Al día siguiente que fui a Bryce Hamilton, noté como seguía teniendo esa sensación de incomodidad aún. No dormí tanto por eso mismo, por la bendita sensación.
-Hola -dijo alguien detrás de mi.
-Eh putos -dije yo mientras les daba las manos-. ¿Ya os habéis tirado a alguien o esperáis hasta esta noche?
-Mira quién habló -señaló Ryan-. Dicen que te han visto salir de la casa de _____ muy noche y se te veía contento.
-No tienes pruebas -reí.
-Lo sé de muy buena tinta.
Christian bufó y se alejó mientras se cruzaba de brazos y caminaba dándonos la espalda.
-Chicos, es falso todo. Ayer sólo fui porque tuvo un pequeño accidente, y acabamos discutiendo -expliqué-. Creo que no vendrá hoy, ni mucho menos a la fiesta -me alejé-. ¡Eh Chris! -grité.
-Bueno... -siguió Chaz-. Yo no diría eso...
Iba hacia Christian cuando vi una melena castaña que pasó por delante de mi. Me quedé pasmado al verla de espalda. Iba como en cámara lenta atrayendo la mirada de todos. Llevaba una falda impresionantemente corta pero que no dejaba ver mucho más, vaya... ¿Quién iba a saber que se daba a respetar? Una camisa blanca que marcaba sus... Ejem... Atributos y sus inseparables tacones. Que impresionantemente, otra vez, eran discretos. Pero daba igual... Atraía miradas donde quisiera que la vieses. Era tan...
-Estúpida -escupió Christian detrás de mi-. No sé que le ves, es horrible.
-Chris... Tengo que... -dije mientras me alejaba hacia _____.
-Está bien -dijo un poco frustrado-. Que prefieras a una chica que te chupe el pene antes que nosotros, me parece muy bien.
Okey, ya pillé la ironía.
-Vamos Christian... No me ha chupado el pene ni nada. Es sólo que..
-A ver, ¿Qué? -dijo despectivamente.
-Christian -suspiré-. Ayer la violaron.
Abrió mucho los ojos y me miró confundido.
-Ayer hablamos por teléfono y me deseó la muerte -Christian bufó-. Y luego volvió a llamarme diciendo que la seguían. Mientras hablaba conmigo la atraparon y... Fui a buscarla y le rompí el cráneo a varios y ella estaba tan... Mal. Entiende que tengo que hablar con ella.
-Justin -suspiró él-. Te mandará a la mierda. No está interesada en ti ni en nadie.
-Le salvé la vida, tal vez.... -dejé la oración a la mitad porque no estaba tan seguro-. Espero que no le digas esto a nadie.
-Tranquilo.
Troté hasta ella y le toqué el hombro. Se detuvo y se giró suavemente. Su sonrisa era tan sarcástica que daba miedo.
-_____, ¿Cómo estás?
-¿Acaso importa? -dijo despectivamente.
-Pero qué...
-Si no tienes nada más interesante que decir, me voy.
Se giró y continuó caminando. Ella y su maldito orgullo.
-Por cierto, la fiesta esta noche estará genial, ¿Irás? -preguntó.
-Claro que iré. Espero verte.
-Y lo harás -añadió sin importancia y siguió caminando.
-¡Hey, ______! -la llamé-. ¿Cómo estás?
