Vendetta {Harry Styles} TERMINADA

Capítulo 1. 'Nueva ciudad, casa nueva'.

Capítulo 1. 'Nueva ciudad, casa nueva'.

—Mamá, ¿cómo dices que se llama el pueblo?—pregunté cómo no queriendo la cosa.

—Por Dios Leila es la quinta vez que te lo digo, Linndale— dijo mamá sin quitar la vista de la ventana.

—Es que... pues.... nada, olvídalo— bufé y me recosté nuevamente en el asiento trasero del Jetta manejado por papá.

Esta era la quinta o sexta vez que nos mudamos, la verdad ya no recuerdo con exactitud. No sé que les pasaba a mis padres que no podíamos durar más de dos años en un mismo lugar.

Odiaba esto, lo detestaba infinitamente. No me dejaban terminar bien mis estudios en la escuela y ya ni amigas me interesaba hacer, pues después la despedida era peor.

Esperaba, en verdad ansió que esta vez sea diferente y nos quedemos hasta que al menos cumpla la mayoría de edad-para lo cual sólo faltaban un par de meses- y así hacer lo que me plazca y no tener que depender de ellos. Son mis padres y los amo, pero definitivamente no me gustaba vivir de esta manera.









{...}







Tres horas después llegamos a ese dichoso pueblo. No era demasiado tarde, las cinco cuando mucho, pero desde hace media hora había empezado a llover en el camino, por lo que el lugar no se apreciaba.

Pasamos calles, tiendas, casas, un parque, dos escuelas, otro parque y más viviendas hasta que por fin sentí que el auto paraba frente a una morada-la cual debe ser la nuestra-.

Bajamos del coche lo más rápido que pudimos tratando de no mojarnos demasiado.

—El paraguas está en el cofre. Iré por el—dijo mamá saliendo de la puerta del copiloto.

—Leila, ¿podrías abrir la puerta de la casa? Mientas voy por las maletas— dijo papá dándome la llaves.

Me encamine a la entrada y puse las llaves en la cerradura tratando de abrir, tuve que hacer un poco de fuerza al darle la vuelta pero todo salió bien. Entre lentamente buscando un interruptor de luz, pues estaba muy oscuro dentro y la lluvia no me favorecía en nada.

Una vez que logre encender la luz tras tropezarme con algo, voltee hacia atrás descubriendo al culpable de mi—casi— golpe seguro. Un... ¿Gato?

—Mamá ¿qué hace un gato en la casa?—pregunté mientas veía a una pequeña bola blanca observándome atentamente desde el suelo.

—¿Sorpresa?— dijo tímidamente mamá entrando por la puerta. Mi mirada no pudo ser otra más que de confusión.-Se que desde hace mucho has querido tener un gato, así que aquí lo tienes- dejo el bolso que traía al lado del animalito para tomar en brazos.

—No es una broma, ¿cierto?—dije con desconfianza acercándome a ellos.

—Por supuesto que no. Digamos que también es una compensación por habernos mudado sin tu consentimiento— hice una mueca.

—Bueno pues gracias—tome a mi ahora mascota y subí las escaleras que se encontraban a unos cuantos pasos de mi para investigar un poco mi nuevo hogar.

{...}










—Leila, ¿vas a cenar?— grito mamá desde la primera planta.

—Si, enseguida bajo— grite de vuelta.

Me encontraba recostada en mi cama, exhausta después de haber subido todas mis maletas a la habitación que había elegido y terminado de acomodar todas mis pertenencias donde correspondían. Gracias a Dios, que varios días antes mi papá mando un camión con todos los muebles para que empezaran a amueblar la casa y así cuando llegáramos nosotros todo estuviera listo.
Una gran idea, al menos nos ahorramos de mucho. Pero aún así seguía cansada.

No me quería levantar de esta cómoda posición, además que Zuki -así decidí nombrar a mi hermoso gatito- se había quedado acurrucado en mis piernas y sería muy injusto moverlo. Pero moría de hambre. Así qué junte toda mi fuerza de voluntad y me dirigí hacia el comedor.