Los segundos parecieron volverse horas y de repente el aire al cual estaba acostumbrado se había vuelto mucho más denso. Mis pies parecieron quedarse pegados al suelo, arrancándome el valor de acercarme al borde siquiera para ver que sucedía. La caída era mortal y no quería imaginarme a aquellas dos personas en tal situación.
Fue entonces cuando lo entendí. Necesitaba de aquello, para darme cuenta que en realidad el traidor había sido yo. Para comprender que aquellas personas me importaban. Incluso más de lo que creía.
Justo cuando creía haber encontrado algo importante, no para mi padre, ni siquiera para la sociedad; y tal vez suene algo egoísta, pero por primera vez había encontrado algo para mí. Justo cuando había encontrado aquello que tanto quería, lo vi caer. Cuando al fin sentía que había encontrado lo que tanto necesitaba, lo vi caer. En caída libre, a una muerte segura. Y aunque mis pies no se movieron de su sitio, pude sentir como todo mi interior caía en al mismo tiempo en aquel abismo azul.
Y por un momento pensé en que la vida suele ser así a veces. Suele sorprendernos cuando menos lo esperamos. Suele mostrarnos aquello que no podemos ver, de maneras muy duras. Y quién sabe cuántas personas se deben haber sentido de esta manera alguna vez. Dándose cuenta demasiado tarde de la importancia de aquellos besos no dados, de aquellos abrazos negados, de aquellas sonrisas o lágrimas ocultas, detrás de una máscara de indiferencia.
Cuánta gente debe haberse encontrado pensando en cuan distintas hubieran sido las cosas si hubieran sabido lo que seguía después. Cuán distinta seria la vida si tuviese un guion, del cual uno puede leer que pasará luego. Un guion, el cual puede ser borrado en cualquier momento y escrito otra vez. Cuán diferente seria todo con uno de esos.
Cuan más fácil sería poder tomar aquello y leer lo que los demás piensan, o lo que los demás sienten, para saber cuándo dar un abrazo, cuándo hablar y cuándo callar.
Por un momento creí que quizá... quizá podría haber cambiado las cosas. Si no me hubiese simplemente quedado ahí, mirando. Si hubiese entrado a escena, justo en el momento indicado. Si hubiera abierto mi boca, para decir las palabras correctas. Si hubiese pensado, antes de lanzarme a actuar.
Y creí que tal vez, todo aquello era nada más que mi culpa. Porque no supe ver lo que en verdad había detrás de aquello. Y me deje engañar por lo que veía, pero no era real. Por lo que creí saber, pero que no entendía. Y me encontré allí, cayendo por aquel abismo, aunque mis pies estaban sobre el suelo. Y esperaba aquel impacto letal. Aquel impacto que jamás llegó, pero que se sintió peor que si hubiese impactado de lleno contra el suelo.
Entonces pensé que no había vuelta atrás, y que ya todo estaba perdido. Pero fue entonces, cuando a lo lejos, entre las coloridas nubes de la madrugada, note cómo algo se elevaba. Deslizándose rápidamente entre los pequeños rayos de luz que se colaban entre las nubes.
Aquello capturó mi atención e intenté descifrar de qué se trataba. ¿Acaso era un ave o algo parecido? Aunque se veía bastante grande como para serlo. Al notar que veía hacia otra parte, mi padre también volteó.
Era increíble, aquella ave sostenía a Kendrik. Había evitado que cayera. Mi corazón se aceleró al encontrarse con una mezcla de emociones. Kendrik estaba a salvo, ¿pero qué había sucedido con Casey? Mi respiración se detuvo por un momento, justo cuando el ave giró. Aquello no era un ave.
Increíblemente era ella. Sí. Y de su espalda, justo donde los hombres habían aplicado lo Tasers, se desplegaban unas amplias alas color negro. Casi del mismo color que su cabello. Las alas se movían lentamente, a un ritmo tranquilo. Como en cámara lenta. O al menos eso pareció para mí. Los agentes, que habían estado ahí todo el tiempo, tomaron sus armas y comenzaron a apuntar hacia ella, pero mi padre hizo una seña con la mano. Entonces las bajaron y se volvieron a su anterior posición.
Voló hasta la nave y al llegar, colocó a Kendrik en un lugar lo suficientemente alejado de mi padre y de los dos agentes de seguridad que acababan de moverse. Lo dejó allí, volteó y comenzó a acercarse a mi padre con seguridad. Kendrik caminó hacia donde yo estaba, colocándose a mi lado.
-No tienes idea lo que acabas de hacer.- Dijo con ira en sus ojos.
-Claro que lo sé.-Respondió mi padre.- Le muestro a mi hijo la clase de mutante que eres.
-¿Qué soy? ¿O qué tú me hiciste? – Soltó ella aun acercándose lentamente.- Poco me importa si tu hijo sabe o no lo que soy.
-Por supuesto que importa que él lo sepa.-Respondió en con una malévola sonrisa plantada en su rostro.- Y como dijiste anteriormente: como yo te creé, sé exactamente cuáles son tus debilidades y fallas.- Dijo mi padre.- Porque eso es lo que eres. ¡UNA FALLA!
-¿Quieres saber quién es la falla?- Dijo tomándolo por el cuello y elevándolo en el aire. Mi padre hizo un gesto para que los agentes de seguridad se acercaran.
-Casey, por favor. No.- Supliqué. Ella lo soltó. De repente. Dejándolo caer al suelo.
- Claramente no conoces nada de mí.- Dijo sin quitar la mirada de mi padre, sus palabras llenas de odio.- Porque si lo hicieras, sabrías que necesito utilizar mis habilidades, ya que si no lo hago la energía se acumula...- Continuó conteniéndose, para luego hacer un movimiento con ambos brazos haciendo que los agentes salieran volando por el aire, emitiendo alguna especie de honda. Mi padre la observó sorprendido. Kendrik y yo igual, aunque el pequeño contenía una traviesa sonrisa en sus labios.
-Podríamos decir que conoces tanto de mí, como tu hijo de ti. ¿No te parece?- Dijo ella arrodillándose para quedar a la altura de mi padre.
- Conozco perfectamente a mi hijo, y él me conoce a mi.- Respondió mi padre.- ¡Deja de mentir!
-Claro que lo haces. ¿Mentir?- Dijo ella para después soltar una carcajada y caminar hacia nosotros. – Vamos Kenny, es hora de irnos. -Dijo mirando al chico. - Ya no hay más que hacer aquí... - Continuó, mirando a mi padre en el suelo.
Una vez que el niño estuvo junto a ella, dirigió una mirada hacia mí para luego negar levemente con la cabeza y suspirar. 'Sostente fuerte' fue lo último que la oí susurrar al niño, para luego desplegar sus alas una vez más y apartarse de nuestra vista rápidamente.
Mi mirada se concentró por un momento en el lugar por el cual habían saltado, pero luego no pude evitar dirigir una mirada hacia mi padre, quien aún permanecía sentado en el suelo.
-Hijo.- Dijo al encontrar su mirada con la mía, extendiendo su mano incitándome a ayudarlo a levantarse. Miré su gesto, y luego volví a mirarlo a los ojos. Una vez más, no dije nada. Di media vuelta y me adentré a la nave sin mirar atrás.
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RADIOACTIVE -Editando-
Science FictionLuego de un experimento fallido cada persona en la Tierra debió ser exiliada. Aunque no muchos pudieron lograrlo, ya que estaban contaminados o no contaban con los recursos necesarios. Varios años pasaron para que aquellas personas pudieran volver...