(9) | snowman » hunhan

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Título: snowman (el hombre de nieve)
Pareja: sehun + luhan
Género: fluff!fantasy
Número de palabras: 1.9k
Resumen: De las estaciones, invierno trae recuerdos gratos a Sehun. Recuerdos que incluyen un muñeco de nieve, pero no como esos de nariz de zanahoria, por supuesto que no. Este muñeco era real.
Fecha de publicación: 06/04/15

Hay momentos en los que Sehun sólo quiere respirar un poco de ese aire gélido y que poco a poco se cuele en sus pulmones, que sus labios prueben el amargo sabor del café recién servido y que su mente haga un largo viaje por las calles del recuerdo.

Exactamente como ahora.

La sensación de frialdad que emana en la habitación de alguna manera relaja, una inusual neblina pinta el ambiente haciéndolo todo más lúgubre justo como le gusta. Unas elegantes manos sujetan su cintura y unos cándidos labios se posan en su cuello con sigilo, Sehun ríe por la sensación de cosquillas en su piel. Afuera azota la nieve blanca, cae en copos y baña el bosque convirtiendo todo en hielo. Los niños a los lejos juegan a guerras frías, sonrisas sinceras se dibujan en sus rostros y Sehun sonríe porque toda su vida pasa por el filo de un recuerdo.

Hace años, justo con esa persona que le acompaña en ese momento, Sehun había vivido los mejores momentos de su vida, y contando

Tenía unos once años, lo recuerda como si hubiese sido ayer, había escapado de casa porque Jihan su hermana mayor, lo había regañado por uno que otro juguete tirado en la sala de estar. «Ya estás grande, es hora de que aprendas responsabilidades» había dicho la muchacha en aquel momento. Y claro un niño de esa edad, lejos de aprender responsabilidades, la única opción que tenía era hacer berrinche y escapar. 

El bosque blanco y denso le dio la bienvenida. Ramas secas con formas un poco espeluznantes, sonidos rotos y viento reacio, aún así Sehun estaba lejos de atemorizarse, después de todo él sentía una conexión casi mágica con el invierno. Cuando los copos de nieve caían y acariciaban su blanquecino rostro, Sehun sentía que estaba recibiendo alguna bendición celestial.

Y en ese invierno Sehun pudo corroborar que sí, él había sido bendecido.

Recordarlo sólo llena de paz su corazón. ¿Cómo llegó? ¿De dónde había salido? ¿Por qué había tardado tanto en aparecer? Sehun no lo sabía, pero no eran preguntas que mortificaban su vida, mucho menos lo hicieron en aquel momento. Aquel preciado momento en donde sólo eran él, y ese hermoso muchacho.

Parecía un muñeco..., un muñeco de nieve.

No era como el de las películas, con enormes cabezas y nariz de zanahoria, no. Este muñeco era real, lo llamaba muñeco porque Sehun era sólo un niño y un niño sólo ve hermoso a sus muñecos. Sus cabellos eran risos claros, su piel brillaba bajo el tenue sol detrás de las grisáceas nubes. Su piel blanca y tersa y sus labios de color cereza. Sí parecía un muñeco, tan vivo y sin embargo peculiar. De sus manos salían copos de nieves e hileras de hielo duro, jugaba como todo niño, saltaba sobre el lago congelado y cantaba. Tenía una hermosa voz, y aunque Sehun conoció a este muchacho en el clima más fuerte y atorrante de todo el año nunca podría cambiar su concepto cálido de la primera vez. Era como si un rayo tórrido emanara de él. Sehun, a sus cortos once años, se había quedado sin habla para definir tal maravilla.

—Hola. ¿Te conozco? —Fue lo primero que dijo. Fue la pregunta quizá, más tonta. Era la primera vez que lo miraba y aun así la conexión era indudable.

La Coleccionista → EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora