Había reunido a mi familia más cercana para confesarles la verdad. Entré y vi la mesa llena de regalos. Intenté sonreír pero eso no quitaría el trago amargo que venía ahora.
Miré a los presentes, mis padres, Natalia, los chicos, Kley, mis hermanos Jaxon y Jazzy y nadie más. Suspiré mirándolos uno por uno.
-Sé lo de la fiesta sorpresa -empecé.
-¡Joder! -soltó mi madre-. ¿Quién fue el chismoso? Que ahora mismo lo mato.
-Fue sentido común, mamá -dije intentando mantenerme tranquilo-. Sé que podría haberme quedado callado y hacer como que fue una sorpresa... Pero tengo que confesar algo.
Apoyé los puños en la mesa y miré a los presentes. Natalia se veía preciosa hoy, y tenia esos ojos tan soñadores y bonitos.
-Habéis invitado a Melanie -los miré a uno por uno-. Melanie... Melanie no es quién decía ser.
Mi padre se tensó y los chicos me miraron.
-Es _______, la de Venus Cove.
-¿Qué dices? -preguntó mi padre y Natalia abrió mucho los ojos-. ¿No estaba muerta?
-No... Se cambió el nombre y el aspecto por una buena razón... Ti... Tiene una hija mía.
Mi madre jadeó de sorpresa mirándome sin poder creerlo. Jeremy tensó la mandíbula y casi podía ver a Natalia desmayarse.
-Tienes que pedir la custodia -fue lo primero que dijo mi padre-. Y ya la vamos despidiendo de la campaña.
-No -sentencié-. El pasado es pasado. No voy a quitarle a la niña porque es muy buena madre.
Los ojos de Kley brillaron a punto de llorar.
-Y además, está haciendo un trabajo para la empresa, no tiene nada que ver con nuestra vida privada.
-Lo sabía.
Natalia se acercó llorando y me dio el anillo de compromiso en la mano.
-Fue bueno estar contigo Justin...
-¿Estás loca? -le tomé la mano y le metí el puto anillo-. Yo me voy a casar contigo. Es sólo que tengo una hija.
-Yo no te crié así.
Mi madre habló y algo dentro de mi se rompió.
-Mamá... -empecé-. Lo siento. Pero yo no tenía ni idea hasta ayer.
-Además se está haciendo responsable de sus hijos -dijo Jeremy-. Has criado a un buen hombre, Pattie.
-Ellie está loca por conocerte -dije tomando las manos de mi madre-. ________ no puede darle padres para que sean sus abuelos, pero vosotros si.
-¿Es bonita?
-Muy bonita -sonreí-. La verás esta tarde.
Me abrazó con fuerza y yo la levanté. Me encantaba que mi madre fuese tan pequeña. Los chicos asintieron orgullosos y pude suspirar de alivio.
-¿Cuántos años tiene? -preguntó Natalia sin duda para calcular a ver si le había puesto los cuernos.
-Seis años -respondí con paciencia.
-¿La tuvo con 19? -preguntó mi padre.
Asentí y suspiré de tristeza. Tener un hijo a los 19 está jodido y ______ supo como salir adelante.
-Ahora tengo que trabajar -miré mi reloj-. Gracias por entenderme.
Salí de ahí directo a mi oficina en la que había una secretaria. Me miró y sonrió.
-Buenos días, Sr. Bieber. ¿Un café?
-Si por favor, y llama a Marcos, dile que es urgente.
-Ahora mismo.
Entré en mi oficina y me senté con el papel de hacienda en la mano. Lo leí y releí pero la verdad es que entendía la mitad. Para eso estaba Marcos, era el mejor investigador y abogado del mundo, él sabría que hacer.
-Sr. Bieber -dijo la secretaria entrando con café y Marcos detrás-. Permiso.
Salió de la sala y miré a Marcos.
