PARTE 34 - -LA PRÓXIMA VEZ, DEMIAN, LA PRÓXIMA VEZ...

27 0 0
                                    


PARTE 34 - —LA PRÓXIMA VEZ,DEMIAN, LA PRÓXIMA VEZ...

Tomás se incorporó del suelo, puso llave a su camerino, se miró nuevamente al espejo, desde su rostro ya casi de anciano, de a poco se le apareció aquel adolescente de boca sonrosada, pelo largo, cara eternamente asustada, aterrado de la violencia pero prisionero de ella.

Golpearon la puerta, se secó las lágrimas que aún le corrían con miedo por el rostro. Se levantó, abrió la puerta.

—Atkinson...

Conversaron detalles de esto y lo otro y el muchacho se fue.

***

—¡¡Corrido!!, ved muchachos, ved... ¡que os queréis matar!... ¡vamos!... Demian, dale, ¡rebánale el cuello!... Chico, ¡que no te vuelen el pescuezo!... Bien chicos, bien...— los animaba Tomás, entrenaba como maestro de esgrima. Era un acto peligroso, usarían navajas de verdad, a lo que el director se negó, pero Tomás impuso su criterio de que el público estaría tan cerca que verían las navajas de plástico y "el realismo era parte de la fantasía del ballet" proclamaba Tomás.

— ¡Atkinson... que Carmelo es buen amante!... 'pon pasión..., majo!!!'... ¡Pon pasión... ¡Macarena, alza las manos...

Todos, cansados hasta la muerte terminaron el ensayo muy tarde, recién a las once de la noche salieron a la discreta calle del Estadio Palestino. Tomaron sendos taxis.

Chico y Demian tomaron el suyo, en plaza Egaña ya se dieron cuenta ambos que ya era tarde, que Chico no se podía quedar allí solo a esa hora.

Demian llegó a su casa con Javier, contaron la situación, llamaron a los papás de Chico Javier para que lo vinieran a buscar, a las doce treinta de la noche, desde Peñalolén era imposible. Ok, Chico debería quedarse, les dieron de comer, los tallarines con esa salsa estaban exquisitos, Chico no dejó nada en el plato.

Le pasaron un cepillo de dientes nuevo; mientras Chico se duchaba, le armaron un saco de dormir a modo de cama al lado de la de Demian, los padres del joven se despidieron de él de manera tan amable como del mismo Demian.

Ambos muchachos se metieron a sus camas. Apagaron la luz. Javier parecía algo confuso, dormir en otra casa le era inédito, (además la superficie en que se encontraba estaba dura). Demian se dio cuenta que Javier estaba inquieto, de la manera que le pareció natural, le extendió una mano, que Javier aceptó de inmediato, se tomaron de ella y se quedaron quietos.

Se transmitieron el calor y con él un mundo completo de emociones. Javier se revolvió incómodo, su cadera estaba casi adormecida.

[Si lo arrastro a mi cama, ¿se enojará?]

Chico se vio tironeado de la mano que le daba Demian, se vio arrastrado a la cama del joven, que la abría para recibirlo.

Javier supo de inmediato qué hacer. Se metió dentro de ella.

Enfrentó a Demian, apoyaron la cabeza una contra la otra.

[No se enojó, se metió sólo a la cama... ¡es tan lindo!... pero no me atrevo... quizás, quizás si levanto la cara...]

Demian levantó su rostro, esta vez tenía apoyada su nariz en la frente de Javier. Olió. Jabón fragante. Subió algo más la cara y sus labios quedaron en la cara de Javier. No pudo aguantar, compulsivamente le dio un beso en la frente, el suave toque electrizó a Javier.

Levantó su rostro... y quedaron mirándose...

Se contemplaron, la frente amplia y despejada de Javier, sus pómulos altos, su boca que sabía sonrosada, se fueron metiendo como zarzas en las sensaciones de Demian, y se acercó apenas un milímetro, y otro más, y aún otro, y llegó a la boca que lo estaba fascinando, no quería decir nada, odiaba hacerlo, pero necesitaba aprobación explícita.

ATKINSON - AMOR ADOLESCENTE - Erótica -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora