Veintitrés: despedida

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Súbitamente unos poderosos y familiares ki se hacen notar en el otro extremo del planeta. Pero ¿Cómo es posible? Apenas hace una hora que regresamos de allí y tras haber examinado cada rincón no encontramos absolutamente nada.

-¡raditz!- me grita kakaroto acercándose con su grupo.

-¿lo sentiste?- le pregunto de inmediato. Él asienta la cabeza afirmativamente sabiendo a que me refiero. Como lo temía, entonces se han decido ha aparecerse. No podemos perder tiempo. -kakaroto regresa al palacio y avísale a vegeta que broly está en el planeta- le ordeno. No responde y a toda velocidad se dirige remontando hacia el norte. De seguro vegeta querrá luchar en los campos externos, lejos de los pueblos. -Nara- la llamo al ver que llega igual de precipitada que kakaroto. Ella se arrima a mi lado.

-¿si raditz?- pregunta preparada y decidida.

-alertaremos a los pueblos de una posible guerra- le aviso al tiempo que me levito. -tu y tu grupo vayan a los pueblos mas lejanos, yo iré a los principales- ella igualmente se levita.

-si- responde firme llamando a su grupo con la mano. Todos se levitan y la siguen velozmente. Por mi parte llamo a mi grupo.

-¡vamos!- les ordeno a los soldados volando hacia solo unos cuantos kilómetros de aquí.

No se exactamente cuanto tiempo ha pasado y en verdad no me interesa en absoluto, solo me importa disfrutar de este maravillo momento con vegeta. Él está recostado sobre el espaldar de la cama y yo sobre su pecho. Su cola dibuja círculos invisibles a lo largo de mi pierna y sus manos juegan con mi cabello. Perezosamente me remuevo de mi lugar y me aparto de su proximidad. Él me mira confuso y hasta molesto, yo sonrío divertida. Mirándolo de frente y de rodillas retrocedo paso a paso observándolo graciosa. Vegeta cambia su rostro y una extraña sonrisa surge en el. -eres mía- me afirma súbitamente. No se que responder y me paralizo antes sus palabras, me toma totalmente desprevenida su confesión. ¿Pero escuché bien? ¿Acaso dijo que soy... suya? Al no escuchar respuesta alguna de mi parte vegeta se avecina a mí y de rodillas me toma posesivamente entre sus brazos. -eres solo mía- lo repite aun mas decisivo sin apartar sus ojos de los míos.

-en ese caso tu también eres solo mío- le aviso alegre mientras abrazo su cuello. Intento no demostrar ni la más minima nota de inseguridad en la voz al afirmarlo. Él sonríe.

-¿estas segura que eso quieres?- me pregunta juguetón recostándome nuevamente en la cama.

-por supuesto que si- le exclamo sonriente. Él a diferencia de mí, su sonrisa desaparece y su rostro se torna serio.

-bulma ¿realmente quieres estar conmigo?- su pregunta me desconcierta totalmente pero sé una respuesta definitiva.

-si- soy directa y sincera. -si quiero- afirmo. Aclaro la garganta y los nervios comienzan a surgir. -vegeta yo... te amo- declaro segura a pesar de mi nerviosismo. Él sonríe complacido. Aun ronda una pregunta por mi mente y necesita una definitiva respuesta. No se si hacerlo, no se si soportaré una respuesta negativa, ni siquiera se si me responderá. -¿me amas?- finalmente pregunto dubitativa. Noto un colapso en su mirada y por un segundo no reacciona. Lentamente comienza a acariciar mis curvas y se acerca a mi rostro hasta que nuestras miradas se encuentran.

-¿aun dudas mi amor por ti?- me pregunta decepcionado, no se que responder. -¿y tú? ¿En verdad me amas?- no se porque pero su pregunta me paraliza y a la vez me entristece. Aun no me ha dado una respuesta concreta, solo evade mi pregunta con otra como contestación, cuando yo primero le dije que lo amaba. Yo debería estar decepcionada y ofendida con él porque duda mi amor.

-si- decisivamente ratifico mi amor por él. Vegeta sonríe ampliamente satisfecho y se aproxima a mi oído.

-pues yo también- me anuncia besando mis labios descendiendo hasta llegar a mi cuello. La emoción y el regocijo son infinitos al haber escuchado su afirmación de amarme. Lo sabia, siempre lo supe pero recelosamente requería escucharlo de su misma boca. Me besa mucho más lento y profundo en el cuello. Mi corazón late aceleradamente y la respiración se entrecorta, una reacción ante el posible paso que realice vegeta. Él nota mi cambio y el evidente nerviosismo. -prepárate- me advierte al tiempo que su mano izquierda se aferra de mi cintura, la otra se posa en el lado izquierdo de mi cuello y su cola se liga a mi pierna. No puedo creerlo ¿está a punto de...? Me sujeto a su cuerpo, abrazo su cuello y mis piernas su cadera, arrimando al máximo su boca a mi cuello.

Eterno Lazo...bulma &vegetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora