Vendetta {Harry Styles} TERMINADA

Capítulo 6. 'No me recuerda'.

Camino por los largos pasillos infestados de estudiantes directamente hasta la coordinación, donde supuse me darían mi horario de clases.

Después de una breve charla con la Directora de la escuela me dio el permiso de asistir a mi primera clase, a la cual al parecer ya iba demasiado tarde, con una media hora de retraso y para el colmo no encontraba el aula.

Aula C-2. Aula C-2. Repetía en mi mente mientras lograba localizar alguna puerta que tuviera eso grabado.

Al fin pude localizarla en el segundo piso.
Toque tímidamente la puerta para que me abrieran ya que se encontraba cerrada. La puerta se abrió rápidamente dándome a la vista a una mujer no mayor de los 30 años con una corta melena oscura enmarcando su redondeado rostro. Seguro se trataba de la profesora de Lengua Extranjera.
Me sonrió a medias y me pidió que pasara.

Y paso lo que no quería que sucediera. Todos los que se encontraban en el salón fijaron su vista en mí poniéndome maldita mente nerviosa.
Era por esto que odiaba ser la nueva. No quería llamar la atención. Aunque bueno todavía faltaba lo peor.

—Señorita...—la profesora revisa la lista que tiene en su escritorio y vuelve su atención en mi— Woods. ¿Puede presentarse con sus compañeros por favor?. 

Ven se los dije. Era pésima para esto. Digamos que aparte de tímida tengo un poco de pánico escénico.

—Claro...uhm... Soy Leila Woods y tengo 17 años— trato de sonreír aunque creo que pareció más una mueca que nada.

—Bienvenida, ahora tome asiento— Asiento levemente buscando un lugar disponible con la mirada cuando unos ojos verde esmeralda captan completamente mi atención haciéndoseme realmente conocidos.
Y como olvidarlo, aquel rostro 'sin nombre' que había impactado la mayor parte de mis pensamientos desde hace varias semanas se encontraba justo aquí en esta escuela en este mismo salón.
Creo que mi suerte estaba empezando a cambiar. Y no lo digo con sarcasmo, no, bueno un poco. Y la mejor-no tanto- parte de todo esto es que el único asiento libre, si, estaba atrás del suyo.

Avanzo rápidamente hacia allá. Seguía sin créelo. Estoy tan nerviosa, gracias a que ahora si había luz y vaya que suficiente, logro tener una mejor vista de su hermoso rostro.

—Hola—le susurro en el oído. Cruzando los dedos por que se acordara aunque sea vagamente de mí.

—¿Hola?— responde de vuelta no muy convencido de su saludo.

—¿Te acuerdas de mí?— me inclino todavía un poco más hacia adelante, para que sólo él me pueda escuchar.

—Mmm.... ¿Debería?— volteo ligeramente hacia mi rostro para visualizar lo. Frunce ligeramente el ceño—Lo siento pero no sé quién eres. 

Mi boca se abre sorpresivamente. Formando un gran y perfecta 'O'.

—Enserio ¿no sabes quién soy? Soy la chica que 'salvaste' de un asesino o violador hace como 3 semanas— digo tratando de ser lo más explícita posible para que me recordara. Pues como era posible que yo a él sí lo recordara perfectamente y el... no.

Se encoge de hombre indiferente.

—Señoríta Woods, es bueno que haga amigos el primer día, pero en el receso. Así qué ponga atención, no creo que le gusté estar castigada desde hoy— dice la profesora de la cual tampoco se el nombre y sigue con la clase.

Me enderezo en mi asiento sintiéndome un poco-mucho- decepcionada.
Pero decido poner atención a lo que ahora explica aquella mujer en el pizarrón.










{... }













Pasaron otras 2 horas de clase con otro profesor con el cual había sido lo mismo que con la primera: Mi presentación.
Pero que fastidio. No lo digo por las clases, no, si para eso es a lo que vengo, a lo que todos-gran parte- vienen a hacer; estudiar.



Me encontraba caminando rumbo a la cafetería para calmar mi hambre, ya que mi estómago y tripas pedían a gritos un alimento.
Tome una bandeja y tome un sándwich, una manzana y una botella de agua natural. Bien con esto tendría más que suficiente.

Ya que no conocía absolutamente a nadie, bueno si, pero gracias a que el no me recordaba supongamos que no.
Era una completa extraña en una nueva escuela.

Pude localizar una mesa vacía hasta el final de este enorme salón, en un rincón.

Me encogí de hombre mentalmente y camine decidida hasta aquel sitio. Tome asiento en la primera silla que me crucé y me dedique a disfrutar de mi almuerzo.
Vaya, este sándwich sí que estaba en verdad delicioso. En mi antigua escuela digamos que la cocinera no era muy amiga de los condimentos u algún otro ingrediente que pudiera darle ese buen sabor o toque a las comidas así que por lo regular trataba llevar desde mi casa el almuerzo o simplemente desayunaba bastante y así podía aguantar hasta la última clase.
Pero definitivamente creo que esta vez decidiría cambiar mi rutina y venir aquí y probar uno que otro alimento.

Para entretenerme un poco mientras disgustaba ahora de la jugosa manzana, observe a cada estudiante que pasaba frente a mí.
Una rubia muy bien vestida junto a tres chicas más, otra rubia, una castaña y la última pelirroja. Todas ellas se veían, como decirlo, bueno para mi gusto un poco-mucho- exageradas en cuanto a la vestimenta y el maquillaje; populares definitivamente.

La ley de la preparatoria, siempre deben de existir estatus quo.

Seguí pasando mi vista de persona por persona hasta que mis ojos se toparon con esos ojos esmeralda que aunque contando esta era la tercera vez que los veía, parecían grabados fielmente en mi cabeza.
Aquel chico todavía misterioso para mí, del cual debo definitivamente investigar su nombre tenía su mirada fija en mí. Toda su expresión era sería, fría, como sí de un iceberg se tratase. Era extremadamente intensa, pude llegar a sentir que me tocaba con ella, pero no una manera cálida, no, más bien como de frío. La piel se me puso de gallina, cuando un escalofrío me recorrió entera.
No pude resistir más y baje mi vista a mis manos, moviéndolas nerviosamente.

¿Cómo era posible que el estando a tantos metros de distancia de mi pudiera causarme esto? Y sobre todo que no lo conociera en absoluto.



Volví mi vista hacia su dirección esperado encontrarme de nuevo con esa fría mirada, pero al contrario, sólo tuve una vista de un asiento vacío en aquella mesa llena de adolescentes.





Al parecer se había ido.





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