Chapter twenty-seven; Pillowtalk

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Harry

¿Por qué se me metería en la cabeza que la podría enseñar a nadar? Casi se ahoga. Dos veces. Ha sido una pésima idea, pero he sacado algo bueno de esto: tenerla pegada a mí mientras nos bañábamos, lo único que hemos hecho ha sido besarnos y pensar en el futuro.  El futuro. Joder. Qué grande me resulta todo esto, y aún más teniendo en cuenta que la universidad está a la vuelta de la esquina.

Theo termina de avivar el fuego y todos nos congregamos alrededor de la hoguera que hace de esto un lugar de película.

El mar ruge al fondo, la brisa sopla, el cielo poco a poco se oscurece, hemos comido hasta reventar, hemos jugado hasta quedarnos sin aire en los pulmones y no hemos dejado de reír ni un solo segundo, pero, ¿sabéis lo mejor? Que he podido contemplar la felicidad en los ojos de Hessa, y he visto la mía reflejada en ellos.

— Pues como te decía, oí en el supermercado que el vecino de Lena había estado tirándole los trastos a su marido — todas las madres ahogan una exclamación. Por favor... —, ¡como lo oís! Entonces cuando su hijo, Peter, el que iba a primero con los niños llegó y...

— Mamá, corta el rollo ¿quieres? — la interrumpe Niall. Su madre se ríe y deja el tema zanjado.

Por ahora.

El frío arrecia y lo noto por como a Hessa se le eriza el vello de los brazos. La pego más a mí y ella sonriendo se acurruca en mi pecho. Hace rato que decidimos colocar mantas, (sí, mantas, ¿quién lo diría?), en la arena seca y sentarnos aquí. Yo me he puesto un pantalón de chandal porque hace frío y Zayn cobija a su chica pegándola a él y rodeándola con su cazadora de cuero. Este va más en serio que nunca.

—¿Estas tiritando?

— No.

—Mentirosa.

— Lo sé — suspira agarrando mi mano. Tiene los dedos helados, joder. Si es que ponerse solo ese pantaloncito...

— Ahora vengo — le digo poniéndome en pie y dándole un beso rápido —, no tardo nada.

Camino por la arena fría a causa de la ausencia del sol mientras mi madre le pregunta a Hessa que a dónde voy. Subo por el mismo sitio que al llegar y camino hasta el coche de Zayn. Al abrirlo comienzo a buscar dentro de él.

Juraría que la tenía por aquí... Bingo.

Volviendo a bajar con la sudadera que metí en la mochila, regreso hasta la especie de camping que han montado las familias aquí y casi me caigo al suelo.

Hessa.

Damon.

¿Qué coño?

Hessa lleva una chaqueta negra que parece quitarle parte del frío. El otro tanto se lo quita Damon rodeándola. Termino de acercarme y contemplo su cara de comodidad salpicada por los tonos anaranjados del fuego. Me estoy calentando y no sé si se deben a por las llamas o a por verlos así. Voto por la segunda opción. Frunzo el ceño y en lugar de sentarme a su lado como antes lo hago al lado de Gem.

— ¿Te la vas a poner? — pregunta señalando la sudadera. Niego con la cabeza y ella sonríe.

Le devuelvo la sonrisa a pesar del enfado y poniéndosela la acojo en mis brazos. Ella vuelve a sonreír como una niña pequeña y no podría sentirme mejor aquí con mi hermana. Hessa se percata de mi presencia y parece ponerse rígida porque hasta el capullo de Damon la mira. Deseo ir y darle de hostias hasta que le quite las putas zarpas de encima.

Entonces caigo, ¿no se suponía que Hessa no soporta el contacto? No comprendo una mierda, y ahora mismo soy incapaz de apartar los ojos de ellos. No es que quiera romperle las muelas a cualquier amigo suyo, no soy así joder, pero sé que Damon no busca una simple amistad, nunca será suficiente para él. Y ¿sabéis qué es lo que más me jode? Que él pretende querer a Hessa por Nat. La pelirroja es la clave de todo. Ese cabrón es tan orgulloso que se niega a  aceptar que mi amiga lo trae loco, y usa a Hessa para luchar contra esos sentimientos.

Never▴H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora