Capítulo 30- "Nunca me miraste de la manera que la miras a ella."

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  Ya era bien entrada la noche, le había dado mi regalo a Kley, ella se había disculpado, Chaz había sido indiferente toda la velada, Christian me había observado gran parte de ella y Justin no quitaba mirada de mi.

-Entonces tu sobrina sigue en tu casa -dedujo él,
-Sí, cuando llegaste estaba dormida o si no... Te la hubiera presentado.
-Debe de ser igual a ti por lo de tu hermana gemela.

  Y me sentí culpable porque Ellie había heredado tantas pocas cosas de mi y tanta de Justin que parecía ser solo hija de él. Esos ojos mieles eran como la marca de los Biebers, si todas las familias normales heredaban marcas de nacimiento o lunares o por último... Deformaciones y estados psicológicos, los Bieber iban a lo grande y heredaban los ojos. 


Y eran una preciosidad y una parte de mi estaba feliz que los tuviera y no los ojos azules de Wade, el asesino.   

  -Si quieres podemos irnos -propuso él.
-Sí -asentí-. Por favor, estoy muy cansada.

Justin asintió levantándose de la silla y fue directo a hablar con Ryan. Aproveché para echarle un vistazo a mi iPhone y... ¡Tenía que irme ya porque Kyra no pudo ir a cuidar a Ellie!

-Justin... -lo llamé-. Deberíamos irnos... La niñera no pudo ir y mi sobrina está sola.
-Vamos. 

  Nos despedimos rápidamente y como el rayo fuimos a parar al coche. Justin le indicó la dirección a Kenny y nos largamos.

-Gracias por haber venido conmigo -sonrió Justin-. Y perdón por lo de Chaz y Kley.
-No pasa nada. Pero no tenía no tenía ni idea que era tan parecida.
-Ya... Pero bueno -sonrió-. Espero que te lo hayas pasado bien.
-Sí, me encantó. 

  Cuando llegamos a mi casa entré corriendo. Justin le dijo a Kenny que se fuera. Maldita sea. Kenny obedeció mientras yo subía y entraba a la habitación de Ellie.

Estaba profundamente dormida. Sonreí y cerré la puerta.

-Melanie, Melanie -oí a Justin susurrando llamándome.

Me asomé a las escaleras y él tenia las manos en los bolsillos,

-Sí, está bien -susurré.


  Pero empezó a subir las escaleras rápidamente, dos en dos. 


-¿Qué... Qué haces? -pregunté.
-Sólo un beso más.

Y me besó toscamente mientras retrocedíamos.

-No, un beso más no.

Gemí cuando me subió ágilmente a su torso y entró a la habitación de al lado de Ellie. Cerró la puerta con fuerza y me fue a pegar a la pared al lado de Ellie. Gemí cuando Justin me soltó en el suelo y empezaba a quitar mi vestido.

Le quité la chaqueta desesperadamente mientras que él me besaba el cuello. Me volvió a levantar agresivamente pegando mi espalda contra la pared, oí como rasgó mis bragas... Y entró en mi agresivamente.

  

  Jadeé mientras empezaba a empujar contra la pared. Una... Dos... Tres... Cuatro veces con fuerza sin dejar de besar mis labios. Sabía que no tenía que hacer ruido pero no podía evitarlo.

-¿Mami?

Dijo alguien desde afuera. Y... Nos quedamos completamente callados.

-¿Sí?
-¿Estás bien?
-Sí.
-Oí un golpeteo y me daba miedo...
-No cielo, estaba colgando un cuadro pero todo está bien.

La mirada de Justin me quemaba.   

  -Vuelve a la cama, ya llego yo.

Oí sus pasitos hacia la cama y miré a Justin a los ojos, pero sonreía. Él me besó en los labios con fuerza.

-¿Mami? -preguntó riendo suavemente.
-Ya sabes... Su madre es igual a mi y está siendo muy duro para ella. Deberías irte. 

  Justin me besó en los labios y salió de mi. Me dejó en el suelo con delicadeza.

-Sal mientras yo voy a por mi sobrina.
-Te voy a echar de menos.
-Y yo a ti.

Mentira. Me besó en los labios y salió de la habitación. Salí de ahí a la habitación de Ellie aunque estaba dormida.

-Me cago en la puta -musité saliendo de la habitación-. Justin Bieber es un maldito, cabrón, hijo de la gran puta... Pero folla como no veas. Uff.


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-Señor Bieber, su prometida está esperando.
-Dile que pase.

Me senté en la silla del escritorio mientras tomaba café y mi mente no dejaba de ir hacia Melanie.

Mi preciosa futura esposa entró con la mirada clavada en mi.

-¡Maldito! -gritó-. ¡Claro, yo me voy y tú te vas con la primera regalada que aparezca en tu camino!
-¿De qué me hablas, Natalia?
-De esto.  

  Me tiró el periódico y prometí conseguir, imprimir y mandar a enmarcar esa foto. Era Melanie sonriendo con los ojos azules brillando, mirando al lado mientras yo la miraba a ella.

-¿Eso? -reí-. No seas tonta, mi amor.

Siempre que le hablaba en español se derretía como chocolate en microondas.

-¿Quién es? -preguntó furiosa.
-Una amiga -me acerqué para intentar besarla.
-¡No me toques Justin Drew Bieber! -se alejó-. ¿Quién es? -preguntó aun más furiosa e impaciente.
-Se llama Melanie.
-¿Melanie qué?
-Melanie Brooks -contesté con parsimonia.
-Ah, ¿Y me puedes explicar qué diablos hacías tú con ella en el aniversario de Kley y Ryan?
-No quería ir solo, mon cherie. Te echaba de menos, ¿sabes?

Pero en vez de mirarme, se echó a llorar sentándose en la silla. Se cubrió el rostro y la verdad es que me desubicó mucho su actitud.

  -¿Qué ocurre? -pregunté arrodillándome en el suelo para quedar a su altura. 


Pero ella no apartaba la mirada de Melanie, de la foto.

-Es igual a _______ -musitó mirándome con tremenda tristeza.
-No lo es -bufé.
-¿Es la modelo de la campaña? -asentí-. Justin... Sabes que yo te amo.

Y sentí una puñalada en pleno pecho. La miré a los ojos dejando que continuara.

-Te amo muchísimo, pero estoy segura que tú sigues pensado en _______.

Silencio.

-Y Melanie es igual a _______.

Sollozó mirando la foto. Me levanté un poco incómodo y miré al ventanal. Oí que Natalia se levantó y me di la vuelta.

Ella seguía absorta mirando la fotografía.

-Nunca me miraste de la manera que la miras a ella, ¿podrías intentarlo?

¿Cómo iba poder mentir sobre ________ o Melanie?

-Lo... Lo siento -dije. Natalia asintió por vencida y tomó la barra de la puerta para salir.
-Créeme, yo también.

Y se fue, dejándose con el corazón roto y mi orgullo herido... Adivinen quién se va a curar primero.   

Adicta al sexo (Justin y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora