PARTE 31 - MARTÍN

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PARTE 31 MARTÍN

Día del estreno en Caracas. Sigfrido y Wolfgang hicieron ejecuciones brillantes que fueron ratificados por un ya sempiterno público cautivado por los jóvenes. El muchacho venezolano, muy moreno, de hecho tenía rasgos negroides, fue espectacular, en un rapto de entusiasmo se salió algo de programa y agregó algo de su propia creación, dos saltos más, definitivamente fuera de serie. Atkinson primero, y los muchachos después, primero se horrorizaron por la salida de madre del joven, pero al verlo saltar de manera tan asombrosa, lo admiraron sin reticencia. Debían hablar con él, lo mismo pensó Tomás, aunque este último además lo reprendería por la salida de libreto. Ese chico era un creador, atributo suficiente como para que Tomás lo celebrara (secretamente por cierto).

El público caraqueño fue tan dadivoso como los públicos de Argentina y Brasil, y más aún si cabe... esta vez las flores fueron exageradas, la verdad es que nunca supieron de donde habían salido tantas, de hecho se habían empezado a acumular desde el primer acto, muy primoroso, pero eran un estorbo: hacían resbaloso el piso.

El tercer acto, no habían medido bien el escenario, un grave error, de modo que Atkinson y Demian casi improvisaron, cuando lo empujó hacia el público, que ya sabía que esto iba a ocurrir, (los periodistas no habían sido discretos), Demian extendió "sus alas", voló, giró y se dio cuenta que no le apuntaría a At, éste también lo notó y dio un paso de más para ponerse en la trayectoria de Demian, que lo tomó, pero algo precariamente, lo llevó consigo, — ¡caerás mal! — le susurróal oído.

Tomás se dio cuenta también y gritó, —Yvan, ve a Atkinson... ¡ya!!!

Yvan vio la situación, Atkinson caería de mayor altura de la planificada. Demian dio el golpe final y lo soltó, Atkinson cayó desde cinco metros de altura. Lo recibió Yvan entre sus brazos frenando el feroz costalazo que se daría el pobre Sigfrido, Yvan improvisó un golpe final... Atkinson cayó entre la nube artificial y se tapó la cara, "esto es bochornoso" pensó; perdieron dos pasos, los mismos que los tramoyistas no perdieron, Odette iba ya al cielo, sin Rothbart. Sin perder el aplomo Yvan dio dos aletazos para volar y lo arrastraron tardíamente a las alturas detrás de Odette ya perdida en las nubes de anhídrido carbónico.

Los aplausos, gritos y vítores estallaron, se cerraron las cortinas, Atkinson se incorporó rápidamente, lo recibió Tomás, y todos en verdad, no le había pasado nada afortunadamente...

(... además es el héroe de esta historia...)

Se recompusieron todos, pese a la improvisación, dado que no había pasado nada, se abrieron las cortinas...

Tomás no alcanzó a salir del escenario, de modo que apareció con los chicos que saludaban, Odette apareció por la izquierda, Rothbart por la derecha, recién "bajados de los cielos", Wolfgang-Yvan tomó de la mano a Odette y saludaron provocando un estruendo mayor si cabe entre el público. La conmoción no alteró en nada y todo salió "perfecto". Los solistas bailarines improvisaron nuevamente y dieron paso a Tomás, que saludó, más aplausos. Dado que nobleza obliga, llamó insistentemente al director de conjuntos, ambos hombres, tomados de la mano saludaron. Rueda estaba enfermo de ira (y alarma), pero los componentes de la orquesta se pusieron de pie espontáneamente y lo obligaron a ir al escenario. La ira, se trocó en serenidad, en sonrisa torva, en sonrisa amplia, y finalmente en una anchurosa risa que mostraba sus dientes de fumador empedernido asombrosamente blancos, se los había pulido el día anterior.

— ¡Brillante, chicos, brillante!!...

Los bailarines se fueron separando, Atkinson estaba al último, aún con terror por las salidas de libreto y la bochornosa falta de coordinación, sobre todo con la "ascensión a los cielos", se adelantó serio, quedó sólo rodeado de sus compañeros de baile.

ATKINSON - AMOR ADOLESCENTE - Erótica -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora