Prologue.

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– ¿Sí? – logro decir.

– ¿Hess? – una voz ronca me saluda.

– Sí. ¿Con quién hablo?

– Hess, soy yo. Papá – el móvil escapa de mis manos y aterrizando sobre el frío suelo de cemento echo a correr.

¿Hacia dónde? No lo sé.

¿Me preocupa? Aún menos.

El pecho me duele, las lágrimas brotan a borbotones de lo más profundo de mi rota alma. Todo está mal, todo se ha roto y siento que no hay manera de salir a flote. Ya no hay posibilidades de arreglar mi mundo que cada vez se estropea y deteriora más. El frío arrecia. Debo irme a Nueva York, debo hacerlo ahora. ¿Cómo me ha encontrado? ¿Qué planea hacer? Me detengo exausta en el arcén. Sentándome en el suelo, entierro la cabeza entre mis rodillas. La lluvia cae con fuerza, la oigo repiquetear sobre el cemento, pero no se molesta en alcanzarme con sus mortíferas gotas, yo llevo mi propia tormenta. Mi propio infierno de hielo en el interior.

Soy portadora de desgracias; imán de tragedias.

Cruzo el umbral de la puerta de mi casa sintiendo que toda vida que antes mi cuerpo tuviese escapa segundo a segundo.

– ¡Hess! ¡¿Por qué no contestabas a mis llamadas?! ¡¿Estás bien?! – un sinfín de palabras escapa de la boca de mi hermano. ¿Y si Drew también le ha llamado a él? ¿Sabe que nos ha encontrado?

– He perdido el móvil – miento –. ¿Qué pasa?

– Hess... Harry ha tenido un accidente, no creen que sobreviva.

Y todo cambia en milésimas.

Cuando crees que nada peor puede ocurrir, sucede algo que supera lo anterior; haciendo que desees morir.

... Por primera vez.

Never▴H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora