Ecos #2

Capítulo 17: Click

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—Echaba de menos despertarme a tu lado...—Me susurra al oído con esa voz ronca mañanera que usaría de banda sonora de por vida.

Parece mentira que hace un día nos quisiéramos matar y ahora estemos así.

—Si nos despertamos juntos hace poco tiempo... Cuando tú y yo...

—Eso no cuenta, me echaste de la cama y me tiraste al suelo de mala manera.—Ríe—Yo hablo de despertarnos bien, sin dramas.

—No creo que tarden en aparecer, al fin y al cabo atraemos los problemas. Por lo menos yo, me persiguen.

—Eres muy pesimista.

—Así soy, y te tienes que aguantar porque puede que nuestra hija salga igual que yo.—Ríe—Por cierto, quedan más o menos tres meses para que nazca y no hemos pensado un nombre... ¿Cuál te gusta a ti?

—Podemos ponerle un nombre de continente, para crear una tradición familiar...—Ríe y le saco la lengua.

—Qué gracioso, mi nombre es bien bonito. Pero ella tiene que tener un nombre distinto, que no se parezca a los demás. Quiero que sea única.

—Me gusta eso, como su madre.

—Mi nombre no es tan raro...

—Claro que no mi amor.—Me revuelve el pelo.

—Estuve mirando por internet nombres originales...

—¿Cuáles has encontrado?

—Busqué nombres que tuvieran un significado especial, y encontré estos: Gala, que significa "canción"; Noa, que significa "amor"; Nora, que significa "luz" y Keyla, que significa "bella"...

—Son bonitos, me gustan bastante.

—Aun tenemos casi tres meses para decidir... Tenemos tiempo.

—Y yo tengo diez minutos para vestirme y marcharme a una entrevista. Tenía que haberme puesto el despertador antes, joder.

—No te preocupes, llegarás a la entrevista a tiempo, ve.

Termina de vestirse, me da un beso corto y se marcha prácticamente volando.

Suspiro.

Bueno, aun es pronto y puedo seguir durmiendo. Algo bueno tiene que ocurrir hoy, ¿no? Me molesta que no pueda estar con él hoy, pero tampoco quiero molestarle y presentarme allí y quedar como una pesada. Tiene que hacer su trabajo.

(...)

—Hola... Ya es tarde Afri... Despierta...—Un suave zarandeo y un beso hacen que abra los ojos.

Me mira sonriendo y besa mi frente.

—Hola...—Digo con la voz ronca de dormir con la garganta destapada.

—He traído cena del Mc Donalds, ¿te apetece?

—¿Cena? ¿Qué hora es?

¿Tanto he dormido? Cuando me desperté era por la mañana...

—Las nueve y media.

—¿He dormido todo el día?—Asiente—Estaba bastante cansada.

—Es normal en tu estado... Oye, cuando llegué tu móvil estaba sonando y lo cogí porque no paraban de llamar. Espero que no te moleste.