El Diario De Iris - El Comienzo - ACTUALIZACIONES 2023

Capitulo 38

Me despierto con un gran bostezo y estiramiento de cuerpo bajo las sabanas. Abro los ojos y miro por la ventana durante un rato. Busco mi celular bajo la almohada y le marco a Alice.

-Hola... -la acabo de despertar.

- ¿Quieres salir hoy?

- ¿Adónde?

-No lo sé, a caminar por ahí.

-Ok... -suena como un zombi. - En un rato me levanto -cuelgo y llamo a Emma.

- ¡Iris! -dice muy animada, eso no me lo esperaba.

-Hola Emma ¿quieres salir?

-Claro.

-Bueno te espero aquí.

-Vale -y me cuelga.

Esa chica está loca.

Ahora llamo a Evan.

-Hola Iris -suena tan encantador como siempre.

-Hola, guapo.

-Ríe.

- ¿Quieres salir hoy? Emma y Alice vendrán.

-Por supuesto.

-Ok, te espero.

-Te quiero.

-Te quiero.

Cuelgo y dejo el celular a un lado mientras voy al baño a asearme y vestirme. Hoy tengo ganas de ponerme unos Leggings, botas y franela blanca, amarro mi cabello en una coleta alta y salgo del cuarto, camino al cuarto de mis padres y abro asomando la cabeza.

-Mamá, papá, saldré con Emma, Alice y Evan.

-De acuerdo -siguen medio dormidos.

-Los amo.

Los dejo y voy al cuarto de Peter.

-Peter.

-Mhn... -dormido.

-Saldré un rato ¿quiere venir?

-No.

-Ok.

Bajo y espero a mis lindos amiguitos mientras desayuno, el timbre suena y al abrir la puerta veo a mis tres personas favoritas. Emma con sobredosis de café, Evan sonriente y Alice medio dormida aún.

-Dime que se te ocurrió algo bueno como para despertarme.

-Claro que sí.

Pero pienso por unos minutos. ¡Ya sé!

-Allanaremos una casa.

- ¡Sí! -salta feliz Emma.

- ¿Qué? No volveré a hacerlo -se niega Evan.

- ¿Y podre dormir ahí?

-Todo lo que quieras.

-Bien, vámonos entonces.

Los cuatro emprendemos nuestro camino a algunas casa donde no haya gente y ya sé cuál es la indicada.

-No... -dice Evan al ver la casa.

-Sí, deja de ser tan negativo y entra.

-Iris...

-Evan.

-Mmm

-Chicas a escalar.

Meto los pies entre la reja y subo con facilidad, Emma y Alice también y de último pasa Evan. Rápidamente, entramos a la casa quedando a salvo de que alguien nos vea.