PARTE 30 - NO SABÍAN LO QUE DECÍAN. MENTÍAN. PERO NO SABÍAN QUE MENTÍAN

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PARTE 30 - NO SABÍAN LO QUE DECÍAN. MENTÍAN. PERO NO SABÍAN QUE MENTÍAN

La siguiente función fue todo lo espectacular que no había sido la segunda. Ya estaban acostumbrados al éxito y les parecía que no era otra la opción que tenían sus ejecuciones. La verdad es que eran muy buenos, no hubo nada que reprochar a los bailarines, incluso la hora esta vez fue perfecta. Aurelio hizo una espectacular ejecución, emocionante, sus trembling eran envidiables, sus evoluciones en el escenario fueron inmejorables. At no tuvo la secreta envidia negra que lo corroía usualmente, simplemente lo admiró profunda y sinceramente. Ferrer, entre bambalinas lo abrazó. Rueda, casi emocionado, le regaló una artesanía chilena, un finísimo copón de lapislázuli y cristal, todo chileno. La bailarina argentina, Edith se llamaba, por primera lloró de emoción, tomada de la mano de At recibió un arreglo floral más alta que ella misma. A At le dieron un regalo singular, un mate hecho de una madera llamada palo santo. Demian recibió un galvano de plata de 850 gramos. Mauricio e Yvan, exultantes, recibían similares regalos.

En el aeropuerto de Brasilia se despidieron cálidamente del bailarín brasileño, que les respondió con la peculiar forma de hablar del muchacho, les informó que lo hacía con eructos, y por ello los sonidos graves e inarticulados. Les agregó que los ventrílocuos usaban esa técnica, pero la modulación que tenían ellos era muy superior a la de él, que no se le habían formado las cuerdas bocales. Un extraño fenómeno debido a drogas de la familia de la Talidomida.

Lo invitaron a Chile.

Irania fue a despedirse de ellos, de todos en verdad. Al hacerlo de Demian manifestó su pesar de que se fuera. “Meu novio” le dijo. Atkinson, se mostró correcto pero cortante con ella. Se juzgó ‘idiota’ a sí mismo, pero le sonrió con esa sonrisa que ya le conocemos.

La muchacha lo miró y le dijo “es tuyo…”

At ya lo sabía…

… y esta vez le sonrió sin cinismo a la bellísima y sensual muchacha brasileña.

***

Abordaron finalmente el avión TAM, en tres horas aterrizaron en Aeropuerto Internacional Simón Bolívar en Caracas. Si el calor y la humedad en Brasilia había provocados estragos entre ellos, acá, en el Caribe, a las tres de la tarde, casi se desmayan, de hecho Ferrer debió ser asistido con agua, rechazó violentamente que le pusieran una silla de ruedas, lo que inició risas ahogadas entre ellos. El director, que no las tenía todas consigo, le bromeó, lo que Ferrer le contestó con dos gruñidos y veinte centímetros más de estatura.

Subieron a un bus y fueron a dar al Gran Melia Caracas Hotel. El imponente edificio de 20 pisos, cuatro restoranes, terrazas al aire libre, dos piscinas y habitaciones del tamaño de una casa convencional tenía climatización que mantenía a 20 grados Celsius la temperatura ambiental y la humedad relativa a 40%, todo el año. Los venezolanos son gente perennemente alegre, simpáticos hasta la saciedad, amables y por los chilenos sienten especial simpatía. Los venezolanos son valientes y decididos, francos y atrevidos.

(Don Andrés Bello, ciudadano venezolano, forma parte ineludible y grandiosa de la historia de Chile).

En esta oportunidad las presentaciones oficiales serían en cinco días, la idea era que descansaran, se quitaran el estrés, los ensayos empezarían en dos días más.

Atkinson, Demian, Yvan y Mauricio quedaron en una habitación gigante, con espacios cerrados, es decir era un departamento completo, con cuatro dormitorios. Sólo ocuparon dos, Yvan y Mauricio en uno, Atkinson y Demian en otro.

Cada uno arregló sus cosas, es decir ropas y otros enseres. Llamaron a sus padres, cada uno habló más de media hora. Su almuerzo en el avión había sido ligero. De modo que luego de la piscina, se fueron a comer. Cerca de cien personas, entre bailarines, músicos, asistentes, tramoyistas y maquilladores comieron camarones ecuatorianos (“llegados ayer” les dijo un mozo), carne venezolana, (“de Los Llanos” les agregó el mozo), y una pasmosa variedad de frutas; At se enamoró de los mangos. A Demian las arepas, una especie de tortas de maíz fritas y horneadas, le resultaron fascinantes, pese a ser una comida más bien de desayuno… (Por favor, lo venezolanos que me ayuden si me equivoco.) Y comió de ellas hasta quedar rebosante. Pero el jovenzuelo Demian no se resistió a un bife de marlin caribeño, comió ansiosamente y eso lo llevó a vomitar ayudado por sus amigos. “Idiota” le decían todos, increpándolo duramente por su engolosinamiento mientras vomitaba. Terminada su penosa faena pidió “más arepas.” Se las negaron.

ATKINSON - AMOR ADOLESCENTE - Erótica -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora