Capítulo 22: Un "te quiero" antes de dormir

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No puedo creerlo. Simplemente me cuesta demasiado aceptar esta maldita situación.

 ¿Laura? ¿En serio? Mi mejor amigo sufre una paliza y mi padre un infarto... ¿Y él está con Laura?

¿Qué cojones se le pasa por la cabeza a Pablo? ¿Quiere que me dé un aborto por tantos disgustos o qué?

No es que sea una chica celosa, pero Laura es un tema delicado entre nosotros, y más ahora que estoy llena de hormonas y no respondo demasiado bien a las confrontaciones. Y si encima se trata de que él está con su ex a kilómetros de aquí y yo no tenía ni idea, podréis imaginar cómo me siento

Estoy muy cabreada, demasiado cabreada. El problema es que no solo estoy cabreada, me siento insegura, celosa y triste.

¿Hay alguien ahí?

Por poco olvido que Laura sigue al teléfono.

—Eh...

¿África?

Cuelgo.

No puedo hablar con ella ahora, no quiero insultar a nadie, no me encuentro nada bien.

¿Qué hago? No sé qué debería hacer. No se me ocurre una sola razón por la que Laura estaría con Pablo en Madrid, sobretodo sin decirme nada antes.

No es que me tenga que pedir permiso, pero creo que es algo que por lo menos tendría que saber.

—Gala, más le vale a tu padre que no haya cometido ninguna estupidez, porque la pagará cara esta vez...

Una patada me hace saber que la niña está de acuerdo.

Había venido a casa a dormir, y ahora no voy a poder hacerlo, voy a pasar la noche pensando en Pablo y en Laura, juntos. 

Juntos. Esa palaba hace que la rabia me recorra todo el cuerpo y quiera pegar a alguien, preferiblemente a Pablo. A Laura no me importaría arrastrarla por las extensiones hasta dejar el suelo bien limpio.

Es cierto que Laura no me ha tratado mal nunca, pero ahora mismo no me quito la imagen de Pablo y ella de la cabeza

Me tumbo en la cama y doy mil vueltas intentando dormir o al menos descansar un poco, más por la niña que por mí, pero no lo consigo y está amaneciendo. Ya no tiene sentido que siga intentándolo. Está claro que no lo voy a conseguir.

Paso unos segundos debatiéndome entre llamarle o no.

A tomar por saco todo. Cojo el teléfono y marco su número. No pienso quedarme aquí como una idiota sin saber qué está pasando.

¿Sí?

—Pablo...

¡Hola! ¿Estás bien? Cuando te llamé no lo cogiste.

Tuve que ir al hospital, Juan le dio una paliza a Jorge.

¡Dios! ¿Está bien? Espero que hayan arrestado a Juan, no puede seguir haciendo esas cosas a la gente.

Él está bien, pero yo no, gracias a ti.

Tengo que contenerme, quiero que me lo cuente él.

—Está bien, no ha sido demasiado grave... Pero a mi padre le dio un infarto.

¡¿Qué?! Espero que esté bien... ¿Lo está, verdad?

Sí, está bien, está fuera de peligro y volverá a casa en un par de días, no ha sido grave. Pero no quiero hablar de eso ahora, ¿tú qué tal estás?

Ecos #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora