Capítulo 6- Corazón roto.

895 26 0
                                    

Cuando entré puntualmente a la clase de Inglés avanzado, me quedé paralizado en el umbral al ver quién estaba sentada esperando pacientemente al opositor. Me eché hacia atrás y ella me miró y sonrió. Se quiere divertir a mi costa pero no se lo voy a permitir. Me vengaré hoy misma de la malcriada esa. 

Entré intentando calmar mis nervios. Ella me saca de mis casillas con su sola presencia y no es para bien, es para mal... Para muy, muy mal. Tomando todo el aire me senté detrás de ella. Sin embargo, ni se inmutó y eso me frustró aún más. 

Miré su pelo castaño oscuro desde aquí caer tan suavemente en su espalda como un velo de seda transparente. Tan fino y ligero. Cuando Chris entró, que era mi único amigo en esta clase me miró y negó con la cabeza. Se sentó a mi lado y miró a ______ que parecía aburrida con todo. 

Apoyaba su rostro en una de sus delicadas manos y miraba toda la clase buscando con qué entretenerse. 

-Tío... -susurró Chris-. Es mala idea. Déjala en paz. 

-¿Por qué no puedes confiar en mi? -me hice el ofendido. 

-Es que estoy seguro que te meterás en un buen lío y luego a nosotros nos tocará recoger los platos rotos. 

-Christian -suspiré-. No es ni peligrosa.

-Pero como tú dijiste, esa zorra esconde más que un par de tetas grandes. Es un problema más y ya tienes suficiente con... 

Fuimos interrumpidos por Kate llamando a ______.

-¿Quieres ir a una fiesta? -sonrió-. Es hoy por la noche, en casa de Kata.

-¿Esta noche? -preguntó ______ suavemente y luego sonrió. Sólo la veíamos de perfil pero perfectamente podíamos ver su sonrisa-. Claro. 

Kate sonrió y _______ volvió a adoptar la posición aburrida de siempre. 

-Justin, no vayas esta noche.

-Oh Christian, con mucha más razón iré. 

-¿Quieres escucharme alguna vez? -masculló-. Te conozco lo suficiente como para saber que la dejarás preñada y aquí habrá guerra. 

-¿Preñada a quién? 

Era _____ quien se había girado y nos observaba fijamente con sus grandes ojos castaños pasando de Christian a mi. 

-Vaya, vaya Justincito, ¿Quién lo diría? 

-No sabes de que hablamos, así que no te metas -espetó Christian.

-¿Te estoy hablando a ti? -soltó con desprecio-. 

-Por favor chicos... -dije yo.

-Sólo he hecho una simple pregunta -dijo fingiendo inocencia... Inocencia que le salía demasiado bien y sería la fantasía sexual de cualquiera-. Él me ha atacado.

-Payasa -soltó Christian.

-¿Lo ves? Está perturbado.

-Necesitas ayuda -dije yo-. Estás loca.

-¿Ahora tú también? -colocó una mano en su pecho haciéndose la ofendida-. No he insultado a nadie y ambos me atacáis como si fuese...

-Una puta -dije yo. Casi al mismo tiempo Chris dijo:

-Una loca. 

Ella hizo un puchero y me impresionó que no le haya afectado en nada. Nos miró con los ojos tan brillantes que me hizo desviar la mirada. Me superaba y me frustraba demasiado.

-Está bien, lo entiendo. Es genial porque Christian podría joderme el otro hombro. 

Y se giró y antes de que yo pudiera evitarlo me había afectado muchísimo. Me quedé frío y con mucha más razón debería de ir a la fiesta y vengarme. 

Adicta al sexo (Justin y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora