Capítulo 2. 'Acostumbrándome.'.

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Capítulo 2. 'Acostumbrándome.'.

Corría, corría y corría. Mis piernas simplemente no daban para más y sentía que sólo estaba corriendo en círculos.

Todo estaba muy oscuro, no podía ver que había a mí alrededor, pero podía jurar que estaba en un bosque por la humedad del lugar y la textura de mis pies descalzos con la tierra. No recordaba cómo había llegado hasta aquí, pero lo que sí sabía es que tenía que encontrar una salida y rápido.

Seguía dando vueltas, hasta que tropecé con algo. Caí directamente al frío y húmedo suelo haciéndome daño en las rodillas y manos al momento del impacto. Trate de levantarme pero sentí la mano de alguien jalándome fuertemente el tobillo.

Fue ahí cuando desperté.

Me levanté de mi cama de golpe, sintiendo gotas de sudor bajar por mi frente y mi respiración acelerada al igual que mis latidos cardiacos.
No entendía el porqué de esas pesadillas que tenía comúnmente desde hace ya varias semanas.

Poco a poco comencé a tranquilizarme, convenciéndome a mi misma que sólo eran eso, pesadillas. Nada real.

Me recosté nuevamente en la cama, viendo la hora en el reloj en mi buró. Todavía faltaban 2 horas para que mi despertador sonase. Podría conciliar nuevamente el sueño.

Zuki que se encontraba al pie de mi cama durmiendo plácidamente hasta ahora, se acercó más a mi lado acurrucando se para después volver a dormir, uniéndomele yo también.







{...}










Desperté nuevamente, pero ahora por unas pequeñas cosquillas que sentía en la punta de la nariz. Abrí mis ojos lentamente encontrándome con la peluda cola de Zuki justo frente a mí. La causante de aquellas cosquillas.

—¡Zuki no!— me levanté, apartando le de mi lado, para que dejase de hacer eso.

Sólo recibí un pequeño maullido de su parte bajándose de mi cama.

Entre a mi baño despabilando me el sueño que me quedaba, y me di una ducha rápida.
Baje al cabo de 30 minutos lista y cambiada encontrándome a mis papás en la cocina desayunando.

—Buenos días hija. ¿Cómo amaneciste?—pregunta papá mientras le toma un sorbo a su taza de café.


—No me puedo quejar— dije y me senté al lado de él. Vino a mi mente la pesadilla que acababa de tener hace unas cuantas horas, pero no le di importancia. Seguro que sólo era mi mente dándome una mal jugada.


—Desayuna pronto para que acompañes a tu papá a comprar algunas cosas que ocupo en la casa— dijo mamá sirviéndome un plato con hot cakes y miel de maple.


—Seguro.




Subí al auto en el cual papá ya me esperaba a listo. Marchamos enseguida hacia nuestro destino- el cual no tenía no idea, ya que no conocía este pueblo-.

—¿A dónde vamos?—decidí preguntarle.


—Al supermercado. Tranquila no queda muy lejos de aquí— asentí levemente.


—¿Que tienes Leila?— preguntó viéndome de reojo.


—Nada, enserio. ¿Por qué?. 

—Estas muy callada últimamente— le dio vuelta al volante entrando en un tipo callejón.


—Pues todavía me siento extraña con todos esto de la mudanza— dijo viéndolo atentamente.


—Te entiendo, pero ya te acostumbrarás— apoyo una de sus manos en mi rodilla y le dio un leve apretón.










Pasados diez minutos el auto se detuvo frente a una gran tienda. Bajamos y papá le puso seguro al coche.


—Toma una canasta y ve a los lácteos, yo estaré en la sección de carnes frías— dijo una vez que entramos y camino derecho hasta perderse de mi vista.


Bien, me había dejado sola y yo no tenía ni idea de donde se encontraba los lácteos.
Decidí buscar a algún empleado que me ayudara, pero no encontraba ninguno.
Seguí caminando hasta que al fin vi a alguien.

—Disculpe, ¿donde se encuentra la sección de lácteos?— pregunte tratando de sonar amable.


—Todo derecho, pasando los cereales— dijo apuntando un corredor.


—Gracias— el sólo asintió y yo seguí hacia mi destino. Iba tarareando una canción que venía escuchando en el auto cuando sentí una mirada fija en mi espalda. Me tense. 

Voltee disimuladamente hacia atrás, pero no había rastro de nadie, seguro me estaba volviendo loca.

Ya podía alcanzar a apreciar los galones de leche y yogurt, me faltaba poco para llegar, pero escuche unas pisadas tras de mí. Voltee asustada y podría jurar que vi una sombra pasar rápido.
Perfecto ahora si estoy oficialmente loca.

Antes de retomar mi camino nuevamente sentí una respiración en mi cuello, poniéndome los pelos de punta.









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Vendetta {Harry Styles} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora