PARTE 49 - LAS NEGOCIACIONES

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PARTE 49 - LAS NEGOCIACIONES

El problema que se había creado con la decisión de Mario, sin heredero alguno, salvo su hermana Dora y su sobrino Atkinson, (había despreciado olímpicamente a sus hermanas en favor del chico) era que, efectivamente, las fuerzas de equilibrio económico que lo permitían, gravitaban fuertemente además en las decisiones, todo se desbalanceaba. Así los Saba Obreque, aunque de gran poderío económico quedaban en una proporción similar a la de un emporio de barrio frente a un supermercado de un holding internacional, todos los demás miembros de la sociedad, simplemente no tenían nada que hacer; la familia de Mauricio, fuertes económicamente también, lo que Malher hacía notar, fueron los primeros en reparar seriamente, y señalaron que quizás solicitarían su retiro de la sociedad de planteles y del teatro. Básicamente, y lo dijeron francamente, el que un muchacho de dieciocho años se hiciera de todo les producía una escasa, sino nula, garantía. Así, lo que seguía por delante era una precipitada y amarga estampida de socios que derrumbarían no sólo una empresa multisectorial que se perfilaba poderosa, sino también lesionaba a la fundación, y además las amistades, y el futuro profesional de los bailarines. Atkinson comprendió que su (s) futuro (s), el (los) propio (s) y los de sus amigos, no eran de importancia para los adultos, sino lo que significaba económicamente este extraño testamento. Su tío Mario lo bendecía, pero al mismo tiempo lo condenaba.

Comprendió At también que aunque dejara que su padre siguiera manejando los hilos de la telaraña económica, todos los demás socios ya estaban prevenidos, y ahora eso era una forma elegante de decir que estaban... alarmados; la solución que avizoraba Edgard era abrir la sociedad, definitivamente poner acciones en la bolsa, olvidarse de las presuntas capacidades de la fundación de abrir escuelas subsidiadas de ballet, una sociedad (y no una fundación) permitiría que los Maglio-Dunhill tomaran definitivamente las riendas de las empresas; para evitar la depredación fiscal se podrían hacer eventualmente sociedades menores asociadas a un holding abierto a una sociedad anónima, con intereses en espectáculos, pecuarios y otros cuantos diera la imaginación. Así y todo, la mordida del fisco sería fenomenal.

Nada de esto satisfacía a Atkinson, que pensaba que sus amigos eran también parte de un ideal primero, y fundamentos iniciales de una empresa que duraría menos que un globo de cumpleaños después. El principal problema eran los Saba-Obreque, querían tener gravitación en las iniciativas y sus aportes, frente a los de este muchacho de dieciocho años, al momento, no significaban nada.

Palabras de buena crianza y manifestaciones de buena intención no eran suficientes, ni aún para Atkinson. Además que el Servicio de Impuestos Internos ya había olido un cadáver muy sabroso y los inspectores del SII rondaban como siniestros buitres sobre el testamento, las inversiones y las proyecciones. El insaciable fisco sacaba cuentas alegres. Sin embargo Mario tenía sus planes. Y podían empeorar la situación.

***

—Atkinson, lo lamento, sé que te he puesto en un aprieto, a ti y a tu familia, pero no quiero testar y que se vaya todo al hoyo negro del Estado, mira...— y Mario, con tubos y sondas por todos lados, les dio ideas a Atkinson y a Dora, conversaron solos por más de cuatro horas. Mario, una vez que sugirió (=impuso) los planes, exigió que At se los explicara, lo obligó a repetirlos hasta que se convenció que el jovenzuelo entendía. Entraron dos hombres, un médico siquiatra y otro con muchos legajos bajo el brazo, un notario, el moribundo obligó a At a firmar la escritura de venta, delante del notario que dio fe del acto económico sobre una fortuna impresionante; mientras le quedaba algo de vida a Mario, por su parte el médico certificó profesionalmente que la venta la hacía el hombre bajo la más completa lucidez de sus actos. El legajo de la escritura era enorme, dos tomos, era de lo que habían estado conversando.

ATKINSON - AMOR ADOLESCENTE - Erótica -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora