Chapter fiveteen; Dark times

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Harry

– No lo sientas – pido odiándome por no ser capaz de controlar las lágrimas.

– Estoy harta de hacerte perder el tiempo. ¿Qué ganas con todo ésto? – inquiere de repente.

La miro extasiado, esforzándome por no besarla. Es tan jodidamente preciosa, duele contemplarla; duele no tenerla entre mis brazos. ¿Me pensará ella de igual modo?

Eh. Galán. Ya sabemos a qué viene todo esto, así que cierra el jodido pico.

Un polvo, incluso dos; las palabras de culebrón a la tele.

– ¿Qué ganas tú con todo ésto, Harry? – pregunta entonces, interrumpiendo el hilo de mis pensamientos. Y antes de que a mi mente le de tiempo a pensar una respuesta, son mis labios y quizá algo escondido dentro de mí, los que responden.

– A ti.

Salgo del trance momentaneo. ¿Hessa? ¿Sólo quise tirármela? Me mira sin entender, aparentemente parece estar más aquí que perdida en sus pensamientos.

– ¿Te quise...? – no me atrevo a decirlo. Enarca una ceja. ¿Y si ella jamás lo supo? Debo decírselo.

No.

No pienso hacerle más daño del que ya le he causado. Aquello lo quiso el antiguo Harry, yo no tengo culpa de nada.

Suspiro.

Somos la misma persona. El mismo apellido, los mismos ojos, las mismas putas huellas dactilares, incluso la misma chica a la que querer...

– Pídeme lo que quieras – digo aferrándome a la idea de que someterme a ella en cuerpo y alma la hará volver en sí.

– Bésame – susurra en mi oído. Me aparto para mirarla y descubro que tiene el rostro bañado en lágrimas. Me muerdo el labio sintiendo la culpabilidad abrirse por cada poro de mi piel. Con extrema precaución me acerco a ella rozando sus labios con los míos.

Respira entrecortadamente a causa de la llantera y es ahora ella la que se muerde el labio. Casi sintiendo sus dientes en contacto con mi rostro recibo una descarga eléctrica que se propaga por todo el cuerpo. Un alentador suspiro mana de su boca y sin poder contenerme libero de su tortura sus labios con mis dientes.

Y entonces la beso; de manera provocadora, de manera pasional, tierna y dramática. Romántica y transmitiéndole lo mucho que signfica para mí. Suplicándole que no me abandone y pidiéndole disculpas por todo. Mis labios se enredan en los suyos y mientras tanto, algunas gotas se cuelan por los escasos centímetros que nuestras bocas dejan la una a la otra con el fin de captar algo de oxígeno.

Juro que la besaría hasta el fin de mis días; hasta el fin de mi existir.

Juro que la besaría hasta el fin de mis días; hasta el fin de mi existir

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– Estoy harto de que hagamos siempre lo mismo – me quejo mientras miro el techo de la casa de Louis.

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