-¡Déjalos ir!- Dijo Ethan en un muy masculino tono voz.
-¿Sabes? –Comenzó a decir Alecker.- Siempre supe que Craig era el más débil. Míralo ahí sino, de rodillas en el suelo. Sin aliento. Sin ánimos de moverse. –Rio.- Siempre puse mis fichas en ustedes dos. Ethan y Casey. Casey y Ethan. El dúo con el lazo más inquebrantable de todos. –Dijo dando un paso hacia Ethan.- Creo que entiendo lo que sientes. Debes odiar a mi hijo en este momento. Yo también lo haría, si después de estar enamorado de alguien tanto tiempo llegara otra persona y te la arrancara. –Continuó acercándosele.- Desde el primer momento en que los vi trabajando juntos en el laboratorio, supe que la querías. A medida que los años pasaban las cosas se volvieron más serias, ¿no?- Dijo riendo.- Te enamoraste de ella. Pero nunca te atreviste a confesárselo. ¿Quién lo diría? Uno de los soldados más valientes y no se anima a decirle cuanto la ama a una mujer. – Hablaba mientras rodeaba al Militum. - ¡Que patético! – Mientras tanto Ethan no hacía más que mantener su mirada fija al frente y cada tanto lanzar alguna que otra mirada a la Militum que se encontraba en el suelo. -¿Por qué no lo haces ahora, por qué no te le declaras? ¿Por qué no lo matas? Sólo piénsalo, un solo disparo y problema resuelto. Él se habrá ido y la chica será tuya. ¿Qué dices?- Dijo pasando su mano sobre el arma del Militum.
Entonces Ethan tomo su arma con fuerza, y la colocó en posición. La cargó y se acercó a nosotros dando lentos pasos. Levantó el arma y lo coloco a la altura de su rostro para así ver a través de mira. Con lo que me pareció extrema lentitud movió el arma y apunto hacia mí.
-Adelante...- Se escuchó decir a Alecker, y le hubiese lanzado una mirada si no hubiese estado tan concentrado en no ser asesinado. Ethan tenía su vista fija en la mira. Yo esperaba el sonido del disparo siendo realizado en cualquier momento, pero los segundos parecían demorarse una eternidad en suceder.
-Ethan, no. – Pidió Casey, quien permanecía a mi lado. Sus manos permanecían aún en su pecho. – Si jalas el gatillo será a mí a quien hieras, no a él.- Dijo respirando con dificultad.
El Militum levanto la mirada del arma y la dirigió directamente a Casey. Entonces asintió con seguridad. Con decisión tomo el arma y volvió a acercarla a su rostro, sólo que esta vez no apuntaba hacia mí. Lo hacía en dirección ella.
-¿Qué? ¡No! –Dije negándome a tal atrocidad.
-¿Qué estás haciendo? – Dijo Alecker exaltado. – ¡A ella no idiota! – Gritó alterado.
Ethan le dio una veloz mirada, y luego volvió su vista al arma. Sin más, disparó. Muy seguro de sí mismo, como si la ira lo estuviese consumiendo. No dudo un segundo, cuando la bala ya se encontraba fuera del arma.
Cerré los ojos con fuerza, esperando lo peor. Pero no sucedió. Ni siquiera el más mínimo quejido se escuchó. Entonces abrí mis ojos. Mientras lo hacía, otros dos disparos se escucharon, unos cuantos metros más allá.
Los dos guardias que protegían a Alecker estaban ya en el suelo. Mi mirada se dirigió al susodicho como consecuencia. Tambaleándose se acercaba a los Militum. De un bolsillo interior de su saco, extrajo una clase extraña de jeringa con un contenido anaranjado en ella. Mientras tanto, Ethan ayudaba a Casey a ponerse de pie.
-¡Cuidado! – Dije a viva voz, al ver sus intenciones.
Ambos levantaron sus rostros y lo vieron. Antes de que este pudiera lanzarse sobre ellos, estos se abrieron dejando un lugar en el centro. Alecker, quien ya había tomado bastante velocidad, siguió de largo cayendo al suelo para luego rodar por la misma fuerza, mientras la jeringa rodaba hacia otro lado al escapar de su mano. De todos modos Alecker se las ingenió para sostenerse de la Militum. Lo que no sabía era que ella iba a salir arrastrada junto con él. Acabando de esta manera sostenido de la pierna de ella, mientras su cuerpo colgaba. Como podía, Casey se sostenía de uno de los bordes del edificio. La oí gritar.
ESTÁS LEYENDO
RADIOACTIVE -Editando-
Science FictionLuego de un experimento fallido cada persona en la Tierra debió ser exiliada. Aunque no muchos pudieron lograrlo, ya que estaban contaminados o no contaban con los recursos necesarios. Varios años pasaron para que aquellas personas pudieran volver...