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Esa mañana cuando bajé al sótano/gimnasio, fue la primera vez en la que no estaba a solas con Ben. Lucas y Fin estiraban tranquilamente en la sala. Este último parecía agotado y me sentí identificada con él de inmediato, yo también había estado así mi primer día de entrenamiento.

Al verlos allí, también sentí algo de pena, debía reconocerlo. Iba a echar de menos las horas de deporte y defensa a solas con Ben. Aquellas horas en las que nada más que los golpes y las técnicas de lucha importaban y en las que podía ser yo misma. Y también debía admitir, que Ben se había convertido en lo más parecido a un buen amigo en estos pocos días y que iba a echar de menos pasar tiempo con él en este lugar tan frío y solitario. La verdad era que a pesar de mis quejas, el entrenamiento no había estado tan mal y al menos había aprendido algo.

Suspiré y caminé hacia los dos chicos.

- Buenos días.- los saludé. Lucas solamente me miró de reojo antes de seguir estirando y Fin me soltó un gruñido que recordó al de un búfalo silvestre. - Muchas gracias por vuestros saludos, de verdad sois amabilísimos.- ironicé. Dejé caer mi bolsa sobre el banquillo y me ajusté los zapatos antes de estirar junto a Lucas y a Fin. "Menudo día me espera", pensé y resoplé.
Ben fue el último en llegar y nos saludó a todos con la mano mientras se dirigía hacia el banquillo. Abrió su bolsa de lona y sacó una maceta con tierra y un cubo vacío. Dejé de estirar y lo miré extrañada. ¿Qué era todo eso? ¿Qué tramaba? ¿No íbamos a entrenar como todos los días?

- ¿Por qué has traído eso?- le pregunté. Ben fue con el cubo hacia el grifo y lo llenó hasta arriba de agua.

- ¿Tú que crees?- dijo sin mirarme. Al ver a lo que se refería di un saltito de emoción y aplaudí como las focas en el zoo. Esas tan monas que se pasan el día comiendo sardinas cuando hacen un truco. Si, ridículo lo sé.

- ¿Vamos a aprender a controlar nuestros poderes?- pregunté entusiasmada.

- Aha.- contestó Ben y me tendió la maceta. La cogí con cuidado y la miré desde todos los ángulos como si fuese algo frágil y precioso y en cierto modo lo era. No me podía ni imaginar todo lo que podría hacer con ella una vez aprendiera a manejar mi elemento. Podía ser que el día no fuese a estar tan mal después de todo. Había estado esperando que llegase el momento de enseñarnos esto, tenía muchísimas ganas de usar mi poder de una vez. Porque, seamos sinceros, ¿quien no ha soñado alguna vez con tener poderes sobrenaturales y ser el héroe de la película? Me apetecía ser una heroína.

Fin estaba de pie a mi lado y tenía el cubo colocado en el suelo delante suyo. Lo miraba con los ojos entrecerrados y parecía dudoso.

- ¿Estáis seguros de que mi elemento es el agua?- preguntó.

- No.- respondió Lucas.- Pero es lo más probable.

- ¿Cómo puedes saberlo?- Fin desconfiaba totalmente y podía entenderlo. Se había enterado ayer de todo esto, por dios. Podrían haberle dejado un par de días de descanso para asimilar la información antes de meterlo aquí y enseñarle a controlar su poder.

Lucas se encogió de hombros.

- Intuición.- Dejé mi maceta delante mío al igual que Fin y miré a Ben y a Lucas que se habían colocado en frente nuestro. Ben tenía los brazos cruzados y parecía tenso mientras que Lucas era la viva imagen de la calma y el relax. Manos en los bolsillos y un chicle en la boca, no parecía exactamente un profesor disciplinario.

- Hoy- comenzó a hablar Ben. - os enseñaremos a controlar vuestros poderes...-

- Espera un momento.- lo interrumpí y señalé a Fin acusándolo.- ¿Cómo es que yo me he tenido que tragar seis clases de defensa y lucha antes de aprender esto y él no tiene por qué hacer lo mismo?

El cambio - Elementos #AstraAwards #AstraFansiaAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora