Capítulo 5- Culpable.

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Cuando estábamos en el recreo, lo único que hacía era buscar a ______ por todos lados con la mirada. Vi a Xavier que lucía muy contento. Pero nada, ni señales de ella.

-¿A qué si Justin? -preguntó Ryan.

-¿Qué? Perdona, no estaba aquí.

-Estaba diciendo -repitió Ryan con paciencia-. Que fue brutal la caída de ______, yo creía que en cualquier momento se le iba a caer el brazo. 

Retrocedí y ellos me miraron tan fijamente que sentí que ya me habían descubierto. 

-Justin, tú la seguiste. ¿Estás seguro que no tienes nada que ver con ese accidente? -preguntó Chaz.

-¿Qué dices? ¿Por qué le haría daño? 

-Justin... Estás nervioso y no has dejado de ver a todos lados como si en cualquier momento llegara la policía y te llevara preso. 

-No, no... Sólo es que estoy esperando a que sea viernes. Habrá una fiesta y...

-¿Tú nervioso por una fiesta?

Mierda. Eran tres contra uno. Me senté mientras miraba al horizonte y luego al suelo. ¿Tendría que mantener la inocencia todo el tiempo? 

-Su brazo se rompió y ella se cayó al suelo. No supe que hacer -dije mientras bajaba la cabeza avergonzado. 

-Oh joder Justin -dijo con pena Christian-. ¿Por qué te has tenido que meter con ella? No nos afectaba en absolutamente nada.

-Lo sé joder -me levanté y me sacudí el pelo-. No la soporto, no entiendo como es que alguien pueda desquiciarme tanto como lo hace ella. 

-¿Qué más te da? -preguntó Ryan-. 

-¡Que debería comportarse! 

-Tío -dijo Chaz suspirando y apoyando una mano en mi hombro-. Necesitas follarte a alguien. 

-También me vendría bien -asentí.

-Ya está, esta noche nos vamos de caza -concertó Ryan. 

-Sí -dije-. Pero primero tengo que hacer algo. 

Bajé corriendo de nuestro sitio de siempre y crucé todo el campus hasta encontrarme con un Xavier Woods solo, fumando y pensando sentado en el tronco de un árbol. 

-Hola -dije suavemente-. ¿Xavier? 

Me miró desde abajo y asintió tirando la colilla del cigarro. Me miró y asintió. 

-¿Justin...? 

-Bieber -dije-. Sólo quería hacerte una pregunta. 

Él se cruzó de brazos y me prestó toda su atención.

-Quería saber como está _____. 

Una sonrisa llena de intención se cruzó por su rostro. Como si fuera un chiste privado para él. Me miró y sin más preámbulos continuó. 

-Está muy bien, pero que muy, muy bien.

-¿Y su hombro? 

-Eso es lo de menos. La tía folla como los dioses. Además tiene un culo que.... 

Maldita sea.

Caí. 

Yo aquí preocupado por si me cae la policía encima pero ella estaba tan feliz follando con Xavier. Negué con la cabeza y asintiendo ante su gesto me fui caminando lentamente pensando en lo manipuladora y mala persona que podía llegar a ser. 

De pronto sonreí. Maldita hija de puta. Si intenta pillarme desprevenido, creo que no podrá... Yo soy peor. Oh sí, muchísimo peor. 

Ryan y los demás me estaban esperando en la entrada de la clase. 

-¿Dónde estabas? -preguntó Chaz.

Oh mierda. Sonreí y me acomodé el pantalón... Ya sabéis, ahí. 

-Acabo de follarme a Beth. 

Yo había follado con Beth hace unas semanas y no le había dicho a nadie, ¿Por qué? Porque estaba borracho y no estaba tan seguro hasta que ella el martes me propuso hacerlo otra vez y aún así no le conté a nadie.

-Tío, eres mi héroe -dijo Chaz-. Llegamos tarde, otra vez. 

Entramos y todos nos miraron. Normalmente yo nunca llegaba tarde. Mi padre quería que yo dirigiese su empresa cuando el ya no pudiera y me enseñó que lo más importante es la puntualidad. 

Así que predico con el ejemplo y sigo sus pasos. En mis planes de vida no hay la gran cosa. Dirigir la empresa farmacéutica de mi padre, vivir de ello, que por cierto, da mucho dinero, y encontrar una mujer que me guste y considere perfecta para formar una familia. 

Yo no creo en el amor verdadero. En el amor de tu vida o tu media naranja. Sólo creo en el amor que se puede tener a tus hijos, amigos y familia. El otro tipo de amor, no existe. 

-Justin -me llamó Kate desde detrás-. ¿Te apetecería ir a una fiesta mañana por la noche? 

-Me apunto -le dije con una sonrisa-. 

-Genial. Será en casa de Kata. Esperamos que traigas bebida.

Sonreí y me giré. Kate y Kata son mejores amigas desde el preescolar y son inseparables. Eso si es amor. Pero no el que le puedes proporcionar a una persona... Como mucho es afecto, cariño y hasta miedo por quedarte solo pero enamorarte nunca. Te rompen el corazón tantas veces y sigues como perrito faldero que tu vida ya no tiene sentido. 

-Biebs -me giré y vi a Christian-. No vayas a esa fiesta -dijo bajito-. Por favor. 

-Es solo una fiesta, Chris. No me pasará nada.

-Podríamos hacer otra cosa. Me acaban de comprar el Gta V, tal vez jugamos y...

-No Chris. Yo quiero ir.

Me giré y bostecé de pronto. Miré al frente y noté que no tenía nada que hacer. Me iría a casa, me masturbaría, me cambiaría de ropa, saldría a correr, volvería, tomaría una ducha y dormiría como un bebé.

Ya mañana sería otro día.

Adicta al sexo (Justin y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora