Capítulo 2- Nauseas y dolores de cabeza.

1.2K 26 0
                                    

Maldita hija de puta. No me sale de la mente como una chica puede ser tan tosca y tan puta como ella. ¿Cómo es que ha podido conmigo así de rápido? Bufé mientras la miraba sentada lanzando miraditas a Xavier, el chico de rugby. Esa zorra esconde más que unas tetas enormes. 

-Justin, ¿Estás bien? Pareces estreñido -dijo Chaz. 
-Esa zorra -mascullé con rabia-. 
-Ah -Ryan dirigió una mirada hacia ella-. ¿La gatita? ¿Qué te hizo? -rió. 
-Alguien tiene que enseñarle modales. 

Rieron mientras yo la miraba fijamente, a ver si mostraba signos de sentimientos o humanos. Christian se posó enfrente de mi y me pegó una bofetada, suave como de amigos. Todo por culpa de la zorra que me hace tener nauseas y dolores de cabeza... Me repugna.

-No te meterás en enredos con ella. Eso arruinaría tu reputación por pagarle para que te chupe el pene cuando Ryan lo puede hacer perfectamente. 
-¡Eh! -exclamó Ryan-. Me gustan los coños, a mi tampoco me metas en apuros. 
-Ya sabemos que te gustaría -sonrió Christian. 
-¿Queréis dejar de rifar mi pobre pene? -dije yo-. No pienso pagarle, ni mucho menos acostarme con ella. Tendrá sida o algo. 

Esto era así todos los días. Ryan era el listo, Chaz el gracioso y Christian siempre la voz de la razón que se preocupaba por nuestro bienestar. Y yo... Bueno, supongo que yo era el pervertido. 

-Mi oportunidad -dije al ver a Xavier sentándose junto a ella con las manos recorriendo sus muslos. 
-Eh -me impidió Christian-. Te meterás en algo gordo y luego nos tocará salvarte el culo a nosotros. 
-Para eso estamos, ¿No? 

Le revolví el pelo y avancé suavemente hacia ellos. ____ fue la primera en mirarme y en fijarse en mi. 

-Hola, amor mío. No encontré tu bebida favorita -dije sonriendo. 
-¿Quién es este? -preguntó Xavier. 
-Soy su novio. 
-¿Qué? -exclamaron Xavier y ____ al mismo tiempo. 
-Te eché de menos, preciosa. 

Me incliné y la besé tomando su cabeza para impedir que ella se apartara. Xavier desapareció por arte de magia. Ella me empujó y me dio una bofetada. 

La condenada golpea demasiado fuerte. 

-¡Me arruinaste el plan! ¿Eres tonto o qué te pasa? 
-¿Ese? Que bajo has caído, cielo. 
-Tiene el pene más grande que el tuyo -masculló conteniendo la rabia. 
-¿Cómo lo sabes? ¿Lo quieres ver? 

Volvió a abofetearme aún más fuerte y se alejó mascullando maldiciones, insultos y palabrotas hacia mi. Miré a mis amigos quienes estaban perplejos. 

-¡Cabrón! -gritó Chaz-. ¡Eres mi ídolo! 

Me encogí de hombros y caminé siguiendo sus pasos por el edificio vacío por el recreo. Oí el estruendo de su taquilla y sólo pude ver su trasero moverse de un lado a otro, la condenada puede que sea repelente pero está muy buena.

Caminó hasta la sala de deportes. Se sentó en una de las escaleras y tomando una libreta y un bolígrafo se puso a escribir. 

Esto no se iba a quedar así. La zorra aprenderá si porque sí.

Adicta al sexo (Justin y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora