Capitulo 15. '¿Sueño o realidad?'.

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Harry Styles me estaba besando.







Sus labios se movían sobre los míos, con mucho ímpetu. Trataba de seguirle el compás de sus movimientos, pero a diferencia de el, yo era una novata en esto. Mordió mi labia inferior, haciendo que soltara un gemido, y abriera mi boca, permitiéndole el paso a su lengua, y así crear una guerra que aunque la mía ni era tan diestra como la suya, no iba a dejarse vencer.
Harry soltó un gruñido; bajo sus manos de mis mejillas y las poso en mi cintura apretándome más a su cuerpo, quería sentirlo más cerca. Mis brazos que hasta este momento habían permanecido quietos cada uno a un costado de mi, cobraron vida y se enroscaron en su cuello, haciendo que le beso se profundizará un poco más, si eso pudiera ser posible. Mis dedos agarraron los pequeños rizos al final de su nuca, haciendo leves caricias, robándole un suspiro de satisfacción de sus carnoso y suaves labios rosados.

Nuestra necesidad de respirar se hizo presente y nos separamos sólo unos cuantos centímetros. Mientras regulábamos nuestras respiraciones, Harry paso la punta de su lengua dibujando mi labio inferior. Otro gemido salió de mis labios. La sonrisa picara de Harry no se hizo esperar, y mis mejillas tomaron un fuerte color carmín.

Mire aquellos ojos esmeralda, ahora llenos de deseo, deseo por mi. Baje mi vista a sus labios que ahora estaban hinchados y más rojos de lo normal, gracias a nuestro -realmente muy apasionado- beso. Jamás en mi vida hasta ahora me habían besado de esa forma tan.... diferente.

El aliento mentolado de Harry pegaba en mi nariz, y nuevamente sin que me lo esperara me volvió a besar por segunda vez. Y esta vez se sintió tan increíble como la primera.
Sabía que esto estaba mal, pero se sentía tan bien, que me era imposible resistirme.

Harry despego sus labios de los míos y bajo sus besos por mi mandíbula, formando un camino imaginario hasta mi clavícula y volviendo a subir por el mismo lugar, robándome uno que otro suspiro de placer.


Pero como siempre todo lo bueno tiene un final. La razón que hace unos momentos no se dónde se había metido, regreso a mi, haciéndome ver las cosas con más claridad.

-No.... Harry- gemí más fuerte cuando sentí como sus dientes raspaban una parte sensible de mi cuello, y luego pasaba su lengua por el mismo lugar.

Puse mis manos en su pecho, empujando lo para que se alejara de mi.

No quería ser como Kylie, no quería que me tratara a su antojo como a todas las demás que habían caído a sus pies.

Se separó un poco más de mi, observándome atentamente con una expresión confusa. Sin pensarlo dos veces, levanté mi mano y deje que se estrellara fuertemente contra su mejilla derecha, la cual en unos cuantos segundos estaría completamente roja.

Sus ojos se abrieron con sorpresa ante mi arrebato, pero después su entrecejo su frunció, y formo una línea recta con sus labios.

-¿!Que carajos te pasa?!- pregunto enojado, mientras tomada fuertemente mis muñecas. Los ojos que hace unos momentos mostraban deseo ahora estaban repletos de ira y frialdad. Debo admitir que me intimidaron, pero me sentía tan mal conmigo misma que no me importo en los absoluto.

-Yo no soy como las demás- trate de que mis palabras sonaran lo más seguras posible, para que no se diera cuenta de que su presencia y tacto me afectaban ya más de lo que quería- No puedes follarte a una y luego venir a besarme como si nada- me zafe de su agarre en un movimiento brusco. Pase a su lado, quite el seguro y abrí la puerta saliendo de aquel frío cuarto del conserje.















{...}















-¡Leila, espérame!- Sisa venía gritando detrás de mi desde que salimos de la última clase del día. Ya la había escuchado, pero no quería detenerme. Necesitaba salir de esta institución lo más pronto posible, desde mi pequeño 'incidente' con Harry no lo había visto, y no me apetecía hacerlo ahora, así que, entré más rápido estuviera en mi casa; mejor.

Decidí disminuir mi paso, para que mi amiga me alcanzara. Al fin y al cabo ella no tenía la culpa de que Harry fuera un imbécil mujeriego.

-Eh chica, ¿que no me escuchabas? Te vengo gritando desde hace más de cinco minutos- hablo con la respiración un tanto agitada una vez que me alcanzo.

-Lo siento Sisa, pero me urge llegar a casa- comente sin despegar mi vista del frente.

-Oye, ¿crees que puedas ir a mi casa en la tarde?- se puso frente a mi, impidiéndome seguir caminado- Hazme caso- dijo un poco molesta.

-No se, depende de sí mis papás están en casa. Yo te aviso ¿vale?- asintió. Me dio una beso en la mejilla como despedida y tomó el camino al contrario del mío.












Al llegar a mi casa, me encontré con la sorpresa de que la puerta de la entrada estaba abierta completamente. Esto era extraño. Jamás harían eso Marco o Helena. Subí los tres escalones que se encontraban al pie de la puerta y pase, caminando por el pequeño pasillo hasta la sala. Voltee hacia todos lados, pero no se escuchaba ni un sólo ruido.

-Hija, que bueno que llegas- apareció mamá saliendo de la cocina. Y yo me lleve la mano al pecho por el susto que me había llevado.

-Me asustaste- murmure.

-Así tendrás la conciencia- dijo burlona, dándome un beso en la mejilla y un abrazo-¿De casualidad no te habrás encontrado con tu papá?- pregunto.

-No. ¿Por qué? ¿Qué no se supone que esta en el trabajo?- pregunte confundida.

-No. Es que justo antes de que llegarás se fue- cerró la puerta de entrada y camino de regreso a la cocina, la seguí todavía más intrigada y confundida.

-¿A donde?-

-A Cleveland, tenía que arreglar unos asuntos de su antiguo trabajo- asentí, aunque un poco extrañada, ya que Marco no me había comentado nada. El sabía que yo quería regresar al menos de visita. ¿Por qué no me habrá dicho?

-¿Cuándo regresa?- pregunte todavía sumida en mis pensamientos.

-En tres días, si es que no se extiende algún papeleo- asentí-¿Tienes hambre?- se recargó en la barra de madera, esperando mi respuesta.

-Si, de hecho muero de hambre- dije y frote un poco mi panza.

-Bien, ve a lavarte las manos para servirte-

Me levanté dispuesta a ir al baño, cuando recordé la invitación de Sisa- Ah mamá ¿puedo ir a la casa de una amiga?- crucé los dedos para que me diera el permiso.

-Leila- me advirtió, yo sólo puse la cara más inocente que pude- Sabes que estas castigada- hice un mohín.

-Lo sé, pero por favor es importante- le supliqué, aunque ni yo misma sabía el motivo por el cual me había pedido ir a su casa.

-No, mejor que ella venga aquí, que no te voy a quitar tu castigo-

-Bien, gracias- bueno al menos había conseguido algo.

Le marque al teléfono de Sisa, avisándole que sería mejor que ella viniera a mi casa, al principio no quiso ya que dijo que habíamos quedado en la de ella, pero después de que le conté lo de mamá y que no me dejaría por ningún motivo ni excepciones, accedió.














Media hora después se apareció Sisa en la puerta de mi casa, con una enorme sonrisa como siempre.


-Y bueno ¿por que era tanta la urgencia de ir a tu casa?- pregunte, ella se removió algo incómoda en el lugar de mi cama donde estaba sentada.

Se debatió varios minutos entre sí hablar o no, y a mi cada vez me ponía más nerviosa.

-Vi que entraste con Styles al cuarto de aseo- dijo de golpe dejándome helada. Maldito Harry. Maldita suerte. Y maldita yo. Era obvio que alguien tendría que vernos, o bueno verme siendo arrastrada por el a un cuarto, solos, los dos.
Me quede callada, sin saber que responderle. Me daba demasiada pena.

-¿Y bien, que estuvieron haciendo?- su mirada estaba fija en mi, y como siempre mis mejillas me delataron al ponerse rojas gracias al recuerdo de los labios de Harry sobre los míos.

-Na...nada- tartamudee. Bien Leila, así jamás dejara de preguntarte hasta que le hayas dicho todo. Había cavado mi propia tumba.

Alzo una ceja, obviamente no creyéndoselo mis palabras.

-Esta bien si no me quieres contar, sólo quiere decirte que tengas cuidado con el, mira que Styles es de esos chicos que no se andan por las ramas y consiguen lo que quieren a como de lugar, aunque sólo sea un capricho- mire mis manos que se encontraban en mi regazo y empece a moverlas aún más nerviosa, tal vez Sisa tendría razón.

-¿Por qué dices eso?- pregunte temiendo que ella fuera una de esas tantas.

-Experiencia propia- se encogió de hombres y me volví a quedar sin respiración. Lo que me temía.

-Entonces tu... y .....Harry.....y .....los dos?- pregunte un tanto asustada.

Sisa frunció su ceño confundida y después abrió sus grandes ojos azules.
-¿Qué? ¡No!- grito y después soltó una carcajada- ¿Cómo puedes pensar eso?-

-Es que dijiste experiencia propia, y eso y pensé que eso y pues ¿no?- hablé sin sentido y ella ensanchó más su sonrisa viéndome divertida.

-¿Puedo confiar en ti verdad?- asentí rápidamente -Bien, fue hace algún tiempo acaba de cumplir los 16 años. Un chico nuevo había llegado a la escuela y era toda una novedad por su acento británico, su cuerpo y todo. Se metió en unos muchos problemas y lo catalogaron como el 'chico malo' junto a sus dos amigos. Pero bueno, caí perdidamente enamorada de el, era mi primer amor. Ya te imaginarás como andaba yo. Lo peor fue que el me "correspondía", me daba alas y yo seguía detrás de el. Llegamos a ser novios, paso un mes y me llevo a una fiesta de un amigo de el a un bar afueras de Linndale. Mis papás no me habían dado permiso, pero aún así fui, con su ayuda me escape de casa. Tomamos unas copas y los dos nos pusimos un tanto felices, pero no llegamos a emborracharnos ya que el me tenía que llevar de vuelta a mi casa conduciendo su moto. En ese bar había un motel arriba, así que pues entre beso y beso llegamos a una habitación, yo en verdad lo amaba, y quería demostrárselo completamente. Una cosa llevo a la otra, y termine dándole mi virginidad. Al día siguiente en la escuela se comportaba raro conmigo, y así pasaron uno o dos días más. Yo me sentía realmente mal, pues no sabía el por que de su comportamiento.
En uno de esos días yo iba pasando por el callejón cerca del parque y vi a dos personas platicando pero una le estaba entregando dinero a la otra, así que como la curiosa que soy me acerque más y descubrí el que era mi novio recibiendo el dinero de uno de nuestros compañeros de nuestro curso y este último lo felicitaba por haber ganado la apuesta: Acostarse con la niña más difícil del curso. Esa era yo, ya que antes de el no le había hecho caso a nadie de los que se me declaraban.
Me fui a casa llorando, estaba destrozada, no podía creer que después de poner mi confianza en el, haya sido tan despiadado de haberla pisoteado junto con mi corazón. Lo enfrente en la escuela y el muy cínico me confirmo todo y me hizo quedar como una zorra frente a todos- término de contar Sisa. Tenía los ojos brillosos y unas cuantas lágrimas bajando por sus mejillas-creo que después de todo creo que aún no lo supero- sonrió amargamente y sorbió su nariz.

Mi corazón se encogió ante sus palabras, no me gustaba verla sufrir, aunque sólo tenía poco de conocerla en verdad se había portado demasiada bien conmigo, era una gran amiga. Se podría decir que ya tenía mi confianza noventa y nueve por ciento bien asegurada.

-¿Y quien era ese chico?- pregunte rogando por que no se sintiera todavía más mal al pronunciar su nombre, pero es que me moría de la intriga por saberlo.

-Es Zayn Malik- abrí mi boca en una perfecta 'O'. El amigo de Harry. Me acerque a ella y la abrace fuerte. Y lo que me temí. Soltó un sollozo y me abrazo más fuerte, soltando todo su dolor.- Por eso te pido que tengas cuidado con Styles, no quiero verte sufrir por lo que yo ya pase- Di palmaditas con mi mano por su espalda tratando de calmarla y le aseguré que tendría mucho cuidado.













{...}















El reloj que se encontraba en la pared de mi habitación marcaba pasada de las once de la noche, Sisa, se había marchado a su casa hace más de 3 horas y yo me preparaba para irme a dormir.

Me puse mi bonita pijama que consistía de un short morado con pequeños dibujos de conos de helado con una bolita de nieve y una cereza adornando la cima, junto con una camisa blanca con un gran cono de nieve en medio.

Quite a Zuki que se encontraba acostado muy cómodo en mi almohada y lo abrace como si fuera un bebé. Metí mi cuerpo bajo las sábanas, y acomode al minino a mi lado, esté en cuanto toco el cobertor de nuevo, se acurrucó cerca de mis piernas y hundió su carita, mientras se hacía una bolita.

-Leila, ¿puedo pasar?- escuche la vos de mamá del otro lado de la puerta seguido de unos leves toquidos.

-Si mamá- la puerta se abrió y Helena entro observando cada rincón de mi cuarto- Vaya, si que te quedo muy bien- dijo admirando las postales en el techo, la pintura e imágenes que decoraban las paredes.

-Gracias- un bostezo salió de mis labios. Estaba muy cansada.

-Mañana tengo que tomar los dos turnos en el trabajo, así que me voy antes de las seis de la mañana y tal vez regrese a la misma hora del día siguiente. Quiero por favor que tengas mucho cuidado, ¿si? Cualquier cosa, me hablas al celular- se acerco a la cama y me dio un beso en la frente- Y desayunas por favor- me dio una mirada de advertencia y supe que le tenía que obedecer.

-Si mamá, tranquila. Te quiero- dije mientras la veía salir por la puerta.

-Yo te quiero más- grito desde el pasillo. Sabía que estaba sonriendo al igual que yo.

Apague la luz de la pequeña lámpara en el tocador y caí rendida en los brazos de Morfeo.














Aunque tenía los ojos cerrados sentía una luz molestarlos, quitándome el sueño por completo. Los abrí despacio tratando de que aquella fuerte luz no me cegara. Me los tallé un poco, acostumbrando mi vista.

¿Por qué estaba en mi vieja habitación?

Me levanté de golpe, estaba recostada en mi antigua cama. Había humedad en las paredes y el ambiente venía cargado de un aire helado. No, no, no, yo recuerdo haberme acostado estando en Linndale, no en mi vieja casa en Cleveland. Esto era tan extraño y confuso.

Recorrí toda la habitación percatando me que todos mis cosas estaban en su lugar, justo como cuando vivíamos aquí, lo único diferente era el estado de este, estaba sucio, con moho y había un olor raro en el aire.

Salí de mi cuarto bajando por las escaleras. Todo estaba tan silencio que se podía escuchar con claridad cada paso que daba. La parte de abajo estaba completamente oscura. Camine con cuidado tratando de no tropezar con nada, hasta que llegue al interruptor que yo recordaba que se encontraba en ese lugar. Lo encendí, y todo se iluminó. Parecía que nadie habitaba la casa ¿Cómo podía ser posible? No había ningún mueble a la vista, todo estaba desierto.

Al parecer mi cuarto era la único que parecía habitado.

Las luces comenzaron a tintinear, rogué por que no se apagarán. Odiaba la oscuridad.

Tenía que regresar a mi hogar, a Linndale, cuanto antes. Salí por la puerta trasera de la casa, y en frente de mi encontré una fría y desolada carretera. Gire para volver a entrar, pero detrás de mi ya no había nada, absolutamente nada. Podía decir que no había mi un alma aquí, aparte claro de la mía.

El frío comenzaba a calar más fuerte en mi cuerpo.

Camine silenciosamente por en medio de la carretera, pensando que encontraría una luz, un lugar, algo donde pudiera estar segura.

Pasados unos minutos visualice un cuerpo de espaldas a mi, a unos cuantos metros de distancia. Bueno al menos no me encontraba sola.

Camine un poco más rápido, si importarme quien sería. Antes de que llegara hasta allá, la persona se dio vuelta, quedándose frente a mi.

No podía ser posible.

Sorprendida, deje de andar y me quede estática en mi lugar.

-¿Papá?- mi vos salió temblorosa.
Pero el no contestó, sólo unos pasos nos separaban. Me acerque lentamente a el. Su rostro estaba sin expresión alguna, su tez demasiado pálida, como si no le hubiera dado el sol en mucho tiempo.

-Papá- volví a repetir ahora un poco más segura.

-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento- murmuraba una y otra vez, mientras de sus ojos salían lágrimas sin parar. Su vista no estaba en mi, parecía que no me veía, que yo no estaba presente.

-¿Qué?- me fije en su vestimenta, y vi que su camisa azul cielo estaba manchada por unas cuantas gotas de sangre y tierra- ¿Papá, que tienes?-

Escuche un disparo tras de mi, e instintivamente me tire al suelo, tapando mis oídos por el fuerte sonido. Unos segundos pasaron en completo silencio. Asustada abrí mis ojos, encontrando a mi lado el cuerpo de papá tirado con una herida en la cabeza, y un charco de sangre alrededor de el.

Me lleve mis manos a mi boca, ahogando un sollozo. Mis ojos escocían de lágrimas queriendo salir.

No.
No.
No.

¿Por qué?


Mi papá estaba...... muerto.






Muerto.










***


Antes que nada, hoy no me pude decidir por el comentario que más me gusto, peo que fueron varios, así que voy a poner aquí el nombre de los que me encantaron Y LES DEDICÓ ESTE CAPÍTULO:

@Dreamer3809
@MeloSisters
@karla_ravelo
Gracias nenas, sus comentarios me hicieron la semana enserio! :*

¡HOLA! Aquí les deje otro capítulo largó, creo que esta largo ¿no? Bueno eso espero. MUXHAS GRACIAS A TODOS, POR LOS VOTOS, COMENTARIOS, TODO. ME ENCANTAN QUE ME DEJEN COMENTARIOS LARGOS, ME ENCANTA RESPONDER Y LEERLOS.

Si quieren que suba el siguiente capítulo que será yo creo que el sábado que este capítulo tengo más de 25 votos y más de 5 comentarios. POR FAVOR. Ah y otra cosa me gustaría que cuando dejen el comentario contesten esta simple pregunta: ¿Quien es tu personaje favorito? Obviamente descartando a Hazza, porque se a todos les gusta e.e Mi favorito yo creo que sería Sisa, quiero una amiga así :(
Bueno disfrútenlo. Síganme en Twitter: @IsauraAguirre doy follow back!

Vendetta {Harry Styles} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora