Me detuve en la entrada para ver mi reflejo en el vidrio negro que adornaba el bar por fuera. Ahora mi cabello era castaño claro, procuré que quedara como antes de mi muerte-no-muerte para que Justin se quedara impactado.
Me acomodé el vestido. Era un vestido rojo corto... Demasiado quizá. Con escote en V que dejaba afuera a mis amigas —que me ayudaron a alimentar a Ellie durante meses— y el vestido se pegaba a mis curvas, de verdad, nunca habían visto algo así. Tomé aire sabiendo que ya estaban adentro.
Me mordí el labio sintiendo mariposas en el estómago. 'Tranquila Melanie, piensa que es un desfile de moda y siempre segura de ti misma, siempre. Ahora entra y seduce a ese cabrón'.
Apreté las piernas con unas repentinas ganas de hacer pis. Miré a ambos lados y me metí a un bar a dos locales de ahí para hacer mis necesidades.
Cuando me vi en el espejo me regañé por mi negligencia. No traía las lentillas puestas. Maldita sea. Las saqué del bolso y me las puse con cuidado para que no me irritara los ojos y no se me corriera el maquillaje. No quiero parecer un mapache.
Suspiré y me puse más lápiz labial. Salí de ahí mas tranquila, y esta vez si entré. Con los nervios en el estómago y siendo visibles en la piel, caminé con suavidad, con lentitud.
A medida que caminaba, varios hombres me miraban el trasero. Sonreí al ver a Jeremy con un taco de billar en la mano, me apoyé en una silla.
Y la respiración se me detuvo.
Ahí estaba Justin Bieber. Mierda... Mierda... Kyra y Kley tenían razón. Estaba guapísimo. Bebía una copa y miraba a otro lado como intentando distraerse.
-Hola -dije sonriente mirando a Jeremy.
-Buenas noches -respondió él dándose la vuelta y dejando que yo me acercara y en este momento fue cuando Justin Bieber me miró.Aunque no lo estaba viendo directamente, noté que abrió mucho los ojos y se quedó un rato muy quieto en su sitio.
-¿Cómo estás? -preguntó Jeremy tomando mi mano y besándola como todo un caballero.
-Muy bien -reí y Justin se acercó al lado de Jeremy y lo miré esbozando una sonrisa.
-Este es Justin Bieber, mi hijo -lo presentó Jeremy.
-¿El del gran talento?Todos menos Justin se rió.
-Y supongo que tú serás la modelo -asentí y su voz... Dios mío-. ¿Cómo te llamas?
-Melanie... Melanie Brooks -dije y él tomó mi mano para besarla.
-Oh -parece que recuperó el instinto sensual-. Melanie, la del vestido negro. Aunque... -me repasó de pies a cabeza-. No veo vestido negro.Y tenía razón, muy perspicaz de su parte. Elegí Melanie para el día que nos volviésemos a encontrar. Porque no hay que ser tonto para saber que 'la del vestido negro' es alguien que está de luto. Y Justin Bieber ahora lo sabía.
-Mi vestido negro estaba en la lavandería -lo cual era cierto.
-Bueno, pues... Supongo que deberíamos hacer algo.Hmmmm pillín. Sonreí coqueta y miré a todos lados.
-Me gustaría jugar al billar -propuse ya que Justin me había enseñado hace años.
-¿No sabes jugar? -preguntó él.
-La verdad es que no -suspiré-. ¿Me podéis enseñar?Los dos asintieron a la vez y pude verlo mejor. Estaba alto, maldito hijo de puta, con los ojos mieles resplandecientes, preciosos. El pelo ahora lo llevaba desordenado por una larga jornada y... Esa colonia y el erotismo que desataba por la voz... Era increíble, un hombre en toda regla.
Pero seguía siendo una maldita sabandija.
-Oye ______ -dijo y cerró los ojos.
Mierda.