¡Ven!

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Querido diario:
30 de noviembre 2019

Solo recuerdo risas. Él y yo en mi cama, Santi con las manos en mis costados y yo retorciéndome. Creo que gritaba demasiado, pero Santi no paraba y además se reía de mí.

-Para... ¡PARA! No puedo... Más- gritaba, pero las cosquillas no cesaban.

Me iba a morir diario, creo que nunca me han hecho cosquillas tanto tiempo.

-Párame...- dice sonriendo y levantando una ceja, pero las manos seguían ahí.

Seguramente se refería a un beso o algo así. Pero en esos momentos no tenia la mente como para captar indirectas y no me siento muy orgullosa de lo que hice.

Estaba palpando la cama con las manos hasta dar con lo que necesitaba en esos momentos de desesperación.
Pensarás que las cosquillas no son para tanto, pero llegas a un nivel de agobio que haces lo que sea para que pare.

Le di con el objeto en la cara con todas mis fuerzas.
Y paró, PARÓ. Menos mal...

Empecé a recuperar el aire que me faltaba por las carcajadas y me incorporé abrazando mi tripa.

-¿Me acabas de pegar con la almohada en la cara?- dice Santi medio riendo con el "arma" en su mano.
-Sí. Y no me arrepiento de nada, es mas, lo volvería a hacer- digo riéndome y alcanzando la otra almohada rápidamente, para que a él no le diera tiempo a reaccionar.

-No te atrevas ha...- no le dejo acabar la frase. Le he dado otro golpe con la almohada.
Él se pone en guardia con su objeto.

Bueno... Y así comenzamos una guerra de almohadas. Nos movemos por la habitación esquivando y recibiendo golpes de la otra persona.

Yo le doy tal golpe que pierde el equilibrio y cae sobre la cama. Jo, que peligrosa soy con un almohadón en mis manos.

-¡Me rindo, me rindo! En la cara no- dice soltando la almohada con las manos a ambos lado de la cabeza.
-Esta bien. Te perdonaré la vida, a cambio de...- digo "desarmándome" y apoyando mis manos al lado de sus hombros y mis rodillas al lado de su cadera.

-A cambio de...- repite cogiendome de la cintura y girando para ahora estar él encima mía.

Yo me muerdo el labio inferior. Él sonríe y mira mi boca.
Baja su cabeza hasta sellar nuestros labios.
Al instante rodeo su cadera con mis piernas y el me acaricia la cintura.

Ay diario, si supieras cuanto necesitaba besarle. Desde nuestra discusión no nos habíamos vuelto a ver.
-¡Carolina!- grita alguien. Pero hago caso omiso, estoy ocupada.
Coloco mis manos en su cuello y en su pelo, el suelta algo que parece un gruñido.
Yo sonrío para mis adentros.
-CAROLINA- siguen gritando.

De pronto se escucha la puerta abrirse voy a intentar girarme pero Santi coloca su mano en mi mejilla para que no gire la cabeza. No me resisto, sigo besándole, y vuelve a colocarla en mi cintura.
-Chicos, por favor. Hay gente en la casa- se queja lo que parece ser, una voz femenina. Ashley...
Él separa un segundo la mano de mi cadera y después la vuelve a colocar en su sitio.

Le habrá hecho un corte de mangas- pienso al instante.

Al ver que Ashley, seguramente seguiría ahí plantada decido actuar. Le separo de mí con mis manos en su pecho, al principio se resiste pero después cede.

Yo resoplo y me siento en la cama, con Santi de pie a mi lado con sus brazos cruzados y fulminando a Ashley con la mirada.
-¿Qué quieres Ashley?- digo en un tono de cansancio.
-Hablar. ¡Hazme caso a mí, que soy tu amiga! No a él- dice sentándose a mi derecha.
-Has podido hablar con ella antes, por teléfono, whatsapp, todos estos días... ¿Y TENÍAS QUE HABLAR E INTERRUMPIR AHORA?- se queja Santi sin parar de gesticular con sus brazos.
-¿No ves que sí?- dice Ashley agarrándome del brazo.
-Pues que pena, porque no hemos acabado de hablar- dice Santi sentándose a mi lado y pasando su brazo por mis hombros.
-¿Hablar? ¿Qué hablar ni pollas? Tenía tu lengua que le llegaba hasta aquí- dice señalándose la garganta y tan bien hablada como siempre.
-Exactamente. Por eso no he acabado de hablar con ella- le responde Santi. Yo no puedo evitar sonrojarme al pensar lo que ha dicho Ashley antes.
-Si no la interrumpierais tú y tu boca- dice Ashley señalando a Santi, en concreto sus labios.
-Pues justamente yo no he empezado...- continúa Santi.
Ashley me mira incrédula.

-Ashley ¿puedes salir un momento?- le digo.
-¿Yo? Olvidas los de "amigas antes que novios" ¿o qué?- contesta ella aun más incrédula.
-Solo será un momento, en serio- continuo.
Ella me mira con mala cara y se va.
Santi la ve alejarse y hay un momento que le cambia la expresión.

-¿Has visto como me ha mirado? No he visto a nadie una cara de mala hostia como la suya- continua Santi.
Yo ruedo los ojos y sonrío.

-Tiene cierta habilidad con esas caras, bueno...¿Terminas de hablar conmigo o era para que la echara?- le pregunto sentándome como un indio frente a él.
-No podría acabar nunca de hablarte...- yo me sonrojo y sonrío ligeramente.
-No, en serio- le digo rodando los ojos.
-Lo digo en serio- dice levantando la manos en modo de defensa.
-Santi, va- digo golpeándole ligeramente la mano.
El ríe.
-Quería decirte que quiero acompañarte a comprarte el vestido de la boda- responde, yo me quedo extrañada, frunciendo el ceño.
-¿Y eso?- le pregunto extrañada.
-Porque, no sé... ¿No puedo acompañar a mi acompañante a por su vestido?- dice con una falsa ofensa.
-Sí, si puedes. Pero la pregunta me ha pillado desprevenida- digo medio sonriendo.
-Ni que nos casáramos nosotros- los dos reímos ante su respuesta.
- Si eso es todo, dile a la siguiente que pase- digo acompañándole a la puerta.
-No, aun falta algo- dice abriendo la puerta.
-¡Ashley!- grita él abriendo la puerta, agarrándome de la cintura y besándome.
Ashley bufa y se vuelve a sentar en el sofá con Luke.

-Ahora si que está todo- dice a dos milímetros de mi boca.
Después se separa y se va al comedor.
Yo no puedo evitar morderme el labio inferior cuando él se ha dado la vuelta.

-¡Ashley!- le grito.
-¡¿Qué?!- me devuelve el grito.
-¿Cómo qué qué? ¡Ven!- sigo gritando.
-¡No, ya nada!- me contesta quejándose.
-¡Ashley!- le grito.
-¡No, ya no quiero!- sigue enfurruñada.
-¡Ashley, ven ahora MISMO!- digo cansada de esta conversación tan estúpida.
-Vale. Que pesada eres- dice ella.

¿Yo pesada? Si era ella la que insistía cuando estaba peleándose con Santi.
Yo bufo y le dejo pasar primero a la habitación.

-¿Qué pasa?- le digo cuando ha entrado en la habitación.
-Estoy embarazada-
-Entiendo que sigas enfadada, lo he elegido a él antes porque... ¿¡QUÉ TÚ QUÉ!?- grito histérica.

-Quieres no gritar, no quiero que lo escuchen- dice tapándome la boca con su mano.
-¿Como quieres que no grite? ¡Estás embarazada!- grito en un susurro.
-Se llamará Evan...- dice posando sus manos en su vientre con una miradora soñadora.
-¡Ah! ¿¡Lo vas a tener!?- grito poniéndome enfrente suya.
Ella asiente.
-¡Voy a ser tía! ¡Estoy orgullosa!- dogo abrazándola lo mas fuerte que pude.
Ella ríe y me devuelve el abrazo, pero ella más delicadamente.

-Bueno, ya, sueltame...SUELTAME- dice histérica.
Cuando la suelto ella está sonriente.
-Uf... Necesitaba escuchar eso, como que... Marta y Elena no aportaban mucho. Que les jodan- suelta Ashley.
Yo río.

-Así se habla. Evan... Me gusta ese nombre- digo pensativa y pensando en la imagen de Ashley como madre... Espero que sus hijos lleguen a los 18 cuerdos y que salgan al padre.

-¿Luke que ha dicho?- pregunto emocionada.
-Nada- contesta seca.
-¿Nada? Va a ser padre y no... ¡No se lo has dicho!- le acuso en un grito susurrado.
-No ha preguntado- dice mi amiga haciéndose la sueca.

Yo arrastro una mano por mi cara.
-Esas cosas se dicen, ¡no se preguntan!- le digo exasperada.
-¿Cuando se lo pensabas decir?- pregunto intrigada.
-Eh....- duda ella... Durante un largo rato.
-Bueno, no te presiono- digo para tranquilizarla.
-¡Voy a ser madre! ¡Me quiero morir!- grita... ¿feliz?
-¿En plan bien o mal?- digo dudosa.
-Bien, obviamente- contesta risueña.
Yo me pongo a saltar.
-¡Y YO VOY A SER "TÍA"!- grito emocionada.


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⏰ Última actualización: Jun 17, 2016 ⏰

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Diario de una (no tan) preadolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora