ATKINSON - AMOR ADOLESCENTE - Erótica -

PARTE 42 - EL TEATRO

PARTE 42 - EL TEATRO

Señora Dunhill...— dijo el médico muy serio —esto no está nada de bien. Su radiografía es alarmante. Gran parte de sus pulmones están invadidos por un microorganismo, los primeros cultivos indican que es probable que sea una psitacosis. Es una enfermedad infecciosa que se transmite a los humanos por contacto con las aves como loros, pavos y las palomas. Esta es una bacteria, con mucha seguridad se trata de Chlamydia psittaci, también se la llama ornitosis, fiebre del loro, clamidiosis; ¿usted dice que la trataron por aspergilosis hace tiempo atrás?

—Sí, ese fue el primer diagnóstico hace ya más de nueve años atrás, supuestamente me infecté con una paloma que trajo mi hijo Atkinson cuando era niño, la encontró moribunda en la calle y, bueno, él siempre trajo animales raros a la casa, lo último que trajo fue un zorro chilla, ha traído cerdos, palomas, su papá le compró ciervos españoles y una vez tuvo un cordero que se le murió pronto. Afortunadamente no se agarró él la bacteria. — Respondió Dora con algo de amargura.

—Mmmh... mire, veremos de usar antibióticos de amplio espectro, desafortunadamente aquel diagnóstico de aspergilosis fue equivocado ¿le recetaron antibióticos?

—Sí, uno de amplio espectro también, lo curioso es que me sané, sólo en los últimos meses se me han aparecido los síntomas de nuevo...— Dora mentía, o quería mentirse, nunca se había sanado, y lo que había ocurrido es que sus síntomas se habían agravado 'en los últimos meses.

—La enfermedad simula muy bien un resfrío complicado, seguramente le dieron un fármaco de amplio espectro efectivamente, y eso redujo la infección, pero no la curó definitivamente, el problema es que usted actuó algo irresponsable Señora Dunhill, no consultó a tiempo a un especialista...— En verdad el médico se refería a sí mismo.

— ¡Una clara sintomatología alérgica, doctor!, me traté de síntomas alérgicos todo este tiempo, no contra esos bichos de porquería..., además ¿qué quiere decir con no consultar a un especialista a tiempo?...

El médico eludió la respuesta, esa mujer era astuta. —Su hijo, Atkinson, ¿sigue trayendo 'animalitos' a casa?, el chico es responsable de su estado, Señora Dunhill.

—No, él no, fue esa paloma que trajo...

—Las madres siempre excusarán a sus hijos de las cosas más obvias...

—Doctor, no juzgue a At, vea qué puede hacer por mí, no me da miedo morirme, sólo que no quiero morirme todavía...— la mujer se puso sería, dfinitivamente molesta.

—Dora, disculpe que la llame así,... veremos de atacar a esas Clamidias, pero comprenda que no será fácil... mmh... no le va a gustar pero, debe internarse...

— ¡¿INTERNARME?, jamás!!...

Dijo Dora con esa resolución irredargüible.

***

'Casi irredagüible'...

***

... tres días después Dora estaba en una cama, internada en un pensionado de la clínica Suiza, recibiendo la primera dosis de antibióticos de última generación que la dejarían su cuerpo completamente estéril de microorganismos y con las defensas en cero, y todo por espacio de una semana y en observación por un mes...

Su primera reacción fue vomitar, casi sintió que se revertía su estómago, tuvo bochornosas diarreas, casi inconsciente se percató que una mujer le limpió el trasero y se sintió humillada hasta el infinito, se agregaba dolor de cabeza, mareos, turbiedad de la visión, se orinó, se le puso quebradiza la piel, se le secó la boca y sólo la alimentaban por sonda. En su delirio fue capaz de decir "cabro y la concha de su madre..." arrepintiéndose de inmediato de tratar así a su hijito... pero se juró que mientras ella viviera su Atkinson no traería nunca más ni la más simple mascota... ni el más puto pescadito... Pese a todos los cuidados Dora tuvo violentos episodios de fiebre, se determinó que la simple bacteria que producía las espinillas juveniles se habían apoderado de su cuerpo... entró en coma, deliró, la mejoraron con nuevas dosis de antibióticos... Dora estaba entrando en una espiral de agonía...