Merian
Espero que tenga un buen seguro de vida porque pienso matarlo en cuanto lo tenga delante. Sigo sin creerme que haya metido las narices en mis problemas, pagando el alquiler atrasado y adelantando el pago de todo un año. Pensé que había sido bastante clara con respecto a ese tema. No pienso permitir que se haga cargo de mis deudas. Mis problemas son solo míos, no estoy dispuesta de compartirlos con nadie y menos con una persona a la que...quiero. No seas terca, se supone que las parejas están en las duras y en las maduras.
Suspiro con pesadez, mientras termino de guardar la ropa en el armario. Es sábado y he aprovechado para hacer la colada que se había acumulado durante la semana. No es una de mis tareas favoritas y menos llevarla a cabo un fin de semana, pero, disponer de ropa limpia es muy necesario. Por otra parte, Demian estará a punto de llegar. Me ha prometido una cita, aunque siendo sincera dudo que se vaya a producir dicha salida. No solemos pasear de la mano a plena luz del día y él no es que insista mucho en ello. Solemos pasar tiempo en mi apartamento y de vez en cuando salimos a cenar en algún restaurante, nada del otro mundo. Estoy intentando no pensar mucho en el tema porque, entre lo agotadoras que son las clases y los exigentes que son los profesores, necesito tener el cerebro concentrado en una sola dirección.
Voy camino hacía la puerta, al escuchar unos leves golpes. Sonrío al pensar en la persona que está al otro lado. Tengo muchas ganas de verlo, entre las clases y su trabajo vernos se complica de sobremanera.
Al abrir la puerta, siento un poco de decepción al no ver a la persona que deseaba que estuviera en el pasillo. Pero, ese sentimiento se evapora dejando paso a la preocupación al ver a Henry con el rostro bañado de tristeza.
—¿Qué ha pasado? – le empiezo a interrogar mientras nos sentamos en el sofá.
—Es el padre de Alexis. Anoche vino para hablar con nosotros. Se disculpó y le pidió a su hija volver a casa, que me aceptarían si tomo la buena decisión de empezar a trabajar en su empresa.
—Eso es genial, por fin tendrás la vida que te mereces, no entiendo el motivo de tu preocupación. – la vida al fin ha decidido echarle una mano, se merece mucho más de lo que él piensa.
—Tendría que apartarme de tú lado y dejarte en esta mierda de sitio. Cuando te conocí juré cuidar de ti y estoy a punto de romper mi promesa, la sola idea de dejarte sola, me rompe por dentro. – niego en desaprobación.
—No digas bobadas, ese hombre te está dando la oportunidad de ser alguien en la vida y no pienso dejar que la desaproveches por pensar en mí. Me las apaño bien sola, ya me conoces, me gusta ser independiente. – sonrío feliz dándole a mis palabras un empujón extra.
—Sé lo que intentas conseguir con esa sonrisa tuya y no te está funcionando, me preocupa que algo te pueda llegar a pasar si los capullos de este barrio se enteran de que ya no viviré al otro lado de la calle. – hay que ver lo que le gusta el drama a este chico.
—Deja de montarte tantas películas, nadie está pendiente de ver si me quedo sola o no. Haz tu vida y por una vez deja de pensar en los demás y tan solo dedícate a formar un futuro estable. – no quiero ser la horma de su zapato. Alexis me odiaría si le digo a este hombre que no siga el consejo de su familia.
—Ya no está sola. – desvío la mirada hacía el hombre que acaba de aparecer de la nada. Hace poco menos de una semana me había pedido una copia de las llaves. Dudé por unos instantes, pero supe que no tendría nada que temer si se las entregaba. Dijo algo cerca de mi seguridad, la verdad es que no le presté mucha atención.
—No puedo estar tranquilo sabiendo que no la tendré cerca y puede que en algunas ocasiones seas tú el responsable de su malestar y al estar alejado ella, no me dirá nada y no podré partirte la cara. –intento permanecer impasible ante su cambio de actitud, mientras que Demian apenas puede contener su diversión.
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Unidos por el destino ©
RomanceÉl: un hombre al que la vida ha golpeado sin piedad hasta convertirlo en un ser frío y sin corazón. Anclado a una vida de la cual no puede deshacerse, obligado a permanecer entre las rejas de una mujer sin escrúpulos, que se niega a entregarle su ta...