Segunda temporada de "Ecos"
Todo ha cambiado. Ellos han cambiado.
Las cosas no eran fáciles para ellos antes pero... ¿Desde cuándo les ha frenado eso?
Un bebé viene en camino y va a cambiar sus vidas... La pregunta es... ¿Está preparada África para...
Oigo unos leves golpes en la puerta de la habitación y pongo los ojos en blanco.
A veces este chico es bobo
—¿Perdón? No me jodas Pablo, no me digas que estás en la puerta de la habitación...
—Si quieres no te lo digo, pero eso no va a cambiar la realidad.
—Eres todo un cómico... ¿Por qué no me dejas en paz? ¿Por favor?
—Solo quiero hablar...
Cuelgo.
Vuelvo a oír golpes.
—No voy a parar hasta que me abras...—Susurra a través de la puerta.
¿Es que no voy a poder tener ni un solo minuto de paz?
Bufo y me acerco a la puerta.
Quizás debería cambiarme, ya que solo llevo una camiseta de Pablo puesta, a parte de la ropa interior claro. La palabra frío no está en mi vocabulario.
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—¿Se puede saber qué quieres?
—Hablar, ya te lo he dicho...—Mira mi vestimenta y sube rápido la mirada para toparse con mis ojos—¿No tienes frío? Vas un poco...
—Es que sabía que venías y quería seducirte.—Digo con sarcasmo—Di lo que tengas que decir y vete, por favor.
— ¿Eres bipolar o algo así?
— No, soy una embarazada cabreada, que es más peligroso todavía.
— ¿No me invitas a pasar?—Sonríe de lado y suspiro.
— Anda, pasa.
Pasa por delante de mí y le repaso con la mirada. Lleva unos vaqueros negros, un jersey gris y una bufanda negra. Quiero abrazarme a ese jersey que parece tan cómodo.
¿Y si se lo quito y me lo quedo para mí?
Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando se lanza a la cama y se quita los zapatos.
— Ponte cómodo...—Digo con sarcasmo y le escucho reír.
Da igual lo que pase entre nosotros, su risa siempre hará que caiga rendida a sus pies. Es el sonido más bonito que he escuchado jamás.
Me siento a una distancia de seguridad de él y pongo una mano sobre mi barriga.
Pablo mira mi mano con ternura y se acerca a mi, hasta rozar mi vientre con su mano.
—Es impresionante... Aún no me creo que vayamos a ser padres.
—A mí me lo recuerdan cada día las náuseas y la ropa que ya no me entra.
