comportamiento egoísta e infantil ponga en peligro las vidas de...- Rogers se vio obligado a parar de hablar de pronto debido a que uno de los hombres uniformados de blanco abrió la puerta y le informó de que él ya estaba aquí.

El cambio - Elementos #AstraAwards #AstraFansiaAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora