Favor de leer la nota al final.
Capítulo 28. 'No lo conoces'.
-Sigo esperando una explicación, Leila- la mirada acusadora de Harry no se despegaba de mi, haciendo que me pusiera aún más nerviosa.
-Pues espera sentado-no estaba de humor para andarle contestando sus caprichitos. Hoy había sido un día largo y lo único que necesitaba era meterme a mi cama y olvidar el mundo por unas cuantas horas. Dormir es la mejor solución a todos los problemas.
-Leila...- me advirtió. Su mirada se oscureció. Trague saliva, al parecer los dos estábamos con el mismo estado de ánimo y lo mejor era no presionar.
Su enfado se notaba a leguas.
Solté un suspiro derrotada.
-Bien- dije vacilante, sopesando mis ideas, analizando cual sería la mejor respuesta- Creo que alguien quiere hacerme daño- susurré tan bajo que por un momento llegue a pensar que Harry no me había escuchado.
Levanté con pesadez mi vista hacia donde se encontraba el sentado en mi cama. El rizado tenía la mandíbula apretada y observaba un punto fijo en la pared tras de mi.
-¿Tienes alguna idea de quien puede ser?- siseó entre dientes.
Negué con la cabeza.
Se llevó las manos a su castaño cabello despeinando lo. Pude notar que todavía traía la pequeña nota entre sus manos.
-¿Desde cuándo?- pregunto después de varios minutos de silencio que pasamos los dos sumidos en nuestros pensamientos.
Dudé unos momentos en contestar. La verdad es que no sabía. Toda era tan extraño y confuso.
Hice una mueca, buscando una fecha que se acercara.
-No sé, desde que llegue hubo algunos percances, pero todo empezó una semanas después de la mudanza-
Asintió con la cabeza. Y después su ceño se frunció.
-No volverás a salir sola- ordenó confiado. Mis ojos se abrieron un poco ante la sorpresa de sus palabras y más del tono de voz que había utilizado, como si tuviera que obedecerle si o si. El no era mi padre, por lo tanto no tendría porque hacerle caso. Yo podía hacer lo que se me viniera en gana. Como ya lo había dicho anteriormente; el y yo no éramos nada.
-Y ni se te ocurra decir que no somos nada, porque me vale mierda, no estarás sola y es mi última palabra- gruño y se levantó de mi cama, caminando hacia mi. ¿Ahora podía leerme el pensamiento?
-¡Tu no eres nadie para ordenarme eso!- grite. ¿Por qué siempre tenía que sacarme de mi límite?.
Si quería hacerle enfadar, claramente lo estaba logrando.
Di un paso hacia atrás. Mi espalda topó con la madera de mi tocador.
-¿Por qué no puedes entender de una jodida vez que me importas?- con cada paso que daba estaba más cerca de mi, lo cual no era nada bueno para mi autocontrol, pues temía que en cualquier momento me lanzase a sus brazos.-¿Qué tengo que hacer para que confíes en mi?- susurró pasando su mano delicadamente por mi mejilla.
-Nada- solté el aire retenido, hipnotizada por el familiar color de sus ojos.
La expresión de Harry era un tanto desconcertada, pero era la verdad, el no debía hacer nada porque aunque sabía que me estaba metiendo a la boca del lobo, ya confiaba ciegamente en él y lo único que temía en estos momentos era que terminara por robarse cada pedazo restante de mi corazón.
{...}
-Y así fue como Charles Darwin logró terminar su teoría de la evolución 'El origen de las especies'-el profesor Jenner apagó el proyector, dando por finalizado el documental que estábamos viendo.
Llevábamos viendo este tema desde hace dos semanas y aunque no estuviera del todo aburrido, cansaba un poco.
Deje caer mi cabeza en la mesa frente a mi.
Ayer me había dormido a altas horas de la madrugada debido a que la charla con Harry estaba-digamos le- interesante.
Habíamos estado saliendo desde hace varios días. Y la mayoría de las noches el llegaba a mi casa por la ventana y se quedaba a dormir conmigo.
A este punto no sabía que éramos, ninguno de los dos habíamos definido algo.
Me encantaba estar con el, últimamente era algo más abierto conmigo y había presenciado varias facetas de el, así que por el momento no le veía la mayor importancia a ponernos una etiqueta, pero no sabía si en unos meses más pensaría lo mismo, aunque tampoco tenía claro sí llegaríamos a tal extremo.
Me sorprendía todo lo que el rizado me hacia sentir y la manera en que yo me comportaba cuando estábamos juntos. Era algo extraño, pero me gustaba, porque podía ser yo misma, sin necesidad de máscaras y a lo que veía el se sentía de igual modo.
En cuantos a los problemas en casa, estaban casi resueltos. Papá ya se encontraba en un mejor estado, todavía le quedaban unos pocos días de reposo, ya que las costillas debían estar soldadas por completo.
Aquel susto que había pasado en el auto de Harry, decidimos no comentárselo a Helena, y desde esa noche todo se encontraba en calma.
Lo cual era en verdad un gran alivio.
Y esperaba que siguiera así por un tiempo más, de preferencia por siempre.
-¿Se puede saber cual es el motivo de tu sonrisa?- susurro risueña Sisa en mi oído, haciendo que me sobresaltada un poco.
El rostro de Harry paso por mi mente y mis mejillas tomaron color.
-¿Cuál sonrisa?- mentí descaradamente. Yo no era de las que iban por todos lados demostrando sus sentimientos, en ese aspecto siempre fui muy reservada.
Sisa alzó la ceja y me dio una sonrisa irónica. Al parecer cuando mis emociones lograban salir, me era difícil ocultarlas.
-Es Harry- afirmó-Te estas enamorando- su tono de voz fue bajando. Me miro preocupada.
Cubrí mi rostro con mis manos soltando un suspiro.
-No...- negué con la cabeza-No se, todo es tan.....confuso-dije contra las palmas de mis manos.
-Sigo pensando que Styles no es bueno para ti, o que ¿ya no recuerdas que le mintió a tu mamá?- Sisa se estaba alterando un poco, y no era bueno, ya que todavía estábamos en clases.-¿No recuerdas que es un mujeriego? ¿Qué sólo le importa follar?- continuó y yo lo único que quería era que se callara.
-No lo conoces-contraataque. Sisa estaba equivocada, tal vez en un principio Harry pudo llegar a ser todo eso, pero con el tiempo que llevábamos hablando yo estaba segura de que sólo era una de las tantas apariencias que quería dar.
-Y tu tampoco-su mirada me suplicaba que recapacitara, pero simplemente no tenía porque hacerlo. No estaba haciendo nada malo.
-Woods y guarden silencio por favor- nos reprendió el profesor dirigiéndonos una mirada acusadora.
Me encogí en mi asiento y me dedique a poner atención, al igual que Sisa.
{...}
Saqué mi libro de matemáticas y lo metí a mi mochila, el profesor Wilson se había emocionado durante la clase y nos dejo varias páginas de tarea por completar.
Con lo que me gustaban las matemáticas. Sarcásticamente hablando por supuesto.
Agarre los útiles que me hacían falta y cerré mi casillero, poniéndole un pequeño candado.
Las clases por el día de hoy ya habían finalizado y lo único que quería era ir a mi casa y terminar con la pila de deberes que tenía.
-¿Quieres que te lleve a casa?- Harry apareció a mi lado con su típica sonrisa pícara.
Hoy no me tocaba ninguna clase con el, por lo que no me lo había topado en todo el día.
Iba vestido con unos jeans ajustados negros, una camisa blanca debajo de una chamarra oscura. Un gorro azul marino cubría su cabeza, ocultando los rizos de arriba, dejando su frente descubierta.
Se veía extremadamente bien, como siempre.
-Claro- le di una tímida sonrisa.
-¿No te olvidas de algo?- pregunto divertido.
Fruncí el ceño y abrí mi mochila verificando que trajera todo lo necesario.
-No, guarde todo- dije segura.
Harry soltó una carcajada, haciendo que sus ojos se vieran más pequeños. Me encantaba cuando reía de esa manera, se veía tan real.
Se acercó a mi lentamente, justo como siempre lo hacía cuando estábamos solos. Su aliento mentolado chocó en mi nariz, gracias a que el me ganaba por varios centímetros de altura.
Inclinó su cabeza y unió sus labios con los míos. Causando como siempre en mi interior una deliciosa explosión de emociones.
Sus labios eran tan adictivos, que nunca me cansaría de probarlos.
Se separó de mi respirando agitadamente, junto nuestras frentes mientras en sus rosados labios se extendía una de esas sonrisas que tanto me gustaban.
-No me importaría recordarte cada vez que se te olvide darme mi beso- susurró pícaro y soltó una suave risa.
Sentí mi cara arder, pero esta vez no me importo, sabía que a el le gustaba cuando eso sucedía.
Entrelazó su mano con la mía y nos dispusimos a salir del instituto.
-¿Cómo estuvo tu día?- pregunté. No habíamos dicho nada después de que Harry puso el auto en marcha. Toda estaba en silencio, pero no del incómodo, aunque siempre prefería escuchar su ronca voz.
-Normal- contestó. Tenía una mano apoyada en el volante y otra todavía entrelazada con la mía, haciendo leves círculos imaginarios con su pulgar en mi mano.
-¿Almorzaste?- el semáforo se puso en rojo y Harry paró el auto, esperando a que el color cambiara a verde.
-Si papá- exclamé queriendo sonar fastidiada, cosa que se me hizo imposible por la sonrisa estampada en mis labios.
El rizado volteo a verme con una ceja enarcada. Solté una risita, y me encogí de hombros inocente.
Las palabras de Sisa resonaron en mi cabeza, haciéndome recordar que tenía un tema pendiente con Harry, respecto a su familia.
Todavía no entendía el motivo por el cual él le había mentido a Helena. Era algo que venía rondando conmigo desde el día en que mi amiga lo desmintió, pero seguía sin aclararlo con Harry.
-¿Que piensas hacer en Navidad?- pregunté desconcertando por completo al rizado.
Hizo un sonido con su garganta antes de contestar.
-Hmm....no se, estar en mi departamento- eso había sonado más como una pregunta-¿Por qué?- preguntó curioso.
-¿No quieres pasar esas fechas con tu familia?- lo observe atentamente, viendo como todo su cuerpo se tensaba. Soltó mi mano y la acomodo en el volante, apretándolo tan fuertemente con ambas manos que sus nudillo se pusieron completamente blancos.
No espera una reacción como esa.
-¿Por qué preguntas eso?- su voz se había vuelto más ronca de lo normal. Tenía la mandíbula apretada y comenzaba a respirar agitadamente.
-Sólo curiosidad- susurre un poco temerosa. Posé mi mano en su hombro, queriendo tranquilizarlo, pero el se hizo a un lado rechazando mi toque.
-Pues guárdate tu curiosidad, mi vida privada no es de tu incumbencia- soltó entre dientes.
Ouch.
Volvía a ser la misma persona fría y distante del principio.
El semáforo cambió a verde, y sin más que esperar Harry arranco el auto a una velocidad demasiado alta.
-Si es de mi incumbencia, porque resulta que nos mentiste- me estaba alterando yo también y no era nada bueno- Ya se que tus papás están muertos- creo que eso no había sonado bien. Me mordí el labio, arrepentida de mis palabras.
Harry apretó con más fuerza el volante y aumentó la velocidad. Esto en verdad se estaba poniendo feo.
Mis manos empezaron a sudar por los nervios y el miedo.
-Harry baja la velocidad- la voz apenas me salía.-Harry por favor, me estas asustando- suplique y ya podía sentir la lágrimas en mis ojos, nublándome la vista.
Parecía que el no me escuchaba, o simplemente no quería hacerlo.
Cambio de carril, ganándose uno que otro insulto y pitido de los conductores tras nosotros. Bajo un poco la velocidad hasta que se estacionó a la orilla de la carretera.
Golpeó con fuerza el volante. Me sobresalté, rogando no echarme a llorar.
-¡Quien te dijo eso!- grito enojado.
Mis lágrimas no se hicieron esperar y comenzaron deslizar se una por una por mis frías mejillas.
-¿Entonces es...cierto?- susurré en medio de un sollozo.
Harry se pasó ambas manos por el cabello y después golpeó el cristal de su lado con el puño cerrado.
-¡Contéstame Leila! ¡Joder!- desabrochó su cinturón de seguridad y se acercó a mi. Quite con rapidez el mío, pegando me a la puerta de mi lado, tanto como me fuera posible. En ese estado en el que se encontraba Harry no quería me tocara.
El se dio cuenta y retrocedió de inmediato, no sin antes mirarme con dolor y arrepentimiento.
-¿Por qué me mentiste Harry?- mi vista estaba fija en mis manos.
Escuché la respiración irregular de Harry, mezclada con mis sollozos.
-No me gusta que me tengan lástima, nunca me ha gustado- contestó después de algunos minutos.
Me mantuve en silencio, pensando en su respuesta. Sisa tenía razón, pero no del todo. Justo como le había dicho en la mañana, ella no lo conocía.
-Leila...- dijo como un suave susurro. Levanté mi vista, y me topé con los ojos enrojecidos de Harry. ¿El estaba...? no, no puede ser.
-Lo siento- se volvió a acercar a mi lentamente, y cuando vio que no me alejé colocó su mano en mi mejilla, limpiando las lágrimas.
Era la segunda vez que se disculpaba conmigo, pero era la primera vez que lo veía a punto de llorar. Y no me gustó. Verlo sufrir no era para nada agradable.
Puse mi mano encima de la suya y le di un leve apretón. El sabía que siempre lo perdonaría. Le quería, no sabía desde cuando había iniciado este sentimiento; pero lo hacia.
-Sólo te pido que confíes en mi, eres muy importante para mi- recordé las palabras que el varias veces me había dicho sobre tenerle confianza, y lo único que ahora esperaba era que el sintiera lo mismo conmigo.
Acerqué mi rostro al suyo, y por primera vez fui yo la que inicié el beso entre ambos. Un beso suave y tranquilo, transmitiéndonos paz a ambos.
Lo único que quería era hacerle entender que yo estaría a su lado, apoyando lo así como él estuvo cuando yo ya no podía más.
***
Lo siento por la demora, pero me salieron unos problemillas y no pude actualizar, pero aquí esta. EL CAPÍTULO ANTERIOR TUVO MÁS DE 100 VOTOS!! MUCHAS GRACIAS!! ESPERO QUE ESTE TAMBIÉN LLEGUE A MÁS DE 100 ¿por favor? ¿Si?
Ya subí el trailer y todo de mi nueva fanfic que va a ser también de Harry, se llama 'Dark Secret' ya está en mis obras, para que se pasen por favor y me dejen un voto y comentario, quiero saber si les llama la atención, claro si gustan. :D x
Este capítulo esta dedicado a: @hispstergirls Muchas gracias por leer mi historia, y votar y comentar. ILY <3
¿Qué parte o frase de este capítulo les gustó más? Respondan en un comentario please, quiero conocer su opinión.
GRACIAS POR TODO. PROMETO SUBIR CAPITULO PRONTO! MUCHO AMOR DE MI PARA USTEDES. BESOS :D xx
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Vendetta {Harry Styles} TERMINADA
Fanfiction"No debes confiar en nadie. Ni en tu propia sombra" Harry Styles prometió cobrar venganza por la muerte de sus padres. No descansará hasta ver que aquel desgraciado que arruinó su vida este de rodillas suplicándole perdón. E...