Chapter eleven; No more drama

201 13 3
                                    

Hessa

Abro la puerta y Blaire sonríe.

– Gracias por venir – agradezco mientras mi amiga cruza el umbral de mi casa con una bolsa en el hombro –. Oye...

– Nada de amor, ni dramas, lo prometí – sonrío –. Paranormal Activity, tengo toda la saga. ¿Te parece bien?

– Del todo – digo mientras dejo su bolsa en el dormitorio para que se cambie más tarde –. ¿Qué tal por Tailandia?

– La gente es algo antipática, pero cielo, la moda increíble – responde mientras señala su ropa. Suelto una risita, y entonces la pregunta –: ¿Y Ha...? – por suerte el timbre la interrumpe.

– ¡Ya voy! – grito levantándome del sillón como Rayo MacQueen.

– ¡Eso no vale! – oigo mientras riéndome abro la puerta. La risa se esfuma de mis labios.

– Eh, tampoco vale dejar de sonreír cuando me ves... No creo ser tan feo – río casi fingiendo, ¿de verdad crees que podría dejar de sonreír cada vez que te veo?

Iluso.

Es sólo que nada más abrir habría acudido a tus brazos, te habría besado y dicho cuánto te quiero. Bueno, sé que lo último no, mas en mi cabeza sí.

– Claro que no lo eres, tonto – repongo –. ¿Quieres pasar? – asiente y mordiéndome el labio cierro la puerta.

– ¿Te importa traerme agua? – pregunta a la mitad del pasillo.

– En seguida – contesto mientras me dirijo a la cocina. Bien, esto me dará tiempo para pensar.

No puedo actuar como si nada, joder, ¿por qué me resulta de repente todo tan complicado? Más, al menos. Tras los que a mí se me antojan como minutos eternos, salgo al encuentro de mis invitados; concretamente del que un día fue algo más que un amigo, y de mi llamémosla mejor amiga. Frunzo el ceño al descubrir que ríen, aunque conozco la expresión de Harry. Joder, es que no ha perdido la manía de golpear el suelo con el talón cuando está, digamos, nervioso. Eso junto a esquivar la mirada es lo que lo caracteriza en situaciones como estas.

– Hey, Hessa, ¿por qué no me has dicho que Blaire era mi novia? ¿Por qué nadie lo ha hecho? – abro los ojos mucho, seguidamente la boca, que cierro enseguida y con un leve asentimiento de cabeza le indico a Blaire que es hora de hablar. Cierro la puerta de la cocina y con los brazos cruzados sobre el pecho espero a que ella hable. ¿Cuántas veces pretende esta mujer liármela? ¡¿Cuántas?!

– Hess, juro que no sabía nada. Tú no me habías dicho que ha perdido la memoria, nadie lo ha hecho, pensé que me estaba vacilando; así que le he soltado eso. Lo siento, ¿vale? – a decir verdad su respuesta y explicación es mucho más convincente de lo que yo me temía. Pero joder, ¿y qué hago ahora?

– Desde el punto médico, aconsejamos que Harry no sea expuesto a constantes recuerdos.

– Se supone que debemos ayudarlo a recordar – apunto.

– Sí, debéis, pero no podéis atosigarlo constantemente con acciones, palabras, recuerdos, situaciones pasadas... Eso puede afectarle de sobremanera, cosa que lo único que hará es empeorar su recuperación, tanto física como psíquica.

– Por lo que...

– Por lo que deberíais tomároslo con calma. Contestad las preguntas que os haga, para alimentar su curiosidad, ¿y quién sabe? Pero no veo conveniente insistir en algo, si decide que es hora de dejarlo por entonces, tendréis que acceder – asiento asimilando sus explicaciones y observando a un Harry perdido que contempla desde unos ojos vacíos todo lo que sucede a su alrededor.

Joder, la hemos liado. ¿Le explico la realidad o simplemente lo dejo correr? Suspiro abatida. Su mirada trata de tranquilizarme. Blaire sonríe con la preocupación recorriendo su rostro. Intento esbozar una sonrisa para indicarle que todo va bien. Supongo que tampoco es su culpa...

– Dile al menos que no íbais en serio, ¿vale? – asiente y expulso el aire que en cortos periodos de tiempo retengo en mi cuerpo más de lo debido.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– Puedes quedarte – enarca una ceja –, quiero decir que si te apetece no hay inconveniente en que te quedes aquí, supongo.

– Bueno..., los chicos querían que saliese... – asiento.

Espero que no lo lleven a un mundo al que de verdad no pertenecía. No me malinterpretéis; adoro que sus amigos se impliquen tanto en su recuperación, pero no deseo que lo conviertan en quien antes no era.

– Pero me atrae más la idea de quedarme contigo – sonrío –. Y con Blaire – añade como nerviosamente. Frunzo el cejo y girándome veo a Blaire que nos mira con una sonrisa en la cara. Me echo a reír –. Llamaré a Anne.

– Genial – respondo sonriendo para mis adentros. Una noche con Harry, toda entera con él... Y Blaire, claro.

– Siento que sobro – dice entonces mientras cuchichea a mi lado. Arrugo nuevamente el ceño mientras niego con la cabeza –. Y oye, ¿dónde va a dormir él? – La preguntita del millón –. Sólo hay espacio para uno – apunta.

Asiento con la cabeza y pienso en cómo colocarnos de forma que ninguno duerma mal. Yo no puedo dormir con Blaire. En el sofá sólo cabe uno. Será extraño decirle a Harry que duerma conmigo, en lugar de con su novia.

– Le diré que ronco como un jodido cerdo y que me muevo demasiado – suspira al cabo de eternos minutos. La miro sin llegar a creérmelo del todo.

– ¿Harías eso..., por mí? – asiente con una leve sonrisita en la cara y casi me pongo a saltar de alegría.

Voy a dormir, con Harry.

Otra vez.

O al menos si él acepta.

Never▴H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora