Chapter nineteen; Nightfall

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Harry

Contemplo contento el gran trabajo que hemos hecho con la pared del arte y le choco los cinco a Ri y a Luca mientras la observamos un par de minutos más antes de seguir al gentío hacia la parte más próxima al escenario.

Hay gente con tutús sentada, hay instrumentos desperdigados y papeles tirados por todas partes. Reina el caos, pero joder, qué caos más increíble.

Nat con su gracia habitual sube los escalones y coge el micro.

– Vamos sentándonos. Venga, no me hagáis repetirlo. Todas las semanas la misma historia, eh. Mike, no te lo digo más veces. Kristeen, me cagoen la puta – farfulla mientras baja las escaleritas de nuevo.Regresa al cabo de un par de cortos minutos –. Siempre igual –continúa quejándose –. ¡Oye! – me giro y veo a Hessa sentada tímidamente detrás, me muerdo el labio y como que me siento mal, pero sé que esto es bueno para ella –. No me hagas ir a por ti, Hessa Delevingne. ¡Saunders! – pego un brinco cuando oigo que me llama puesto que seguía con la mirada fija en mi diosa rubia –. Deja de mirar a tu novia, guaperas, esta noche eres mío – me río y me pongo en pie. Ha venido a mi encuentro –. Te ha tocado, machote, hoy me ayudarás tú a organizar al personal – asiento mientras me cruzo de brazos y ella se apoya con un brazo en mi hombro mientras que con la otra mano sigue sujetando el micro –. Elige al más nervioso, va – como por instinto mi mirada se encuentra con la de Hessa que me suplica que no –. Ella irá para el final, muchacho – susurra en mi oído. No logro reprimir una risa. Nat es retorcidamente una hija de puta –. Venga, Marlene, que te veo con las ganas. ¡Y con todos ustedes, Marlene, que actuará junto a Carton, Daniel y Lottie!

Tras un montón de acciones en las que se ha combinado lo imposible, creado lo invisible y descrito lo inimaginable cada vez son menos los que tienen que actuar

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Tras un montón de acciones en las que se ha combinado lo imposible, creado lo invisible y descrito lo inimaginable cada vez son menos los que tienen que actuar.

–Harry, venga, preséntanos tú – asiento y levantándome del extremo del escenario cojo el micrófono.

– Y ahora, señoras y señores, niños y niñas, preciosa dama – digo mientras le dedico mi mejor sonrisa a Hessa que me devuelve otra sonrisa –, es el turno de Nat, que junto a David, Gretchen, Mike, Adam, Cathy, James y Theresa van a versionar música clásica y hip-hop.

Me alejo y vuelvo a situar en mi anterior lugar y entonces hay una especie de explosión, de la que sale Nat. Gretchen y Mike se colocan a ambos lados del escenario, comenzando con la melancolía de los violines. Nat resigue con ágiles pasos de ballet las notas que la melodía expulsa. Acompañados de varios pasos de gimnasia artística. Da vueltas y saltos y giros, y joder, qué bien lo hace. Pero entonces, la voz de David se abre paso entre los dos violines, y la batería rompe la música clásica, dando inicio también a los extraños pasos de Nat que se han convertido en hip-hop y que Cathy acompaña como si ambas compitiesen en una especie de ring de la música. Theresa comienza a cantar y su voz me recuerda a la gran Amy Winehousen, mamá la oye todos los días. El único que falta es Adam que sin previo aviso salta en mitad del escenario y hace un solo en el que la batería está obligada a callar, los violines enmudecen, Theresa cesa de cantar y las únicas en movimiento son Nat y Cathy.

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