Platos

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Narra Santi

Perseguiamos en coche a una distancia considerable, para que no se notase que le estábamos siguiendo.
-¿A donde crees que irán?- me pregunta Luke.
-Me gustaría saberlo- contesto yo sin apartar la vista de la carretera y del coche de delante.

El coche donde se encuentra Carolina, nos lleva hasta nuestra ciudad... ¿Por que la vuelven a traer aquí?
-¿La están llevando a casa?- pregunta Luke con el ceño fruncido.
-Eso parece- le contesto yo.

Llegamos a la calle donde vivimos, ellos frenan delante de casa.
Spencer sale de la puerta del copiloto y va a los asientos traseros para coger a Carolina en brazos.

Le dice algo a la puerta del conductor y, tanto el coche como él, se dispersan.
Spencer va a casa y supongo que Alejandra va a aparcar.

-Frena, voy a subir a casa- le digo de pronto, el frena de golpe haciendo que la inercia nos incline a los dos hacia delante.
-¿Tu no habías apostado con Carolina que te irías de su casa?- me pregunta de repente mi amigo.
Yo suelto una carcajada.
-¿En serio creías que lo iba a cumplir? Pensaba que me conocías más- digo riendo y saliendo del coche, cerrando de un portazo.

Narra Luke.

Después de que Santi se fuera tras Spencer, yo iba en busca de donde aparcar.
¿Por qué a estas horas nunca hay hueco? Acababa de pasar un "hueco" pero resulta que había un coche de esos pequeños que parece que hay sitio libre pero en realidad esta pillado. En serio, las personas que se compran esos coches quieren ver al mundo arder.

Miro por la ventanilla y veo una sombra caminando por la calle, es Alejandra. Seguro que me ha quitado el sitio para aparcar.

Bueno, da igual, lo dejo en doble fila y mañana ya si eso lo cambio.
Bajo del coche e intento alcanzarla.
-¡Alejandra!- grito para que me vea.
Se para y se gira para mirar hacia atrás.
-¿Quien...? Ah, eres tú- dice ignorándome para seguir caminando.
-¿Que tal?- pregunto pasando mi mano por sus hombros.
-¿Enserio?¿Me preguntas que tal a las 3:30 de la mañana en plena noche cuando no hay casi nadie en la calle...? No es raro ni nada...- dice irónicamente apartando mi brazo de sus hombros.
Yo me quedo quieto mirando como se aleja, con cara de superioridad.

-¿Por qué Spencer y tu vais a peleas clandestinas?- pregunto de sopetón. Ella se queda inmóvil. Gira levemente su cabeza para mirarme por encima del hombro.
-¿Q...Que has dicho?- pregunta tartamudeando.
-No querrás que lo repita ¿verdad?- digo cruzandome de brazos y yendo tras ella.
-¿Como sabes eso?- me dice en un susurro y mirandome sorprendida.
-Explicamelo tu- le digo levantando la comisura izquierda de mis labios.
-Que te den- me dijo Alejandra sacandome el dedo del medio.

Voy detrás de ella insistiendole, ya que, si no me lo dice por las buenas... Le tendré que amenazar.
Llegamos a la puerta de su apartamento.
-Que no, me da igual cuanto insistas, es privado- me dice.
-E ilegal- continuo yo hablando.

¡CRASH! Escuchamos un estruendo que viene del interior de la casa.
Mete la llave en la cerradura y entramos.
Vemos a Santi agachado detrás del sillón con restos de un plato roto y a Spencer al otro extremo del sillón con un vaso en posición amenazadora.
-Spencer, deja eso donde estaba- dice ésta entrando lentamente y con una posición defensiva y encogida ligeramente de hombros.
Spencer esta con el rostro rojo y con la respiración agitada mirando a Alejandra con el entrecejo fruncido, pero le hace caso y deja el vaso sobre la mesa, sin cambiar su expresión de maníaco.

Ella y Spencer se van a las habitaciones.
Yo aprovecho para cerrar la puerta y ayudar a Spencer a levantarse.
-¿Tio, estas bien?¿Que ha pasado?¿Y Carolina?- le pregunto consecutivamente.
El esta nervioso y pálido, parece que se vaya a desmayar de un momento a otro.
-Esta loco, le he preguntado por Carolina, que parecía drogada y se ha puesto a la defensiva y después histérico... ¡Me ha lanzado un puto plato!- dijo eso ultimo en un susurro y señalando los restos de la porcelana por el suelo.
-Bueno, al menos esta bien, pero ¿Carolina, donde esta?- pregunto, otra vez, en un susurro mirando que no vuelve Spencer.
-La ha dejado en su habitación- dice girándose para sentarse en el sofá y mirando al techo apoyado en el respaldo.
-Creo que esta noche deberías dormir en el hotel- digo haciendo un gesto con la cabeza señalando la puerta.

Ni loco le dejo dormir aquí después de lo que le ha pasado. A ver, no digo que Santi no se sepa defender, pero Spencer... Esta como una cabra y no quiero pensar de que es capaz de hacer, bueno si, asesinar con sus propias manos sin escrúpulos.

El se queda pensativo mirando a la nada.
-No... No puedo dejarla sola aquí, ¿y si ese tío le hace algo? No, me quedo- dice poniéndose a mi altura.
-¿¡Estas loco!? A ella no le va ha hacer nada, han convivido mucho tiempo juntos. ¿Por que le iba ha hacer algo ahora? El que debería preocuparse por si le pegan eres tu- le digo gesticulando sin parar, no puedo evitarlo, estoy nervioso. Spencer le puede hacer cualquier cosa a mi amig... Hermano.
-Me da igual, sabes que me se defender muy bien, además si me lanza cosas, yo también puedo... No seria una pelea limpia pero a tramposos no me gana nadie, lo sabes muy bien- dice convencido levantándose una ceja y cruzándose de brazos.

Yo paso mi mano por el pelo nervioso y me muerdo el piercing.
-Ya verás como me quedo huérfano- digo para cortar un poco la tensión en estos momentos.
El ríe y me golpea el hombro con suavidad.
-Tranquilo hermano, ya veras como no pasa nada- dice lanzándose al sofá.
-Bueno, si pasa algo, avisame. Hasta mañana... Si sigues vivo- él ríe y se despide con un 'Hasta mañana.'

¿Como puede reír con una situación así? Con un asesino en su casa, su ex drogada con cloroformo en su habitación y una chica que hace de botón de apagado para el psicópata. Bueno, a lo mejor tener a Alejandra cerca es mejor, así nos protegerá de Spencer. Sobre todo a Santi.
-Está en la mierda...-
Yo suelto un bufido y me voy de la casa.

Narra Ashley

NO, NO,NO. ¿COMO HA PODIDO PASAR?¿POR QUÉ A MI?

-¿Quieres tranquilizarte?- me dice Elena.
-¡Como quieres que me tranquilice!- grito histérica, no puedo para de pensarlo. ¿Como se lo contaré a Luke? Seguro que me deja...
-No es tan malo...- me dice Marta intentando animarme.
-¿Que no es tan malo? Tienes razón... No es tan malo, ES PEOR- no puedo tranquilizarme, además tengo hambre...

De pronto me pongo a llorar, que asco me doy, yo no lloro, puta vida. ¿Por que yo?
-No llores, no es tanto como para llorar...- dice Elena abrazandome.
-¡Ponte en mi lugar! ¿Estarias dando saltos de alegría?- le digo acusándola con me dedo índice en su pecho.
Ella mira hacia abajo y no contesta.
-Bueno, no te lamentes más, lo hecho hecho está- dice Marta sentándose a mi lado y colocando su brazo sobre mis hombros.
-Mañana se lo anunciamos a Calorina y lo hablaremos todas juntas ¿vale? Ahora, cambiemos de tema- dice dándome un fuerte abrazo y quitándome el rastro de lágrimas de mi cara.

Ella y Elena se van a la cama, hemos estado horas hablando de esto, estarán cansadas, pero no me lo puedo creer.
Por mucho que mire el aparatito con el signo positivo, sigo sin creermelo.
-Voy a ser mamá...- digo con mi ultima lágrima cayendo por mi rostro.

Diario de una (no tan) preadolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora