Capitulo 20

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-Iris... -escucho a lo lejos -Iris... -de pronto siento que plantan un beso en mi mejilla.

-Evan... -río

-Ya amaneció.

-Si ya me di cuenta...

-Buenos días... -besa mis labios.

-Buenos días...

Entonces me estiro bajo las sabanas. Hoy el clima está un poco más frío que lo normal.

- ¿A qué hora salimos? -aún estoy entre sus brazos.

-Ahorita... -pero tengo mucha flojera.

-Mmm levántate -me pasa por encima y hala mis pies.

- ¡Ya voy!

Con toda la pereza del mundo salgo de la cama y camino al baño como un zombi. ¡Mierda! ¡Qué horrible me veo! Tengo ojeras, el cabello hecho un desastre y la cara demás de pálida. Agarro una toalla, me quito la ropa y entro a la ducha, abro el grifo y lo gradúo para que salga agua caliente.

Luego de esa deliciosa ducha voy al cuarto y me visto, me pongo ropa deportiva y preparo un bolso con agua, comida y una toalla. Voy a la cocina y veo que Evan ya está listo y hace el desayuno.

-Mmm huele bien -me siento en la mesa.

-Te encantara -se acerca con dos platos que coloca en la mesa. Preparo huevos, tocino y calentó el pan.

-Oohh me encanta el tocino.

Los dos comenzamos a comer y al terminar salimos al bosque.

-Amo el aire fresco -inhalo y exhalo profundo.

Noto que Evan me sonríe.

- ¿Listo?

-Sip.

Lo tomo de la mano y comenzamos a caminar por el sendero hacia la cima. Todo es verde y tranquilo. En silencio disfrutamos del camino, del paisaje y el uno del otro, de vez en cuando Evan aprieta más fuerte mi mano y yo le devuelvo el gesto. Una hora después de comenzar la excursión nos detenemos para tomar agua y Evan saca algunas fotos de los árboles y uno que otro animal que merodea cerca de nosotros. Me siento en un tronco lleno de musgo y lo observo

- ¿Qué? -se da cuenta de que lo miro.

-Nada.

-Anda dime.

-Me alegra haberte traído.

-Y a mí me alegra estar aquí.

- ¡No seas cursi!

-No lo soy, solo digo -encoge los hombros como quintándole importancia.

Retomamos el camino y seguimos igual de callados. Sinceramente, no soy buena para conversaciones largas y extendidas, pocas veces que me intereso por algún tema.

- ¿No te da miedo que nos perdamos?

-No, conozco bien el lugar.

- ¿Ni siquiera un poquito? Hace mucho que no vienes acá.

-No Evan, estoy segura por donde caminamos.

-De acuerdo.

Después de otra hora de caminata debo admitir que me canse, pero no diré nada porque estoy muy segura que Evan querrá regresar, así que hacemos otra parada y esta vez comemos galletas.

Ya no hay tantos árboles y la luz del sol ilumina todo el lugar fácilmente, se me ocurre tomar fotos, así que tomo la cámara de Evan y comienzo con la sesión de fotos. Saco alguno de los árboles, flores, aves, poco a poco me voy alejando de Evan, ya que estoy muy concentrada en lo mío. De pronto de la nada sale un ciervo. Mi cuerpo se inunda de una gran emoción al verlo, pero trato de no hacer ruido para no espantarlo.

El Diario De Iris - El Comienzo - ACTUALIZACIONES 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora