Ecos #2

Capítulo 11: Trabajo nuevo

-Hola

Me giro al escuchar su voz y me sonríe débilmente. Le pasa algo.

No puede saberlo... ¿Verdad?

Se acerca a mí y me besa. No me siento como antes, sus besos no saben como antes, aunque no quiera admitirlo las cosas han cambiado, yo he cambiado.

Pablo ha puesto mi mundo patas arriba de nuevo. Todo se está repitiendo otra vez.

-Hola... Te he echado de menos.-Le digo bajito.

Ya, claro, le has echado tanto de menos que te has tirado a Pablo...

Varias imágenes de lo que pasó vienen a mi mente y creo que enrojezco un poco.

-¿Estás bien?

-¿Eh? Sí, estoy cansada.

Demasiada acción con el señorito Moreno, ¿verdad?

Puede que sea eso.

-Fue una pena que no vinieras a la fiesta...

-Estaba ocupado, lo siento.

Mi teléfono suena y pienso en apagarlo, miro la pantalla y no es número que reconozca.

-Cógelo si quieres, puede ser importante.

-Vale, ahora seguimos hablando.-Cojo el teléfono.-¿Sí?

-Hola, ¿eres África Martín?-Dice una mujer con una voz suave.

-Eh... Sí, ¿quién es usted?

-Soy la secretaria de la revista Hola, hace unos meses hizo una entrevista, ¿cierto?

-Sí, pero cogieron a otra chica.

Hice la entrevista un par de meses antes de conocer a Pablo, y como no me cogieron ni en Hola ni en ninguna otra revista me puse a trabajar de camarera.

-Por eso la llamaba. Esa chica ha dejado la revista y como usted era nuestra segunda opción nos gustaría que trabajara con nosotros.

-¿Es en serio?

-Por supuesto.

-Me encantaría.

-¿Podrías pasarte mañana? Necesitamos que uno de nuestros periodistas vaya a Madrid a entrevistar a un cantante y estamos un poco justos de personal, ¿podrías ir tú? Sé que no has trabajado mucho de periodista pero todos los reporteros están ocupados y necesitamos la entrevista.

-Claro, iré. Mañana estaré ahí y me iré a Madrid. Solo hay un problema, estoy embarazada y no sé si eso sería un problema...

-No te preocupes por eso, en esos casos siempre puedes trabajar desde casa.

-Muchas gracias, de verdad.

-Nos vemos mañana.

-Hasta mañana.-Cuelgo

-¿Y bien?-Me pregunta Aiden sonriendo.

-¡Tengo un trabajo! ¡De periodista!-Le abrazo y le beso.

-Me alegro mucho por ti.

-Pero me tengo que ir mañana a Madrid y... Tengo que prepararlo todo, ¿te importaría mucho que dejásemos la charla para cuando vuelva?

-Eh... Claro, no hay problema.

-Gracias.

(...)

Entro en las oficinas y la secretaria (supongo que la que me llamó ayer) se levanta cuando me ve y se me acerca.