Parte sin título 59

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VIII

8 de agosto. En el cielo. 12 m.

Evans entra en el cielo de mal humor. Le hacen pasar, se pierde, sin ver a nadie en un sendero azul rodeado de nubes. Está preocupado, casi parece un demente. Se diría que existe con una preocupación constante, fija, obcecadora.

Se siente un arrobamiento suave, fresco, delicioso, una "brisa de alma". Camina hasta un rincón donde las nubes hacen menos luz. Los coros apenas llegan allí. Las almas en sus envolturas intangibles, se pierden a lo lejos. Evans se recuesta y musita:

–Alice... Alice... en las Acacias... a las cuatro...

Se duerme. Algo muy extraño pasa en él. Olvida todo y se siente transportado a París. Va en su milord hacia las Acacias. El milord se detiene. Evans desciende.


El Caballero Carmelo y otros cuentos peruanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora