Capítulo 16- El gran Bieber

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Justin entró a su gran mansión amurallada con rejas de hierro negro. Se restregó un ojo mientras cruzaba el jardín. Hizo sonar las llaves, las elevó, las mantuvo en la palma... Se pasó la mano por el pelo desesperadamente, odiaba perder el control de la situación... O bueno, su situación. Estaba un tanto perdido: Chris tenía razón. 

Él los estaba dejando aparte por culpa de ______ pero no podía negar que adoraba que ella se hubiera ofrecido a ayudarlo a salir de su situación, aunque sea una manera un tanto... Rara pero exquisita, apreciaba profundamente que ella se hubiera ofrecido comprometiendo su tiempo y cuerpo sólo a él. 

Se detuvo en pleno jardín mirando a la nada, tragó fuertemente y negó con la cabeza reprochando su imaginación. Su cuerpo... Y era sólo de él. La quería tener arriba de él otra vez, joder. 

-Señor Bieber -sonrió una de las criadas-. Lo estábamos esperando. ¿Se encuentra bien? Hemos preparado la mesa para dos. 
-¿_____ sigue aquí? -preguntó un poco estupefacto, creía que ella se había ido. 
-Sí, y está muy angustiada, debería verla. 
-Gracias... Ahora lo hago. 
-Un placer, señor. 

Justin subió las escaleras de dos en dos y trotó hasta el salón. Ella se levantó y lo miró, tenía los ojos hinchados, una mano en el rostro y otra en el pecho. 

-Justin -se acercó-. ¿Cómo estás, cómo está Christian? 
-Está... -suspiro-. Bien -sonrisa falsa. 
-Me mientes -gruñe la castaña-. Dime la verdad. 
-Es la verdad... Es sólo qué... 

Ella lo interrogó con la mirada y él la tomó de la muñeca arrastrando su pobre cuerpo hasta arriba. Ella se quejaba e intentaba librar su muñeca de las esposas que formaban sus dedos, pero era imposible. 

Ya puestos en la habitación de Justin se miraron a los ojos y él la soltó. Tomó aire y con ello valentía para enfrentarla ahora que se venía la gran pregunta. 

-Justin, ¿Qué te ocurre? -la voz de la morena se suavizó endulzándose hasta el punto de parecer querer llorar. 
-_______ -empezó-. ¿Por qué no me contaste que te acostaste con Christian? -dijo mirándola duramente. 
-Ah -rió-. Eso... Pues...
-No es gracioso -la hizo retroceder. 
-Ya lo sé, bueno... Es que fue un malentendido. Estaba borracha y no sabía cómo volver a mi casa, así que me quedé a dormir en un parque para niños. La verdad es que no lo recuerdo -dijo desviando la mirada adorablemente-. Me acosté con él y ya está. 
-Te odia -gruñó Justin. 
-Porque no le correspondo. 
-No -se tocó la cabeza desesperado-. Te odia porque ni siquiera te molestaste en disculparte. Y encima lo insultaste. 
-Pero Justin... -hace los ojos en blanco-. Eso es pasado. 
-Dime ______. 

Justin se fue acercando hasta hacerla retroceder suavemente, sutilmente, advirtiendo con la mirada a su cuerpo. 

-¿Cómo te sentiste cuando Wade te quitó la virginidad?
-¿Quién te lo dijo? -soltó estupefacta. 
-Tú -sonrió de lado-. Ahora mismo. 
-Joder... 
-¿Te golpeó? Acaso, ¿Fue bruto contigo? -seguían retrocediendo-. ¿Fue en contra de tu voluntad? 

Ella cerró los ojos cada vez respirando más pesadamente y retrocediendo. 

-Te sentiste una mierda, ¿verdad? -confirmó-. Y sin duda prometiste que nadie se merece eso, y que nunca se lo harías a nadie. ¿O me equivoco? 

Sus ojos asustados lo dijeron todo. 

-Has hecho lo mismo con Chris. 
-Entonces Christian era... -abrió mucho los ojos y los labios. 
-Sí. Y tú has hecho eso mismo que hizo Wade contigo. Tratarte como basura con algo tan... 

Se tuvo que callar para contener las ganas de golpear algo. 

-Pero... Pero tú sabes que yo... -titubeó-. Yo siempre lo hago, por Dios Justin, no tenía ni idea. 
-Ayer fue él, hoy otro y mañana, quién sabe, tal vez a mi me tratas como basura. 
-Pero, joder... -se defendió-. No tenía ni idea. 

Adicta al sexo (Justin y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora