El hombre sólo podrá recobrar la inocencia si reconquista
la libertad.
HENRY MILLER
MIENTRAS PREPARO LA MALETA , Mister Alba me habla incansablemente:
—¿Publicará el libro?
—Sin duda. Prepárese para que la gente discuta sobre usted, Mister Alba.
—¿Cómo lo sacará de la cárcel?
—No hay problema. Ya consulté con mi abogado. Si hay objeciones, él lo arreglará todo. Es primo hermano del director de la cárcel.
—¿Quién publicará el libro?
—No sé. Se lo daré a Ramírez, quien me ha dicho que se lo llevará a Pablo Lepanto, el escritor. Quizá Lepanto se interese por él.
—Si se lo lleva, Lepanto se interesará tanto, que lo publicará con su nombre.
—No importa. Lo que me importa es que lo publique.
—No será la primera vez que Lepanto publique un libro ajeno con su propio nombre.
Ni siquiera en esos momentos en que debiera preocuparse un poco de lo que en el futuro voy a pensar de él, Mister Alba se cuida de su reputación.
Para Mister Alba no hay nada mejor que hablar mal del prójimo.
Cuando Mister Alba me deja un momento, el Honorable Gordo Tudela toma el turno en el interrogatorio de la despedida. No hay remedio. La vulgaridad del Honorable Gordo Tudela me obliga a ser sentimental.
—¿Vendrá a vernos?
—Claro que vendré a verlos. Les traeré libros.
—No se le olvide visitar a mi mujer.
—No se me olvidará.
—Quiero que conozca a mis hijos.
—Descuide. Iré a conocerlos.
—Son buenos chicos. Les gusta verme en el oficio de detective. Mucho cuidado con lo que les diga. Ellos no saben que estoy aquí. Creen que me encuentro en el extranjero, en misión secreta. Mis hijos gozan viéndome llevar hombres a la cárcel.
Calla un momento, medita y vuelve a conversar.
—¿Qué planes tiene para la vida, Antón?
—No sé qué planes tendrá la vida para mí.
—Quiero decir... ¿En qué va a trabajar?
Me hubiera gustado decirle que la cárcel me enseñó a no trabajar. Pero no digo nada. Sin embargo, el Honorable Gordo Tudela no puede dejar de preocuparse por el destino que me espera fuera de la prisión.
—¿Cómo va a aprovechar la libertad? ¿Qué va a hacer?
—Pienso sentarme a la orilla de un camino solitario, y sentirme libre, y
mirar al cielo, y sonreír. Eso es todo lo que pienso hacer.
—Cuidado con los caminos solitarios —dice Mister Alba—. Mientras sonríe y mira al cielo, lo pueden asaltar los guerrilleros.
Para librarme de las preguntas topográficas del Honorable Gordo Tudela me dirijo a regar el rosal. David se va detrás de mí.
—¿Se va a llevar la rosa?
—No. La dejaré aquí. No olvide que es para adornar su ataúd.
David sonríe con melancolía.
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Jesús Zárate LA CÁRCEL
Mystery / ThrillerLa acción de la novela galardonada con el Premio Planeta 1972 transcurre íntegramente en una cárcel colombiana, en la que el protagonista, Antonio Castán, se encuentra acusado de un crimen que no ha cometido. Para ocupar su tiempo empieza a llevar u...