Capítulo 23.'Mentiras'

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Capítulo 23. 'Mentiras'














-¿Estas seguro de querer hacer esto?-

-¡Hagamos lo!-

No podía creer lo que estaba viendo en estos instantes. Todos mis compañeros se encontraban dentro del aula de clases esperando que la profesora Allen llegara.

Sisa soltó un chillido sacando un borrador de pizarrón recubierto completamente de polvo de tiza blanca. Junto a ella se encontraba un chico de la clase llamado Steve Carrington o algo así, el cual de igual manera cargaba con un borrador en mano.
Estos dos aludidos corrieron despavoridos hasta al fondo del aula donde se encontraban sentados en sus bancas dos de mis otros compañeros, creo que el rubio se llama Aaron y el pelirrojo Philip.

Todos observaban con los ojos abiertos a más no poder, mientras Sisa y Steve empezaban a chocar los borradores en los rostros de sus víctimas, haciendo que todo a su alrededor se llenará de humo, provocando que empezaran a toser, incluidos ellos.

Se escucho una fuerte carcajada que supuse sería de mi amiga. Definitivamente no se que haría con ella.





-¡Leila, ayúdame!- Sisa paso al lado de mi banca, corriendo y lanzando uno que otro grito a mi dirección. La vi desaparecer por la puerta y algo desconcertada me levanté de mi asiento, girando mi cuerpo hacia atrás. ¿Cómo demonios quería que la ayudara?

El humo se fue dispersando, dándome una extraña vista, donde Steve sujetaba fuertemente a Aaron tal vez para que no fuera a correr tras de Sisa.
Steve soltó un gruñido, mientras el rubio se zafaba rápidamente de su agarre con ayuda de Philip, el cual minutos antes se encontraba muy ocupado restregando se los ojos.

Me puse al final del pasillo que quedaba entre dos filas impidiendo el paso a cualquiera que llegara hasta aquí.
Aaron venía directamente a mi, tratando de pasar. Le sonreí a modo de disculpa y empiezo a mover mi cuerpo de un lado a otro topando me con el que hace lo mismo, buscando un hueco por el cual pasar. Minutos después el rubio bufa fastidiado, me toma de los hombros y me aparta delicadamente, corriendo de igual manera que mi amiga hasta la puerta.

Subo lo hombros, y me siento de nuevo. Hice lo que pude, que Sisa se arregle con el.
Desde hace unas semanas los dos llevan varias riñas de bromas y una que otra pelea de insultos en el salón. Bueno Sisa insultaba y Aaron escuchaba atentamente soltando de vez en cuando una carcajada por cada cosa que salía de los labios de mi amiga. No sabía de donde sacaba tanta imaginación.

-¡Bájame bastardo, mal nacido, mal parido!- Aaron entro nuevamente al aula ahora con una rubia gritona cargada al hombro como si fuera un saco de papas.

-No te voy a bajar- hablo tranquilamente, manteniendo una expresión pasiva.

Sisa empezó a patalear y golpear su espalda con los puños cerrados, pero aún así Aaron ni se inmutó. Al contrario soltó una carcajada, haciendo que la cara de mi amiga se pusiera roja debido a la ira o la vergüenza. Aunque inclinaba más por la primera idea.


-¡Que me bajes joder!- Aaron volvió a reír, pero haciendo caso a la petición-que sonaba más como órden- bajó a Sisa delicadamente, acorralando la tan rápido como pudo hasta la pared y agarrando con fuerza ambas muñecas de mi amiga.

-Ya ¿contenta?- dijo Aaron en un tono jocoso. Sisa puso los ojos en blanco y volvió a su tarea de hacer berrinche y removerse para soltar el agarre que el ejercía sobre ella.

-¡Suéltame!-dijo con los dientes apretados. Vaya espectáculo que estaban dando. Sólo esperaba que la profesora no entrará aún, si no se llevaría una muy desagradable sorpresa, ya que todo el suelo de la parte trasera del aula estaba lleno de polvo blanco, varias bancas estaban desacomodadas y ciertas personas parecían haberse caído en un costal de harina.

Otro grito, pero ahora de frustración salió de la boca de Sisa. Todos nos cubrimos los oídos ante tal sonido, digamos irritante.
Nadie podía despegar la mirada de esa pareja, unos reían divertidos y otros solo observaban nerviosos, esperando que alguien hiciera su próximo movimiento.

De un momento a otro toda la habitación quedo en un total silencio. Aaron tomo con sus manos ambas mejillas de Sisa y unió sus labios en un beso.
Mis ojos al igual que mi mandíbula se abrieron sin poder evitarlo. ¡Wow! eso no me lo esperaba. Y que decir de Sisa que se había quedado paralizada.
Mi amiga se separó de él dándole un empujón hacia atrás, haciendo que Aaron se tambaleara, pero rápidamente recupero el equilibrio.

-¿¡Qué mierda te pasa?!- las mejillas de Sisa se pusieron nuevamente rojas. Aaron levantó las manos frente a el, por si ocupaba defenderse.

-Ya estamos a mano- sonrió levemente.

Sisa abrió la boca sorprendida, pero la volvió a cerrar.

-¡Eres un .....-cerró ambas manos en puños. Se había enojado de verdad.

-Un que- la reto Aaron acercándose de nuevo a ella.

-¡Un estúpido! ¡No tienes una idea de cuanto te odio!- los ojos de mi amiga se empezaron a poner aguosos. Oh dios no, no podía ser verdad.
Empujo por segunda vez al rubio y se hecho a correr hasta salir del aula.


Todos permanecieron en silencio, viendo alternativamente entre el rubio que se encontraba un tanto confundido y a la entrada.

Sin pensarlo dos veces me fui tras mi amiga, rezando por alcanzarla.













{...}














-¿Ya me vas a decir que tienes?- pregunte por sexta vez. Estábamos en el baño de damas, donde Sisa había llorado como por cinco minutos, para después secarse las lágrimas y permanecer con una expresión tan sería que me dio miedo.

Ella asintió después de unos segundo en silencio.
-Aaron es un completo imbécil- escupió con ira.

-¿Y por que estabas llorando?- rogaba que la razón no fuera la que estaba pensando.

Se encogió de hombros- Ando en mi periodo-susurro. Pero yo sabía que no era verdad, la semana pasada había estado todo el día en cama, llamándome por teléfono para que la acompañara en sus últimos momentos antes de morir por el cólico tan fuerte que tenía. Era una dramática.

-Dime algo más creíble- chasquee la lengua captando su atención.







-Creo que me gusta- bajo la mirada avergonzada.

-¿Pero?- sabía que tenía que seguir un pero, para ella siempre había un pero.

-Pero es un idiota, estúpido, imbécil, mal nacido, bast....-cubrir su boca con mi mano para que dijera de insultar al pobre de Aaron, aunque debía admitir que de pobre no tenía nada.

-¿Entonces por que te pusiste así después de que te beso?- saque con cuidado mi mano, dejando libres sus labios para que me contestara.

-Porque se que el no siente nada por mi y sólo lo hizo para humillarme- suspiro y vi como nuevamente sus ojos se volvían llorosos.
Me acerque a ella y la abrace fuerte, no tenía palabras para contestar a esa confesión que me había hecho, pero siempre tendría mis apoyo incondicional. Y que mejor que un abrazo para calmar las penas.




Me dio una sonrisa triste.



-Bueno ¿que ha pasado entre tu y Harry?- si que cambiaba rápido de tema y humor.

-El viernes por la noche llego a mi casa y pues mamá lo invito a cenar-

-¿Y el acepto?- pregunto incrédula.

-Digamos que mamá casi lo obligó- ella soltó un risa, pero me hizo una seña para que continuara con mi relato.- Y pues mamá se puso a hacerle miles de preguntas y no sé, nunca me dijiste que los papás de Harry no vivían aquí si no en California-

-Espera ¿que?- dijo confundida.

-¿Qué?- repetí.

-¿Qué dijiste de los papás de Harry?-

-Que viven en California- Sisa frunció el ceño y negó con la cabeza.

-Leila, los papás de Harry murieron en un accidente cuando el tenía entre 14 o 15 años-mis ojos se abrieron más de lo normal- ¿Quien te dijo eso?-

-Harry- susurre.

Ella sólo negó con la cabeza. ¿Por qué Harry nos había mentido a mamá y a mi? ¿Qué ganaba haciendo eso? No podía creerlo, se veía tan sincero cuando le había contestado a Helena. ¿Qué más de lo que él le dijo sería mentira? Porque era obvio que era mentira. Sisa no tenía razón para mentirme, pero ¿él?

La nota que había encontrado esa misma noche en mi habitación llego a mi mente como un mal recordatorio. No entendía que estaba pasando.

Mi cabeza comenzó a doler. La persona que había dejado eso ahí definitivamente me conocía muy bien, a Harry y a mi. Me espiaba; pero el problema era quien era esa persona.

-¿Leila, estas bien? Te has puesto pálida de repente- asentí. La campana anunciando el fin del receso se escuchó en todos los parlantes a nuestro alrededor. Sisa y yo nos levantamos del frío piso del baño, se me había olvido por completo que nos encontrábamos aquí.
















{...}

















-¡Leila, tu libreta se te olvida!- un agitado Steven llego a mi lado, entregándome mi rosada libreta de Tecnología.-Gracias por los apuntes-

-De nada- sonreí. Desde qué Sisa lo había elegido como su aliado me había caído realmente bien.

-¿Vas a tu casa?- pregunto mientras caminábamos juntos hasta la salida del instituto. Asentí acomodando mi mochila en mi espalda-¿Puedo acompañarte?-

-Claro- sonrió.

-¿Vives cerca del Supermarket cierto?-

-Si, ¿cómo lo sabes?- pregunte fingiendo estar atemorizada.

-Vivo cerca de ahí-me guiñó un ojo, haciendo que mis mejillas tomaran un poco de color.

-¿Enserio? Nunca te he visto por esos rumbos-

-Si que eres distraída- soltó una risa.

-Lo siento- baje la mirada avergonzada, comenzaba a ponerme nerviosa y no me gustaba para nada. Por cierto hoy no había visto a Harry en todo el día. ¿Dónde se encontrará?

-No entiendo que le ven todas a Styles, si sólo se las folla y luego las deja tiradas. Las mujeres son tan masoquistas- hablando del Rey de Roma y el pendejo que se asoma.

Mire a Steven, el cual tenía su vista clavada en un punto frente a nosotros. Dirigí mi mirada hasta allá encontrándome con una escena no muy grata para mis ojos.

Kylie estaba apoyada en el auto de Harry, y él frente a ella..... besándose.








Mi garganta se secó y mi cabeza dio vueltas.




Me quede quieta en mi lugar, observándolos con Steven a mi lado. Harry se separó de Kylie, ella le dio una sonrisa coqueta dándole un sonoro beso en la mejilla, le susurro una que otra cosa al oído y se fue caminando junto a su grupo de amigas que la miraban con una sonrisa falsa pegada en la cara.

Harry se volteó su cuerpo sin apartar la mirada de Kylie, viendo como meneaba su operado trasero.
El rizado al fin dirigió su verdosa mirada al frente, encontrándose de lleno con la mía.


Abrió los ojos por la sorpresa. Creo que no se esperaba encontrarme ahí.
Trago duro e hizo una mueca, simulando una sonrisa.




Era un cínico.














***

¡¡¡HOLA!!! NUEVO CAPÍTULO. Díganme ¿que les pareció? Espero que le haya gustado. Gracias por los votos y comentarios. Son muy lindos. ESTE CAPÍTULO SE LO DEDICO A @AndreaBiebr ya deja la cafeína nena te va a hacer daño, jajaja gracias por comentar, tus comentario siempre me sacan una sonrisa y el apodo de Harry me encanto 'RIZITOS MENTIROSOS'.

El próximo capítulo no se bien cuando lo voy a subir, pero si veo muchos votos y comentarios lo subo en esta misma semana si es posible.

ESPERO QUE HAYAMOS ROTO EL RÉCORD DE VEVO *cruza los dedos*

¡GRACIAS DE NUEVO Y MUCHOS BESOS! ¡LOS AMO!

Vendetta {Harry Styles} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora