EPÍLOGO

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EPÍLOGO

Dora alcanzó a asistir a la ceremonia de graduación de Atkinson, que se recibió como uno de los mejores alumnos de su generación. Dora falleció de una insuficiencia pulmonar, diagnóstico: psitacosis. El desolado Atkinson hizo construir una sala especial, de cristal entera, llamada "Dora Dunhill", crearon la beca Dunhill, para bailarines destacados de todo Chile.

El deprimido Edgar se acogió a retiro de la actividad comercial, y se fue a vivir al campo de Daniel y Malher, los padres de Mauricio. Habían terminado siendo amigos personales y tuvo el valor de pedirles que lo aceptaran en su campo. No fue capaz de seguir viviendo en una casa tan grande y tan vacía, que ahora ocupaban su hijo Atkinson, Demian y Javier, que recibía a lo menos por unos tres meses al año a su esposo, el ingeniero y chef internacional Aurelio, At y Demian los dejaban en una parte de la casa. De vez en cuando compartían la cama los cuatro.

Aurelio, ya radicado definitivamente en Chile, y el gordo de la Pizzería abrieron un restaurante de finísimas comidas. Aunque "Rodolfito" le confesó su intenso amor a Atkinson, éste le dijo comprensivamente que las quimeras son para destruirlas y eso hizo el gordo, se hizo pareja de Gastón definitivamente.

Yvan y Mauricio compartían una casa enorme en Huechuraba, era un campo con una mansión en el medio. En verdad vivían en un cerro del que hicieron, a un costo ridículo, un pedazo de sur del país.

Macarena se llevó a sus papás, Carolina y Osvaldo, ya viejos, a un lugar aledaño al teatro Alonso, lo compraron, hicieron dos casas, en una vivía ella y su esposo, y sus padres en otra. Su pequeño hijo "Osvaldito" ya bailaba a los tres años.

Rodolfo Rodríguez recorrió todos los lugares gay hasta que ubicó a Juanito, lo sacó del "ambiente", le dio de comer, lo vistió y lo educó, se enamoraron, se hicieron pareja muy discreta, terminaron en Buenos Aires administrando un teatro de representaciones modernas.

Bernardita, la madre de Yvan manejaba los centros de producción con mano de hierro envuelta en un guante de seda. Se hizo de un novio veterinario y criaba gallinas finas, siempre fue una campesina como lo habían sido sus padres allá en Mallarauco. Cada gallina que se le moría era una tragedia... su mascota fue un pato cojo, literalmente, con Yvan ayudaban a criar las vicuñas de Víctor Rueda y su esposa. Ambos ancianos vivían en una casa sencilla.

Víctor y Zoila, algo chalados, jugaban con las vicuñas en los campos de Yvan y su madre, de los animales vendían su lana a clientes exclusivos, vivían modestamente, no es que no tuvieran dinero, tenían mucho, no necesitaban más que lo básico, lo que incluía una ocupación común, cuidar a sus vicuñas, reemplazo de hijos que no tuvieron y el amarse mirándose a los ojos, hasta casi hipnotizarse. Se olvidaron de los lobos marinos, en cambio cultivaron cien nogales, todos los hijos que hubieran querido tener, Víctor, por las tardes, dirigía la orquesta del viento que cantaba entre las ramas repletas de frutas. Yvan los miraba de lejos. Ambos, ya ancianos, se peleaban por las caricias de los animales, tomados de la mano subían un cerrito y se besaban furtivamente. Un día bajaron el cadáver de Víctor, venía suelto, no tuvo rigor mortis, jamás pudieron borrarle la sonrisa de su cara, Zoila lo siguió un mes después, también fue enterrada con una sonrisa imborrable en su cara.

Todos los muchachos manejaban con la madre de Yvan distintos segmentos de las empresas, bailaron hasta cuando ya se dieron cuenta que era necesario dejar espacio a otros.

Ferrer, ya un anciano de 92 años, falleció en España en los brazos de Recaredo.

Pantaleón fue retirado de sus lides amatorias, se le liberó en un campo de dos mil quinientos metros cuadrados para él sólo, fue visto como un capricho de los dueños esto de hacerle un patio de recreo a un cerdo. Fue enterrado en una ceremonia exagerada en el campo de los padres de Mauricio.

Sorry, de él nunca más se supo, pero tuvo cachorros, eso es seguro.

El gordo Rodolfo, terminada una comida de lujo con miel de acónito, llevándose las manos al pecho dijo que algo andaba mal, su corazón lo traicionó. Bailaron para él en el cementerio. Gastón se fue a su Punta Arenas natal.

***

—Demian, Javier, Aurelio, tengo frío... ¿podemos taparnos? — dijo Atkinson. Lesiones varias lo torturaban cruelmente.

—Mmmh... ¿cómo podemos calentarte? — le respondió el desnudo Javier. Aurelio, se rascaba desvergonzadamente su prominente barriga, hacía café y se mataba de la risa, se reía con hipos y gruñidos.

—Se me ocurre una idea...— dijo Demian arreglándose los pocos cabellos de su ya franca calvicie. ***

Quise escribir algo que fuera "casi" real, en que la ambiciones humanas fueran también protagonistas (Edgard y Mario), y las aspiraciones fueran legítimas (mi Atkinson, sus novios Alonso primero y Demian y Chico después, así como el formal Mauricio, su pasivo amante Yvan, además del completamente libre Aurelio), en ello incluyo la devoción (Dora) y las decoraciones de las vidas de cada uno: las hermanas de At.

He tratado, quizás sin frutos, de que mi forma de narrar fuera más importante que lo narrado, si lo he logrado o no, es completamente ignorado por mí, sólo ustedes lectores pueden juzgar eso, eso es materia de decisión de mi escasa (pero selecta) audiencia, a ella me someto. No me maten... no creo ser tan mal escritor, al menos me esfuerzo... por favor, escríbanme diciéndome sus impresiones.

Doc

Santiago de Chile, septiembre de 2013

***

Incluiré el capítulo 18 alternativo que escribí cuando me di cuenta que "Atkinson" era un fracaso, los obligará a volver atrás, este es:

Atkinson no durmió esa noche, no podía, se tocó, varias veces hizo el intento, no pasó nada con él...

Al día siguiente estaba en el río nuevamente, nadie lo sabía, se había ido sin decir nada. Compró una botella de whiskey, se la bebió toda...

Puso el lago de los cisnes, se rió, empezó a bailar, el río lo invitó... se metió a él, siguió bailando...

El río lo acogió abrazándolo con fuerza inusitada...

... él aceptó...

... bailó con Alonso...

... se juntaron en las aguas...

... "te esperaba..."

"... "ya llegué..."

... Y sonrieron juntos, se tomaron de la mano, y avanzaron en camino hacia la luz...

***

Gracia por haberme leído...

Doc


ATKINSON - AMOR ADOLESCENTE - Erótica -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora