PARTE 43 - LA LOCURA DE JULIANA

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PARTE 43 - LA LOCURA DE JULIANA

La tierra de la que hablaba Edgard era la formación de una nueva sociedad, había pensado rapidísimo (no más de 15 minutos, sólo necesitaba una oportunidad, At se la había dado), de hecho planeaba asociar las inversiones en cerdos a una producción avícola, pero cambió rápidamente las plumas de gallina por un teatro, este nuevo negocio se vincularía estrechamente a Lampa-Tiltil, Reproductores Pecuarios S.A., más los recursos que adjuntasen los participantes Javier, Demian, Yvan y Mauricio "O sus representantes o albaceas", rezaba la escritura.

Edgard pensaba en un holding, todo en grande. Cada uno sería dueño de la proporción de capital que aportasen en la adquisición del inmueble de Talagante. Edgard comprendió que los Saba-Obreque eran importantes: no sólo tenían recursos, además la obsesionante tontería, de Claudia en verdad, de una posición social, entonces eran de tremenda gravitación y habían hecho de la memoria y el prestigio de su hijo suicida, ex novio de At (y le dolió reconocerlo) una suerte de santo grial que les había dado resultados asombrosos. Todo lo armó Edgard en menos de un día.

La nueva sociedad se llamaría "Ahl'Ons Khamil, S.A." y el teatro se llamaría "Alonso"; los Saba Obreque fueron informados y cuestionaron que fuera una sociedad anónima con el nombre de su hijo, y propusieron otra figura legal, una fundación, cosa que Edgard ya había pensado, las fundaciones no pueden tener fines de lucro, pero pueden contratar gente, daba más espacio de movimiento económico dentro de los ámbitos de gente con dinero, pueden especular, comprar, vender, arrendar, invertir en acciones, en fondos mutuos, etcétera, entonces una fundación inteligentemente dirigida puede ser fuente de muchos dineros. Y él sería el alma económica y social de la fundación. Edgard sentía que traicionaba a Atkinson y sus amigos en sus legítimas aspiraciones de ser bailarines en su propio teatro, pero en fin, planificó con ellos un almuerzo privado, les habló con franqueza brutal, pensó que tendría caras largas y renuencias insostenibles; para su sorpresa, la naturalidad con que lo tomaron lo dejó medio perplejo, esos chicos sabían qué era dinero, para qué servía, que además les gustaba tenerlo, además aceptaron que las hermanas de Atkinson fueran miembros de la fundación, hasta que los retornos económicos doblaran el capital que habían invertido cada una, (y eso era mucho dinero) incluido el de Edgard (que era mucho más dinero). Nadie se percató de que todos los bienes y su administración se concentraban en una sola familia: los Maglio-Dunhill. Quizás Mauricio, pero también se dio cuenta que su familia no sería capaz de sostener tal cantidad de dinero en inversiones. Entonces no protestó.

Así, esta sociedad partió ya con deudas, pero las hermanitas de At no manifestaron interés alguno, además, y en virtud de tales acuerdos, ya tenían un contrato millonario, con Juliana, que les haría los arreglos y decoración del teatro. Atkinson tembló, su dinero entraba en juego, y él no sabía jugar, pero confió que todo iría bien sobre todo porque su papá sería el representante legal, trabajos cuyas remuneraciones fueron escriturados en un contrato, "¡por supuesto!, es mi pega (*), ¿no?" Aseguró alegremente el atrevido Edgard.

Se juntaron en la notaría de Talagante con el dueño de la "infraestructura", Juliana,

los acompañó hasta allí sólo por protocolo, y de ahí se fue al teatro rápidamente. El notario ya tenía redactado el documento, Edgard y sus asistentes legales pidieron media hora, lo leyeron dos veces. Los acuerdos básicos de la sociedad de reproductores eran los mismos en la nueva sociedad. Consecuencia:

Los muchachos NO compraban el teatro, lo compraba la sociedad que pronto sería fundación. Una vez más Edgard movía hilos en su beneficio y el de su familia.

Atkinson, el padre de Mauricio y Malher (no dejaría de intervenir), el de Demian y Carolina, la madre de Yvan, el padre de Javier que firmó temblando, además Mario que firmaba primero como presidente de la sociedad, estamparon sus firmas; junto a la de At estaba la de su padre, el orden en las firmas eran la prelación económica de aportes de cada uno. Terminada la transacción, con la entrega del cheque, se fueron al teatro.

ATKINSON - AMOR ADOLESCENTE - Erótica -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora