Capitulo 18

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Es temprano por la mañana y Evan y yo nos encontramos en el auto de camino a la cabaña, él conduce y yo estoy entre medio dormida y despierta. Apenas recuerdo haberme despedido de mis padres y salir, no sé si desayune o que.

-Iris.

- ¿Qué?

-Te quiero.

-No molestes, tengo sueño -me remuevo en el asiento quedando como un gato.

- ¿Oye como haré si duermes?

-Avísame cuando estemos en la interestatal.

-De acuerdo.

Apoyo la cabeza de mis brazos y me quedo dormida.

*Flashback*

- ¡IRIS! -alguien grita muy fuerte.

- ¿Dónde estás? -busco de donde viene la voz, pero no veo a nadie.

- ¡AQUÍ!

- ¿Alice?

- ¡Ayúdame, por favor! -suena que está sufriendo.

- ¡Ya voy! -corro, pero sigo sin verla.

- ¡Aquí! -volteo de golpe y la veo tirada en el piso con una cortada en el brazo, tirada en el piso.

- ¿Qué te paso?

-Jason... estaba ebrio y me golpeo, caí y me corté.

-Dios... ¿Dónde está él?

-Salió corriendo.

-Maldito, ven vámonos de aquí -la cojo entre mis brazos y salimos de la casa.

*Fin Flashback*

- ¡Aahh! -me despierto de golpe.

- ¡Diablos! -Evan se asusta, me mira y de inmediato detiene el auto - ¿Qué sucede?

Tengo la respiración agitada y estoy sudando frío.

-Una pesadilla.

-Luces asustada.

-No es nada -limpio el sudor y trato de tranquilizarme.

- ¿Seguimos?

-Sí.

- ¿Segura?

-Sí, estoy bien.

- ¿Adónde ahora?

-Cruza a la izquierda y conduce por 30 minutos hasta que veas un portón naranja.

-Ok.

Evan retoma el camino mientras yo solo pienso en el sueño, no fue solo un sueño, eso realmente sucedió y me asusta recordarlo. Me como las uñas un poco nerviosa y me calmo cuando llegamos a la entrada de la cabaña, Evan se baja y abre para luego meter y estacionar el auto.

-Mmm -inhalo y exhalo profundo cuando me bajo del auto.

En serio que amo este lugar.

- ¡Wow! Es muy bonito -mira la cabaña con impresión.

-Entremos.

Saco las llaves de la puerta y la abro, enseguida me invade el olor de madera y un sentimiento de nostalgia me llena.

-Como te extrañe -digo a la casa.

Enciendo las luces y noto que todo está exactamente igual que la última vez que estuve aquí. Todo tiene esa apariencia vieja, pero acogedora, los muebles tienen una suave colcha de piel marrón, el piso está alfombrado y las paredes cubierta por colores oscuros. Abro las ventanas para dejar que el aire fresco entre. Sacudo el polvo y ordeno alguna que otra cosa.

-Te ves tan concentrada.

Giro y lo veo mirándome con una sonrisa.

-Este lugar me pone así, me gusta disfrutar cada parte del.

- ¿Te ayudo?

-No, prefiero hacerlo sola, tú llevas las cosas a la habitación, es la última a la derecha.

-Lo que tú digas.

-Jajaja.

Luego de acomodar la sala, me acerco a la biblioteca de la esquina y paseo mis dedos por los lomos de los libros. Shakespeare, El Principito, 100 años de Soledad. Miles de libros y todos de literatura pasada, encantadora y sencilla. La Divina Comedia, Como matar a un ruiseñor. Mi padre me leía uno cada vez que veníamos, recuerdo que mi madre decía que esa no era literatura para niños, pero ninguno de los dos hacía caso.

-Mmm Iris... -siento sus manos, abrazar mi cintura y posar su barbilla en mi hombro.

-Dime.

- ¿Qué haces?

-Reviso cosas viejas.

-Ya acomodé las maletas.

-Ok.

-Oye...

- ¿Qué?

- ¿Qué tienes?

-Estoy un poco cansada...

- ¿Vamos al cuarto?

-No ese cansada...

-Vamos igual -de pronto me carga y me llevan al cuarto, me tira en la cama y se sienta a horcajadas en mi cintura.

- ¡Jajaja Evan! -Comienza hacerme cosquillas - ¡Detente! -lo golpeo, pero no se detiene.

-Jajajaja -se detiene y planta un beso en mis labios.

-Te quiero -digo cerca de su boca.

-Te quiero.

El Diario De Iris - El Comienzo - ACTUALIZACIONES 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora