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(13) | origami i/ii » kaisoo

Título: origami.
Pareja: kyungsoo + jongin
Género: angst, romance, slight-fluff
Número de palabras: 12k
Resumen: Dicen que la esperanza es lo último que muere y Jongin quiere creer que es así. Firme, se sujeta a la promesa de mil grullas de origami.
Advertencia: Terminología médica nivel pobre. final abierto.
Fecha de publicación: 15/05/15

🎀

En invierno, la nieve se trasluce a hielo duro, escarchado y puro bajo los tenues rayos del sol. Los copos caen con parsimonia sobre paraguas de muchos colores sujetos en manos que buscan entrar en calor. Las calles se divisan entre vaho y frío incesante que hace temblar de vez en cuando a cualquier cuerpo humano que se mueve entre el mar de gente en las calles de Seúl.

Con poca resistencia al clima, Jongin se abraza a sí mismo en un intento de entrar en calor. Su piel ligeramente color canela esta fría y sus hebras de cabello rubio se mecen bajo la brisa que genera su propio caminar. Resopla con desdén y sigue su recorrido recto rumbo al Hospital Central de Seúl. Hay pasos lentos que se repiten sobre el asfalto frío, y una media hora extra antes de que su turno inicie.

Disfruta de la vista que el nuevo mes le brinda. Finales de noviembre. Los niños jugando, la pomposa decoración navideña comienza y gente que va de aquí para allá con regalos en bolsas de compras, todo es típico pero afable.

Cuando Jongin pone un pie en la planta principal del hospital, su ánimo se aviva, su sonrisa se pronuncia y el corazón comienza a saltarle en el pecho con expectación. Una avalancha de niños corre hacia él llevando en su boca palabras de «¡Nini ha llegado!» «¡Jonginnie!». Jongin no hace más que correr de igual manera hacia ellos para tomarlos entre sus brazos y repartir besos por sus cabezas, y cosquillas por sus estómagos. El gozo de Jongin radica aquí, cuando no es necesario ir al área de pediatría porque esta viene a él; donde los niños con ilusión de seguir adelante le obsequian una sonrisa sincera. Es aquí donde ser pasante de enfermería cobra un poquito más de sentido.

Tiene veintitrés años, y su sueño siempre fue ser cineasta; dar vida a una historia colorida o blanco y negro a través de ángulos, a través de planos; plano americano, plano general, picado, contra-picado, plano detalle. Jongin estudió su vida entera para vivir entre la gloria del cine. Sin embargo y tras un inminente «Jongin ah, sólo un año con tu hermano en el hospital y tienes todo mi respaldo para lo que sea que hayas estudiado» Jongin se volvió una línea borrosa entre lo que él siempre quiso ser y lo que actualmente es: Pasante de enfermería bajo la tutela de su hermano mayor, Kim Joonmyun.

Barre el espacio entre la manada de niños de todas las edades, con promesas de volver en cualquier momento, para poder llegar hasta la oficina de su hermano. Necesita su firma de asistencia para iniciar sus actividades del día, que no varían de cargar indumentaria médica, poner etiquetas a los contenedores y tubos de ensayos, y muy de vez en cuando, ser el cantarín payaso del área de pediatría. Jongin se cierra, se niega a salir de allí y vagar por la oscuridad y la desesperanza que alberga el resto de las habitaciones en el hospital.

Su hermano nunca dio seguridad de estabilidad en sólo un sitio, para ser honesto. Jongin le pertenece a todos en el hospital, aunque hasta ahora sólo está haciendo labores con los niños, y es ahí donde destaca realmente.

Cuando llega a las puertas de la oficina de Joonmyun no se molesta en tocar dos veces, es su hermano y ese su hospital después de todo.

—Hola, ya estoy aquí.

Jongin camina oficina dentro con pasos firmes y las manos dentro de los bolsillos de su uniforme azul. La sonrisa tenue que recién pintaba por la calurosa bienvenida de los niños se borra cuando visualiza a Junmyeon retirando sus gafas con disimulo para poder limpiar sus ojos.