Extra 2

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Nervios, muchos nervios.

Eso es lo que estoy sintiendo ahora.

A pocos minutos de entrar en la iglesia y convertirme en mujer casada noto que las manos me sudan y rezo para que no se me encrespe el pelo, arruinando el recogido que me han hecho.

Casi no he podido pensar en lo que va a significar estar casada. Desde que tuve a Gala todo ha girado en torno a ella y Pablo y yo casi no hemos tenido tiempo para estar juntos y parecemos más amigos que novios. Hace poco más de un año estaba viviendo con mis padres,  trabajando de camarera de noche y sin ganas de sentar la cabeza.

Ahora vivo con Pablo y mi hija, soy periodista y estoy a punto de casarme.

No estoy completamente segura de esta decisión. No sé si estoy preparada y no sé si me siento así porque todo haya sido tan repentino, porque es una mala decisión o simplemente son los nervios y no tiene mayor importancia.

—Hey, ¿estás lista?

Jorge y Lolo entran en la sala donde espero antes de atravesar el pasillo de la iglesia y les miro sin saber muy bien qué contestar.

—Eh... Necesito un par de minutos.

—Pablo está empezando a ponerse nervioso, creo que piensa que vas a huir...—Ríe Lolo, aunque yo ni siquiera puedo sonreír.—No vas a hacerlo... ¿Verdad?

Me siento en una silla y suspiro.

—¿Estás bien?—Jorge se sienta a mi lado y pasa su brazo por mi hombro.

—Es que todo esto es tan repentino y... Todo ha cambiado tan rápido, tengo a la niña y últimamente Pablo y yo apenas podemos comportarnos como una pareja, él está ocupado y yo trabajo y la niña nos roba lo que nos queda de tiempo...

Jorge me coge las manos y me hace levantarme.

—Escúchame, has tomado muchísimas malas decisiones a lo largo de tu vida. Decisiones que yo siempre supe que no eran buenas, y aun así te he apoyado en todas ellas. Pensar que esto es un error sería la peor decisión de toda tu vida y en esa jamás te podré apoyar. Le quieres con tu vida y él te quiere más que a nada. Habéis creado vida juntos y sé que tenéis que estar juntos, así que si no sales ahora mismo por esa puerta tendré abofetearte y no quiero pegar a una mujer, así que decide.

Tiene tanta, tanta razón. No sé cómo he podido dudar.

—Vamos, un hombre me está esperando en el altar y ya lleva un rato esperando.

Los dos me cogen del brazo, me dan un beso en cada mejilla y al salir de la sala me dejan en los brazos de mi padre que me va a llevar al altar.

—¿Preparada, cariño?

—Preparada.

La música empieza a sonar y mi padre me ayuda mientras camino. Pablo está en el altar, y mueve los pies nervioso hasta que se gira y me ve, y sonríe.

Cuando llego a su lado me sonríe y se acerca para darme un beso en la mejilla.

—Pensé que me ibas a dejar tirado...—Susurra en mi oído.

—A punto he estado... Pero ye quiero demasiado.

Me mira frunciendo el ceño pero le sonrío inocente y se relaja.

—Estás preciosa...—Gesticula con los labios. Sonrío.

Se acerca el momento de darnos el "sí, quiero" y leer nuestros votos.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2016 ⏰

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